Los terceros Premios al Mérito Cultural de la Ciudad de València, otorgados el pasado 30 de mayo, permitieron que nuestro Ayuntamiento reconociera la labor, talento y trayectoria de la productora audiovisual María Zamora, el escritor Rafael Lahuerta, la periodista María Ángeles Arazo y la compañía l’Horta Teatre.
Durante el acto, celebrado en el edificio de La Lonja, Patrimonio de la Humanidad, la alcaldesa, María José Catalá, expresó su emoción ante estas distinciones, “una celebración de lo que somos, una reivindicación del talento, con el deseo de retenerlo”.
Sin duda, agregó, estos premios destacan a personas o entidades que están vinculadas a la ciudad y se han distinguido en cualquier categoría del ámbito de la cultura. “Estos premios son la expresión pública del compromiso del Ayuntamiento con la cultura como bien común y una reivindicación del talento que nace, crece y se proyecta desde València a todo el mundo”.
«València es una ciudad con muchas voces, con muchas maneras de contar y de sentir» Mª J. Catalá
Responsabilidad institucional
En opinión de Catalá, es una responsabilidad institucional reconocer públicamente a quienes hacen grande la ciudad de València “a través del arte, la palabra, la imagen o la escena”. Se enorgulleció a continuación de la capacidad de los galardonados para emocionar e inspirar.
“València es una ciudad con muchas voces”, declamó, con numerosas maneras de contar y de sentir. En un lugar de referencia como La Lonja, “que ha construido nuestra historia”, quiso sobresaltar la excelencia, perseverancia, compromiso y capacidad de transformar una vocación en legado.
Un legado que conecta generaciones y nos recuerda que “una ciudad sin cultura no es una ciudad completa, sino incompleta”. Por ello, dirigiéndose a los premiados, “queremos reconocer todo el trabajo que habéis hecho y seguís haciendo”.
Retener el talento
Para la alcaldesa, retener el talento es cultura, “igual que si hablamos de identidad y raíces”, o del propio valenciano ‘apichado’ “que yo misma hablo: ¡todo eso es cultura!”, manifestó, antes de apostillar que la cultura es un bien común, “un motor de identidad y una parte esencial del alma de la urbe”.
València es una ciudad que crea, que inspira y también transciende. “Se trata de una ciudad viva, creativa, que tiene en la cultura una de sus formas más plurales y brillantes de expresarse”, indicó, “de expresar lo que somos”.
Pero, del mismo modo, de construir ciudad, pues los Premios al Mérito Cultural de la Ciudad de València “conllevan una responsabilidad, la de parar un momento ese ritmo vertiginoso que marca las agendas”.
«La cultura es una de las formas más plurales y brillantes que tiene la ciudad de expresarse» Mª J. Catalá
Agradecimiento al jurado
Antes de dirigirse a cada uno de los galardonados, quiso dar las gracias a la Regidoría de Acción Cultural, al Patrimonio de Recursos Culturales y, sobre todo, a los miembros del jurado, “por su rigor, visión y criterio”.
Han tenido, expuso, la compleja misión de decidir, “dado el elevado nivel que existe en nuestra ciudad”. Los premiados “son personas a las que les une algo más que una disciplina, su autenticidad, obra y talento”.
María Zamora (1976)
“María es una persona que ha sabido mirar el mundo desde la cámara, pero también por medio del corazón”, aseguró, porque la suya es una mirada como productora audiovisual comprometida, feminista y profundamente humana.
Sus virtudes, matizó la alcaldesa, le han permitido con su película ‘Alcarràs’ conquistar festivales internacionales como el de Berlín, “un hito para la mujer española en el sector audiovisual”.
Asimismo, ha roto techos de cristal, ha abierto puertas a nuevas generaciones de niñas que “ahora sueñan con contar historias y hacerlo desde el cine”. “Gracias por convertir tu pasión en una revolución silenciosa, pero imparable”, concluyó.
La Lonja de la Seda, edificio emblemático, Patrimonio de la Humanidad, fue el escenario escogido
Rafael Lahuerta Yúfera (1971)
“Gracias igualmente a Rafa Lahuerta, escritor que ha devuelto València a la literatura y viceversa”, aseveró, mediante unas novelas que dejan desnuda a la ciudad, “rescatando múltiples identidades, contradicciones y verdades”.
