Desde las primeras horas posteriores a la catástrofe que golpeó con fuerza a varios municipios de la provincia de Valencia, Xàbia destacó por su rápida respuesta solidaria. Sin perder tiempo, coordinó el envío de sus efectivos a las áreas más afectadas, siendo uno de los primeros Ayuntamientos en presentarse sobre el terreno.
Policía Local, Protección Civil y otros servicios municipales se desplazaron hasta zonas donde la situación era crítica, demostrando que la capacidad de reacción puede marcar la diferencia en momentos de extrema necesidad.
Contacto entre alcaldesas
La decisión de acudir se tomó con inmediatez tras una llamada directa entre alcaldesas. “Esa misma mañana me llamó la alcaldesa, Rosa, y me dijo que había estado hablando con la alcaldesa de Catarroja, que nos pedía ayuda”, recuerda Juan Ortolá Bas, concejal de Seguridad Ciudadana de Xàbia. “Le dije que sí, que íbamos a organizarnos”. Apenas unas horas más tarde, policías locales y voluntarios de Protección Civil estaban en camino.
El contingente inicial fue significativo. “El primer día salieron catorce policías locales y doce miembros de Protección Civil, entre ellos un guía canino con perro de búsqueda de personas desaparecidas”, detalla Ortolá. Se prepararon con agua, alimentos y material logístico ante la incertidumbre que les aguardaba. En su llegada a Catarroja se encontraron un panorama complicado: calles intransitables, vehículos atrapados y vecinos sin posibilidad de salir de sus hogares.
Se enviaron el primer día dos cubas de agua potable con 40.000 litros
La cruda realidad
“Era un escenario dantesco”, describe Ortolá. Con las calles bloqueadas, las patrullas a pie fueron la única opción. La misión incluyó buscar supervivientes, atender a la población desde balcones y ventanas, y ayudar a quienes llevaban horas aislados. La unidad canina inició labores inmediatas de rastreo, mientras los voluntarios de Protección Civil vaciaban garajes anegados y se encargaban de recuperar la movilidad mínima en las vías.
Esta colaboración fue más allá de la seguridad ciudadana. Xàbia gestionó rápidamente el envío de agua potable, fundamental cuando el suministro se interrumpió. “Esa misma noche gestionamos dos cubas de 40.000 litros de agua. A la mañana siguiente la gente hacía cola con garrafas para llevársela”, afirma el concejal. Este esfuerzo logístico facilitó que, en cuestión de horas, los vecinos de Catarroja tuvieran acceso a un recurso imprescindible para su bienestar.
El contacto directo entre Rosa Cardona y la alcaldesa de Catarroja fue determinante para el envío inmediato de ayuda
Apoyo continuo
La implicación de Xàbia no se limitó a las primeras jornadas. Con el paso del tiempo, siguió aportando efectivos, adaptando el número de agentes según las necesidades locales. Hubo etapas centradas en la búsqueda de personas, otras en facilitar el acceso de maquinaria pesada a las calles, y otras en asegurar el material destinado a la reconstrucción. En cada fase, la coordinación resultó clave para mejorar la eficacia del trabajo.
La legalidad de la actuación estuvo siempre respaldada. Desde la Generalitat se emitieron decretos para permitir que policías locales actuaran fuera de su término, y el Ayuntamiento de Xàbia hizo lo propio. “La ley dice que, en casos de emergencia y cuando sean requeridos por la autoridad competente, la Policía Local puede actuar fuera de su término”, explica Ortolá. Así se garantizó no solo la seguridad de los agentes, sino también su cobertura legal ante cualquier eventualidad.
«Hemos ido adaptando el operativo según las necesidades» J. Ortolá
Agentes solidarios
Cabe destacar que este despliegue continuo nunca supuso un descenso en las coberturas ofrecidas a la ciudadanía local, ya que el compromiso de los agentes para ayudar a los municipios afectados se realizó fuera de su horario laboral y sin una contraprestación, en una muestra de deber y solidaridad con quienes necesitaban de su ayuda.
Otros ayuntamientos respondieron también, cada uno con sus recursos. Xàbia se mantuvo fiel a su compromiso con Catarroja, centrándose en esa población para ganar eficacia y entendimiento mutuo, aunque también se realizaron labores puntuales en otros pueblos, como Aldaia. A medida que la situación se estabilizaba, se redujo el despliegue, pero nunca se perdió el contacto ni la disposición a intervenir.
Para lo que haga falta
La clave fue la versatilidad: con el tiempo, la fase crítica dio paso a labores más especializadas. “Hemos ido adaptando el operativo según las necesidades”, señala Ortolá. Desde la búsqueda de víctimas o la entrega de agua potable, hasta la protección de maquinaria y el acompañamiento a personal médico, cada día supuso un reto distinto, afrontado con determinación y profesionalidad.
Xàbia destaca así como un ejemplo de respuesta inmediata, organizada y solidaria ante una emergencia fuera de sus límites. “Todo lo que se pudo hacer, se hizo desde el minuto cero”, concluye Ortolá, satisfecho de una actuación que reflejó el carácter generoso del municipio. Un esfuerzo que continuará ofreciéndose desde Xàbia mientras sea necesario.