Entrevista > Juan Juan Beneyto / Geógrafo y meteorólogo (Banyeres de Mariola, 9-abril-1996)
El clima, que tanto favor ha hecho a nuestra región durante décadas, se convirtió en nuestro mayor enemigo la tarde del 29 de octubre. Ante unos fenómenos fuera de lo normal, hablamos con el meteorólogo Juan Juan Beneyto para conocer las causas y posibles errores de previsión de una Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) que ha cambiado nuestras vidas para siempre.
«En España no se toma en serio a los meteorólogos»
¿Puede explicarnos qué condiciones han provocado esta DANA tan intensa?
Las danas se producen cuando el anticiclón que suele estar sobre la península se desplaza hacia el norte, hacia Europa. Esto crea una especie de ‘muro’ que impide al aire frío seguir su camino habitual. Al no poder avanzar, ese aire frío desciende y, debido a ciertas condiciones técnicas, queda aislado en forma de una bolsa cerca de la península.
Cuando esto ocurre, la predicción meteorológica se complica porque esa bolsa de aire frío se mueve de manera errática. En esta ocasión, primero afectó a zonas de Portugal y luego se acercó a nosotros, provocando lluvias muy intensas.
¿Por qué esta DANA ha sido especialmente intensa?
En este episodio, un factor clave fue el viento que se canalizó hacia las sierras, haciendo que las nubes quedaran ‘enganchadas’ en ellas durante mucho tiempo. Esto generó una fila de tormentas estáticas que llegaron a acumular más de quinientos o seiscientos litros por metro cuadrado en zonas como Chiva y Buñol. En áreas circundantes, se registraron acumulados de más de trescientos o cuatrocientos litros.
Hemos visto que las tormentas permanecieron en el mismo lugar durante horas. ¿Por qué ocurrió esto?
Lo singular de este evento fue precisamente eso. Las tormentas estuvieron prácticamente estacionarias durante diez o doce horas. Los vientos se mantuvieron estáticos, incidiendo constantemente sobre las mismas sierras, como las cercanas a Alzira y la carretera de Chiva. Esto hizo que la lluvia no cesara hasta que los vientos cambiaron de dirección y las tormentas se desplazaron hacia el norte.
«Es crucial mejorar la planificación urbana y la gestión del territorio»
En circunstancias normales, ¿cómo se comporta una DANA?
Normalmente, sigue un trayecto y las lluvias se reparten en diferentes áreas. Una DANA que dura siete días, como esta, no es habitual. Los anticiclones al norte suelen moverse, permitiendo que el aire frío retome su camino. Pero en este caso, la DANA quedó atrapada sobre la península, aumentando las probabilidades de un episodio problemático.
También se han reportado tornados en algunas zonas. ¿Es esto común?
No es común. Aunque en ocasiones se observan tubas durante tormentas fuertes, las condiciones para que se formen tornados no suelen darse aquí. Sin embargo, en este evento excepcional, registramos al menos tres tornados en zonas como Carlet y Alginet. Las tormentas alcanzaron alturas inusuales, lo que generó corrientes de aire muy fuertes dentro de ellas, facilitando la formación de tornados.
Muchos se preguntan por qué en lugares como Estados Unidos se pueden prever estos fenómenos con tanta antelación y aquí no. ¿A qué se debe?
Aquí en España, aunque puede que no se supiera con tantísima antelación, desde nuestro servicio meteorológico y otros colegas advertimos con una semana de antelación sobre la posibilidad de un evento intenso. Tres o cuatro días antes, avisamos de lluvias muy fuertes y persistentes.
El problema es que en España no se toma tan en serio a los meteorólogos. Además, instituciones como la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) no cuentan con todos los recursos necesarios. Por ejemplo, los radares de Cullera y Murcia presentaban problemas y se repararon de forma apresurada justo antes del evento.
«Los radares de Cullera y Murcia presentaban problemas y se repararon de forma apresurada justo antes del evento»
Entonces, ¿es cierto lo que se comentaba en muchas redes sociales respecto a los radares?
Sí, los radares habían estado inoperativos por cuestiones burocráticas y falta de recursos. El radar de Cullera llevaba unos nueve meses con problemas. Se activaron justo antes del temporal, pero no hubo tiempo para calibrarlos adecuadamente. Aun así, funcionaron lo suficiente para seguir la situación.
Esto depende directamente del Estado. Hasta que no ocurren desgracias, no se suele tomar en serio la necesidad de invertir en estos recursos. El mismo día del evento, se puso una alerta roja a las 7:30 de la mañana, pero no se le dio la importancia necesaria hasta que ya era tarde.
¿Cree que se podría haber hecho más en términos de previsión y alertas?
Siempre se puede mejorar. AEMET suele actuar con cautela y a veces tarda en emitir avisos rojos, que movilizan más recursos y alertan a la población. Aunque ese día actuaron más rápido de lo habitual, quizás se podría haber enviado el aviso un día antes.
El problema es que si las autoridades y la población no hacen caso o no comunican bien las alertas, poco podemos hacer. También falta educación sobre la importancia de atender a los avisos meteorológicos.
Se ha hablado de proyectos de infraestructura, como una presa en Cheste, que podrían haber mitigado los efectos. ¿Qué opina al respecto?
La construcción de presas y otras infraestructuras hidráulicas pueden ayudar a mitigar las inundaciones al controlar y almacenar el exceso de agua. El proyecto de 2004 podría haber reducido significativamente el impacto de este evento.
Sin embargo, ante cantidades de lluvia tan extraordinarias, es difícil evitar por completo las desgracias. Siempre es positivo contar con infraestructuras que ayuden a frenar el agua, pero también es crucial mejorar la planificación urbana y la gestión del territorio.