Entrevista> Verónica Serrano / Delegada sindical (Elche, 16-octubre-1985)
Además de la avanzada edad, a las personas mayores se les suman con frecuencia otros condicionantes que, si no están gestionados correctamente, les impiden llevar una vida plena en esta última etapa en la que se merecen ser felices. Muchos ancianos tienen enfermedades, dependencia, problemas de movilidad o, simplemente, no cuentan con familiares que les puedan ayudar. Es aquí donde el papel del profesional que trabaja con mayores es de vital importancia.
Las trabajadoras de las residencias privadas de personas mayores piden una mejora significativa en sus condiciones laborales, así como un trato justo y acorde con la labor que desempeñan, que repercute también a los usuarios ingresados en su calidad de vida.
Se sienten discriminados
Las quejas y movilizaciones están siendo secundadas por la mayoría de centros de estas características en toda la Comunitat Valenciana, y empiezan a sumarse otras comunidades. El sector, mujeres en su mayoría, demostró su labor esencial durante la pandemia, pero tras los aplausos y el reconocimiento público, dicen sentirse olvidados y desvalorizados.
También se sienten discriminados con respectos a trabajadores de sus mismas categorías y tareas que trabajan en la Sanidad Pública, cuyos sueldos distan mucho de los suyos y piden una justa equiparación.
Convenio obsoleto
El último convenio colectivo de 2023 establece que el salario base de una gerocultora, por ejemplo, en una residencia privada es de 1.112,30 euros al mes, con pequeñas compensaciones adicionales: 23,13 euros mensuales por disponibilidad, 20,82 euros por trabajar en domingos o festivos y 19,17 euros por noche trabajada.
En comparación, una auxiliar de enfermería del sector público recibió un salario base de 1.512,15 euros el mismo año, con complementos de 39,45 euros por domingos o festivos y 35,10 euros por noches trabajadas.
Con estas cifras manifiestan la brecha salarial significativa para quienes realizan las mismas tareas, y enfrentan en muchos casos mayores exigencias debido a ratios de personal insuficientes. Después de un año de espera para iniciar las negociaciones, la patronal ha propuesto un aumento de salario que consideran insuficiente, y denuncian una precaria situación de este sector que creen que no reconoce la labor que realizan en el cuidado de las personas mayores.
«La mayoría de familiares nos apoyan y muchos nos acompañan en nuestras concentraciones»
Consecuencias
Una de las consecuencias más importantes es la sobrecarga de trabajo que aseguran que llevan a cabo, y que puede repercutir en la debida atención especial que necesitan las personas ingresadas. Se enfrentan dicen, a sobrecargas físicas, psicológicas y emocionales, que puede derivar en lesiones musculares y otros problemas de salud.
Entre tanto, si no prosperan las negociaciones, seguirán convocándose concentraciones a las puertas de cada centro por parte de trabajadores y familiares, para reclamar que acaben con las condiciones precarias que vienen reclamando desde hace años.
De todo esto hablamos con Verónica Serrano, delegada sindical de CCOO.
¿Ha habido algún avance?
Por el momento se han producido conversaciones con la patronal pero no hay ningún avance claro. Por lo tanto, vamos a seguir alzando la voz con concentraciones en distintos puntos de la provincia. Estamos a un once por ciento por debajo del salario mínimo y la patronal solo estaría dispuesta a subirnos un cinco por ciento. No estamos dispuestos a permitirlo.
«No solo falta personal, también falta que nos den más horas»
Al margen del salario, ¿cuáles son vuestras quejas?
Reclamamos que se nos dé la jornada completa, que beneficiaría al funcionamiento de los centros y a la atención de los ingresados, y a los trabajadores nos compensaría económicamente. Lo que no pueden pretender es que vivamos con un salario de quinientos euros al mes en muchos casos.
Pero es que además hacen contratos a profesionales con una categoría inferior, para pagarles menos de los que les corresponde.
¿Repercute en la atención de los mayores ingresados?
Claro. En mi caso por ejemplo que estoy en la lavandería, estoy sola para todo el centro, desde las siete de la mañana hasta las seis de la tarde, y son ciento cuarenta usuarios que necesitan su ropa de cama, toallas y su propia ropa limpia, y es muy difícil con una sola persona.
En el resto de los puestos de trabajo ocurre lo mismo. Las gerocultoras, por ejemplo, que deben atender a personas con poca movilidad, solo les dan unas horas de trabajo por la mañana. El resto del día se tienen que ocupar los trabajadores que quedan, y multiplicar sus obligaciones para que puedan estar bien atendidos.
«Se hacen contratos con categorías inferiores»
¿Cuál es la opinión de los familiares?
La mayoría nos apoyan, y muchos nos acompañan en nuestras concentraciones. Ellos son parte interesada porque quieren que nuestros problemas laborales no repercutan en sus mayores. Desconocían cual era nuestra situación.
¿Qué te aporta a nivel personal tu trabajo?
Las personas mayores valoran mucho más todo lo que se hace por ellas y son en general muy agradecidos. Independientemente de nuestros problemas laborales, los mayores te aportan muchas cosas buenas, porque son personas que necesitan mucho cariño y ellos te lo dan con creces.
Uno de los grandes problemas de muchas personas mayores es la soledad. Saber que están acompañados es para ellos uno de los mejores regalos, no están solos y tener con quien poder hablar es el mayor consuelo para afrontar su día a día.