Entrevista > José López / Patrón Mayor de Santa Pola (Santa Pola, 4-marzo-1977)
Desde Bruselas finalmente sacaron el pie del acelerador, y defienden que, si los pescadores del Mediterráneo aplican ciertas medidas sostenibles, podrán salir 130 días al mar como en 2024, frente a los 27 días que se anunció en un principio. Para eso, de los doce mecanismos de compensación se calcula que en España podrán aplicar seis, pero especialmente dos, en lo concerniente a las puertas voladoras y las nuevas medidas reglamentarias para las redes.
Solo así les permitirán seguir faenando los mismos días que hasta ahora, y poder garantizar el futuro de las especies. Aun así, los acuerdos alcanzados pueden suponer la reducción de los barcos de arrastre de España, si no se ajustan a las condiciones impuestas por la Unión Europea.
Por parte de los pescadores de Santa Pola, la situación puede no ser tan grave ya que la mayoría de los barcos de arrastre de su flota, unos cuarenta, se ajustan a las principales exigencias, y podrían mantener las mismas condiciones de pesca que hasta ahora. Así nos lo ha confirmado el Patrón Mayor y presidente del Cabildo, que es el órgano por el que se rige la Cofradía de la localidad, José Sánchez.
¿Cómo quedan las cosas para la flota pesquera de Santa Pola?
Mantenemos los 130 días de pesca por barco, más 52 que nos paga la administración. Esto hay que decirlo para que no haya confusión. Con esos datos ya prácticamente cubriríamos el año y podríamos mantener nuestros barcos y nuestros trabajadores.
¿Su flota pesquera está ya adaptada a las nuevas normas?
De las medidas que nos han impuesto prácticamente todos nuestros barcos las cumplen, y solo tendríamos que adaptar el nuevo modelo de malla que se exige. Afortunadamente, en Santa Pola la mayoría hicimos ya en su día esta inversión, ya que de tener que hacerlo ahora sería imposible para muchos.
«De las medidas que nos han impuesto prácticamente todos los barcos de Santa Pola las cumplen»
¿Y qué pasa con el resto del Mediterráneo?
Todo el Mediterráneo es imposible que pueda cumplir esas normas. Cada armador y cada barco es un mundo, y no todos pueden hacer frente a la inversión de gasto que esto supone. Si tienen que poner las puertas voladoras, que es la principal exigencia, y cambiar las mallas de las redes, habrá armadores que puedan y otros que no, y significará el fin de sus días en el mar.
¿Qué función cumplen las puertas voladoras?
Un barco de arrastre tiene unas redes en la cubierta que se lanzan por el lateral del barco y, después, se arrastran por la popa. Para mantener las redes abiertas, necesitamos puertas; son unas puertas especiales que llevan sensores para poder ver cómo de cerca del fondo del mar estamos y como de abiertas están las puertas, y esto nos permite evitar tocar el fondo marino.
Por lo tanto, así ayudamos a la regeneración del fondo del mar, no interferimos y, además, al no haber tanta resistencia, gastamos menos gasoil.
«Lo único que pedimos es que nos dejen trabajar»
¿Cuál es la inversión que puede suponer por barco?
De más de 50.000 euros por barco, y para muchos va a ser la ruina. Para instalar las puertas voladoras hay que sacar el barco del agua, en el varadero instalar ese sistema y volver a llevarlo al mar, y todo eso cuesta mucho dinero.
Aparte, si tienen que comprar mallas nuevas cada una de ellas cuesta unos 3.000 euros. Cualquier cambio o adaptación en un barco de estas características es muy costoso.
¿Les van a dar algún tipo de ayuda para poder afrontar estos gastos?
Por el momento lo que nos van a dar es tiempo. Para quien de momento no pueda asumirlo le van a hacer firmar un documento, comprometiéndose a instalarlo durante un periodo de tiempo. De las ayudas se habla, pero en firme no sabemos nada.
Aquí los únicos que van a salir ganando son los empresarios que se dedican a la fabricación de todos estos mecanismos, que cualquiera diría que van a comisión porque se van ver muy beneficiados económicamente.
Por ejemplo, yo tengo las redes nuevas que las compré hace dos años con las medidas que se exigían, compre de más por si se rompía alguna y las tengo sin estrenar. Ahora, dos años más tarde, nos cambian a otras redes, todo ese dinero va a la basura y tengo que comprar otras. Ya lo habían podido pensar antes.
«Se ha perdido la alegría, y ahora lo que solo tenemos muchas veces es ganas de llorar»
¿Cuántos barcos tiene usted de arrastre?
Tengo tres barcos, por lo tanto, todos los gastos hay que multiplicarlos por tres. Afortunadamente solo me afecta a las redes, pero aun así es mucho dinero, y lo más importante ante todo es garantizar los sueldos de los trabajadores.
¿Y cómo están los ánimos?
Pues muy mal, se ha perdido la alegría. El mar es muy duro, pero antes salíamos a faenar con ilusión de hacer una buena pesca y de tener el trabajo asegurado y recompensado. Pero últimamente ves las caras de los marineros y muchas veces lo único que tenemos es ganas de llorar, porque cada vez nos lo ponen más difícil.