Entrevista > Raquel Piera / Actriz (Alfafar, 5-octubre-1983)
Raquel Piera tenía clarísimo que su camino se dirigía hacía la interpretación, siendo una niña-anuncio que llegó a coincidir con Martes y Trece o Antonio Ferrandis, el mítico Chanquete de ‘Verano Azul’.
Los años no eliminaron ese anhelo, que se convirtió en realidad con su primera función, ‘Contes dels Grimm’, a la que siguieron otras, como ‘Holmes & Watson’, ‘Temporada baja’, ‘Tirant’, “con la que estuvimos de gira, incluso en Madrid”, ‘No som ningú’ y ‘Salem’, estas dos últimas de una compañía propia.
Confiesa que sobre las tablas es realmente feliz, llegando a un estado de meditación. Ahora, junto a Paula Llorens e Isabel Martí, presenta ‘Rogles de cançons i misèria’, obra que cuenta historias anónimas de mujeres en la posguerra, “un homenaje a nuestras abuelas”.
«Era una niña muy resultona, viva, simpática y pronto comencé con pases de modelo y publicidad»
¿Cuándo nace la Raquel actriz?
Siempre he sido muy artista, desde pequeña. Era una niña muy resultona, viva, simpática y pronto comencé con pases de modelo y publicidad. Me fascinaba estar en el set de rodaje, aunque esta etapa duró poco, hasta que me hice preadolescente.
Me decanté un poco por la música (solfeo, flauta travesera…), pero seguía siendo consciente que mi sueño era actuar, cantar, hacer teatro -más allá del colegio- y a los dieciséis años me apunté a la Escuela Municipal de Teatro de Silla.
¿Qué aprendiste en ese centro?
¡A amar esta profesión! Solo dos años después, de hecho, sabía que no iba a servir para nada más y me matriculé en Arte Dramático. Iba mucho al teatro, como espectadora, para conocer un poco más de la profesión, fijándome mucho en Verónica Andrés, Victoria Salvador, Pilar Martínez…
También observaba a los más jóvenes, en salas alternativas, entre otros Paula Miralles, Mercè Tienda y Àngel Figols, igual que directoras como Eva Zapico.
¿Cuáles fueron tus primeros trabajos?
Nada más finalizar mis estudios me llamaron de ‘Anem Anant Teatre’, compañía especializada en teatro infantil y dirigida por Vicent Pastor, Eduard Costa y Fernando Pascual.
Empecé haciendo animaciones para lectura, recorriendo numerosos institutos y colegios del Levante, y seguidamente me dieron la oportunidad de trabajar en una producción Escalante llamada ‘Contes dels Grimm’, con Gemma Miralles como directora.
«Disfruto entregándome, tirándome a la piscina, porque descubro aspectos nuevos que están dentro de mí»
¿Te podrías definir como actriz?
Soy disciplinada, comprometida, apasionada, versátil y me gusta entregarme, tirarme a la piscina. Eso es bueno, porque me permite encontrar aspectos que están dentro de mí. Si no te atreves, no surgen, algo que me encanta de mi profesión, ese vértigo que sentimos al afrontar un nuevo personaje.
He hecho sobre todo teatro, además de ciertos pinitos en audiovisual, como la publicidad que comentaba, algún corto y un papel secundario en la serie de À Punt ‘La forastera’.
¿Los escenarios qué representan?
Es un tópico que decimos todos, pero soy feliz sobre ellos. Hago teatro para disfrutar, pasármelo bien: obtengo una sensación parecida a la meditación, al estar tan focalizada en el aquí y ahora. No puedes pensar en otra cosa, es imposible.
Se trata de una sensación adictiva, por eso cuando un actor prueba el teatro ya no quiere parar, les pasa igualmente a amateurs.
¿Y los compañeros?
Lo son todo para mí. Hago un monólogo, ‘Niñas que no tenemos ni puta idea’, y creo que no repetiré la experiencia, me faltaba algo, esa mirada, ese dar y recibir del compañero, esa red de apoyo.
Siempre que participo en un espectáculo, un proyecto, se forma una pequeña familia durante unos meses -con miles de anécdotas, momentos…- y me acabo llevando dos o más amigos para la vida.
«Empalmar proyectos es una fantasía que a veces se da, mientras en otras te preguntas por qué nadie me llama»
¿Tiene puntos negativos?
Es una labor que muestra dos caras, y la otra es que resulta muy complicado hacerte un hueco de manera estable. Empalmar proyectos es una fantasía que todos tenemos, a veces se da, mientras en otros instantes dices ¿por qué no me llama nadie?
La verdad es que es realmente duro, porque todos tenemos facturas que pagar. Cuando fui mamá tuve que parar, obligatoriamente, y decidí formarme, estudié un ciclo de Producción de Audiovisual y Espectáculos, para también poder estar en el otro lado.
Alguien importante para ti es Paula Llorens.
Nos conocimos en ‘Temporada baja’ y casi de inmediato conectamos. Ella acababa de fundar su compañía, ‘Cactus Teatre’, y me buscó para una sustitución en ‘Cardiovascular’. Desde entonces somos grandes amigas y hemos seguido trabajando juntas en otros proyectos.
¿Volvéis a uniros en un proyecto nuevo?
Denominado ‘Rogles de cançons i misèria’, en la Sala Russafa del 15 al 18 de mayo. Seguidamente estaremos en Xàtiva, Aielo de Malferit, Canals, Puçol… Un lujo.