Un héroe valenciano en el ostracismo. Un valenciano que tuvo el coraje de plantar cara a las tropas napoleónicas, jugándose la vida y arengando al pueblo de la ciudad, metido en un rincón. Sin apenas luz. Expuesto al tráfico de Guillem de Castro y en el retranqueo de una acera de nulo o escaso paso.
Ahí languidece El Palleter. El William Wallace del pueblo valenciano. La Juana de Arco del ‘cap i casal’. Ya nadie lo admira. Con suerte reparan en él los adolescentes cuando hacen botellón en ese recoveco junto a las Torres de Quart, antes de adentrarse de fiesta en El Carmen. O cuando algún indigente establece ahí su hogar temporalmente.
Vicente Doménech, conocido por el sobrenombre de «El Palleter», fue un personaje popular y destacado en la Guerra de la Independencia Española y que, según la tradición, sería el primero en alzar su grito de revuelta contra los franceses en València.
Bajo los córvidos
Nadie pasa por esa angosta acera de Guillem de Castro que bordea las Torres de Quart. Nadie se enorgullece al verlo porque nadie lo ve. Al conductor no le da tiempo. Y el peatón, como mucho, va por la acera de enfrente; más amplia y con comercios. Tampoco pasean turistas, que entienden que el centro histórico acaba, precisamente, al dejar atrás las Torres de Quart.
Los alumnos de la Universidad Católica de Valencia (UCV), cuando salen a descansar, se quedan en la zona ajardinada de Guillem de Castro, frente a Santa Úrsula, unos metros más allá. Al final, tan sólo los córvidos que anidan en las almenas de las Torres de Quart saben del Palleter. Sus graznidos en lo alto parecen querer advertir al pueblo valenciano de este injusto olvido. Vuelan en círculo unos metros más arriba. Como buitres merodeando el cadáver monumental, diríase.
Su monumento enarbola la faja de su cintura en actitud entusiasta, decidida y enérgica
Ideada en Roma
La estatua en cuestión data de principios de siglo pasado. Respecto a su composición, está realizada en fundido (bronce). Su autor es Emilio Calandín, artista nacido en València en 1870 y muerto en Barcelona en 1919. El 25 de junio de 1900, en carta autógrafa, notificaba el envío correspondiente a su tercer año de pensionado en Roma, beca de la Diputación de València que había obtenido previa oposición en 1896.
El envío consistía en una estatua, modelo en yeso, de dos metros de altura, representando al Palleter. Hay que señalar que también presentó la escultura a la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1901 y que fue premiada con medalla de segunda clase.
Esta escultura ganó la medalla de segunda clase en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1901
Indumentaria popular
Emilio Calandín representó al legendario héroe valenciano ataviado con indumentaria popular valenciana, enarbolando la faja que ceñía su cintura en actitud entusiasta, decidida y enérgica. Esta estética se han convertido ya en habitual los días de Fallas en València, cuando se dejó atrás el traje negro de hace décadas en pro del estilo huertano.
Del modelo en yeso que llevó a cabo el brillante artista valenciano se sacaron dos réplicas en bronce. Existe una que se conserva en el Museo de Bellas Artes de València, y la expuesta al público de la que hablamos en este reportaje, la cual fue instalada ya en 1966 junto a las Torres de Quart.
Ese año se derribó unos locales que estaban junto a las Torres de Quart para ampliar los jardines de Cervantes. Fue la ubicación elegida por el consistorio, delante de un pequeño trozo de la antigua muralla que todavía perdura. Con la mejor intención, sin duda, pero estratégicamente fallido con el correr del tiempo dado que languidece ajena a la ciudadanía.
València fue de las últimas ciudades en caer, resistiendo hasta casi el final de la guerra
Reciente restauración
La figura del Palleter fue sometida el pasado mes de septiembre de 2024 a un proceso de restauración por recomendación de la Oficina Técnica de Restauración y Mantenimiento de Monumentos del Ayuntamiento de València.
Esta pieza escultórica presentaba detritus de aves, además de suciedad por la acumulación de partículas ambientales y por la contaminación del tráfico. La restauración tuvo un coste total de 15.826,80 euros.
Vendedor de pajuelas
Vicente Doménech era un huertano nacido en Paiporta en 1783, que a los ocho años se trasladó al pequeño pueblo de Patraix, ahora barrio de València. Su indumentaria consistía en un traje de huertano o de «saragüell», con una faja roja en la cintura. Su trabajo consistía en vender pajuelas inflamables (oficio que daría nombre a su apodo).
España había sido invadida por Napoleón. En 1807, Napoleón y Manuel Godoy, ministro del rey Carlos IV de España, firman el tratado de Fontainebleau, mediante el cual se permitía que las tropas francesas pasasen por España para invadir Portugal. Una vez instalado el ejército francés en tierras peninsulares, Godoy fue consciente de que se trataba de una invasión.
El 2 de mayo de 1808 se produce una sublevación popular en Madrid y más tarde en otras zonas. El levantamiento del pueblo valenciano lo simbolizó El Palleter, quien jaleó ir contra la orden dada por el gobierno de Madrid de reconocer por rey de España a José Bonaparte. Tras el estallido del conflicto bélico, València fue de las últimas ciudades en caer, resistiendo hasta casi el final de la guerra.