Que nadie se lleve a engaño. Que marzo es muy traicionero. Lo mismo comienzas ya a quitarte ropa porque arriban los primeros calores del verano que te enfrentas a que, por contra, se te revientan las tuberías por congelación de su alma acuosa. Marzo, aquí, se ha dado con nieve a las puertas de Sant Joan o en la cumbre de la alicantina Fontcalent, pero también con playas a tope y montañas domingueras.
El invierno se va y le pasa el testigo a la primavera, este año el jueves 20 a las diez y un minuto de la mañana. De media, los días y las noches se reparten equitativamente las veinticuatro horas. Toca sembrar, por ejemplo acelgas, boniatos (moniatos, batatas), calabazas, patatas, rábanos, zanahorias… Y de cosechar, quizá ajos, alcachofas, brócolis, habas, lechugas…
Días de buñuelos
El parón biológico comienza a aflojarse. Aquellos peces que invernaron asoman, famélicos, para picar en algún que otro anzuelo. Corvinas, jureles, lubinas… Hora de darle gracias, el 14, a San José (siglo I a.C. al siglo I d.C.), por poner de ejemplo el gran santo titular en la Comunitat Valenciana, lógicamente también en la provincia alicantina, para este mes.
Al carpintero esposo de la Virgen María, al margen de las celebraciones que cada localidad se saque de las chisteras social y tradicional, también se le quiere bien en muchos hogares por la vía gastronómica. Así, los consuetudinarios buñuelos de calabaza. Mixtura mozárabe de harina, agua y levadura cuajada entre los siglos VIII y XV, por estos pagos les añadimos calabaza y a veces leche, frito todo en aceite.
Buñuelos de calabaza: mixtura mozárabe cuajada entre los siglos VIII y XV
Azúcar, pólvora y luz
Vale, según el azúcar de cada cual, se puede rebañar con ellos un plato relleno de este solo o con canela. Y animarse para visitar la fiesta estrella en este mes: las Fallas. Las veteranas y glorificadas en la Comunitat Valenciana son las de València, tanto la capital como en su zona metropolitana. Pero la provincia alicantina también se apunta al jaraneo. Como en Benidorm (Marina Baixa).
El meollo festero principal se concentra entre el lunes 17 y el miércoles 18. Las fallas Centro (por la plaza Doctor Fleming), Rincón (en la avenida Ametlla de Mar) y Els Tolls (de la calle Tomás Ortuño), apoyadas por el Ayuntamiento, volverán a llenar viales de pasacalles, desfiles varios, pólvora, luz y alegría. Que enlazan con los rescoldos aún vivos del pasado Carnaval y otra fiesta mayor en el municipio.
El día 15 se agasaja a la Virgen del Sufragio con una ofrenda de flores
El hallazgo rememorado
El descubrimiento el 16 de marzo de 1740 de la Virgen del Sufragio (derivado posible de ‘naufragio’), la Mare de Déu del Sofratge, que habría de convertirse en la patrona de Benidorm, iba a sentar bases religiosas y festeras en el alma benidormense. Ya se celebró antes la conmemoración principal de encontrar intacta una imagen mariana tras prender fuego, por si la peste, a la embarcación vacía en que llegó.
Es algo que se materializa en noviembre, para coincidir con el descanso de los marineros de las faenas de la almadraba, pero las que serían las fechas originales tienen su hueco. El sábado 15 se la agasaja con una ofrenda de flores, y el mismo domingo 16 se conmemora el hecho. Los festejos benidormenses, finalmente, se rubrican con más demostraciones del carácter amalgamante del lugar.
Las embajadas de Villafranqueza fueron escritas por Vicente Mojica
Castilla-La Mancha y Villafranqueza
En concreto, este es el mes de la Jornada Castellano-Manchega, el sábado 29 y el domingo 30. Hay solera ya: la Casa de La Mancha en Benidorm y Comarca se fundaba en 1991, por unos amigos procedentes del municipio albaceteño de La Roda (se iba a llamar inicialmente Peña Rodense en Alicante y Murcia). El Gobierno de Castilla-La Mancha reconocía en octubre de 2022 a la Asociación como gran embajadora de la cultura castellano-manchega.
¿Más embajadas? Las que llegan desde una pedanía de Alicante ciudad, Villafranqueza o El Palamó. Los festejos, surgidos en 1971 y declarados de Interés Turístico Provincial en 2023, llenan de fiesta calles y plazas de este pequeño núcleo urbano que, registrado como barrio, con Hoguera de distrito en ocasiones, fue población independiente desde la segunda mitad del siglo XVIII hasta 1932. Atención a las embajadas escritas por un gran poeta y dramaturgo alicantino, Vicente Mojica (1923-1989).
El santo italiano
Aún nos queda hueco para una conmemoración, festejo o como queramos llamarlo. En Almoradí y Catral (Vega Baja), las rogativas al obispo italiano, de cuna alemana, Emigdio de Áscoli (San Emigdio, 279-303), cuyo espíritu supuestamente salvó del terremoto de 1703 a Ascoli Piceno, donde falleció y hay catedral románico-renacentista en su honor, sirven aquí para recordar otro movimiento sísmico más cruento y más cercano: el de Torrevieja de 1829.
El sábado 21 de marzo de ese año a las seis y cuarto de la tarde, la falla (aquí definiendo a una fractura en la corteza terrestre) de Benejúzar-Benijófar iba a provocar un desastre que sesgó entre casi cuatrocientos y más de ochocientas vidas. Aquella falla, aquí no tan festera, es hoy sin embargo motivo de ruegos y, por qué no, alegrías en el paso del invierno a los primeros jirones de la primavera.