En un mundo acelerado como el actual, “has reivindicado la profundidad y, en un panorama muchas veces superficial, tú has optado por el alma”, le reveló, porque en tu obra “has demostrado que lo más íntimo puede ser también lo más universal”.
“Has construido un universo que es nuestro”, prosiguió. “¡Gracias por devolvernos una València que no sabíamos que necesitábamos!”, se sinceró.
«Ilusión por mi madre»
El propio Rafa Lahuerta nos atendió amablemente una vez finalizado el acto, que calificó como “agradable: siempre es bonito que te reconozcan”. No obstante, “sí algo me ha hecho ilusión es que mi madre, que cuenta ahora con 80 años, lo haya podido vivir en directo”.
“Las personas que más disfrutan de estos eventos son siempre las madres”, confesó Lahuerta, quien no se esperaba el premio, “aunque tampoco pienso en esas cosas”. Le sigue sorprendiendo -argumenta- que a gente “como a mí se les premie, al estar un poco al margen”.
Agradece, por supuesto, el reconocimiento, “sobre todo porque el jurado es gente del mundo de la cultura, que siempre ven todo desde un prisma bonito”.
«Sí algo me ha hecho ilusión es que mi madre, ahora con 80 años, lo haya podido vivir en directo» R. Lahuerta
María Ángeles Arazo Ballester (1930)
“Gracias a María Ángeles Arazo, crónica viva del sentido y del pulso cultural de València un total de siete décadas”, remarcó Catalá. Desde entonces ha contado nuestra historia con rigor, sensibilidad, con una curiosidad que no se agota, dando voz a artistas, creadores y tradiciones, las que configuran nuestro ADN colectivo.
“Hoy -añadió la dirigente- sigue siendo testimonio imprescindible de lo que hemos sido. Tú eres una brújula de lo que podemos ser. No solo has hecho periodismo, sino que has hecho ciudad”, la alabó.
L’Horta Teatre
“Finalmente, a L’Horta Teatre, con más de cincuenta años de compromiso en nuestras artes escénicas, enseñando su arte a los más jóvenes, a nuevos públicos, a la dramaturgia valenciana”, dijo con orgullo hacia los ganadores del Premio Nacional de Artes Escénicas para Infantes y Juventud 2023.
En la Sala L’Horta, fundada en 1995, “habéis creado un sitio icónico, un espacio para la imaginación de miles y miles de niños de nuestra ciudad”. Quiso agradecer también, como madre, por educar, crear, emocionar, sembrar vocaciones y resistir.
Catalá recordó, que pocas semanas después de sufrir la DANA -29 de octubre de 2024- “en esa misma sala recuperasteis vuestra labor con una admirable determinación, reivindicando el poder del teatro y la cultura para la recuperación emocional”, fundamental para los pequeños, que tanto precisan de la magia, el refugio y la alegría del teatro.
«Haces lo que te gusta hasta que alguien piensa que tu labor ha sido importante» A. Picó
Una labor recompensada
Alfred Picó (1962), máximo responsable de la compañía teatral, nos comunicó que “normalmente no te esperas este tipo de premios, no estamos en las quinielas”. Sigues trabajando, alegó, haciendo la labor que te satisface, pero un día llega un reconocimiento así “porque alguien ha pensado que nuestra labor a lo largo de tantos años ha sido importante”.
Para Picó, en la compañía desde los 14 años -haciendo de todo-, lo más bonito es que la corporación está de acuerdo y te lo conceden. “Solo podemos sentirnos muy agradecidos y contentos, reconocidos por el Ayuntamiento”.
Ciudad unida
Mª José Catalá anhela ver una ciudad unida alrededor de una voz, la cultura, “el verdadero proyecto”. Habló otra vez de la retención de talento, que nuestros hijos se queden aquí a vivir, que puedan desarrollar su vocación en su ciudad, poder apreciar con orgullo nuestra lengua, identidad, saber conectar con nuestro pasado, pero también con los creadores del futuro.
“Convertir el periodismo en una novela que relata nuestra vida, que te la cuenta, la conoce, la difunde”, razonó, “saber que el teatro es un alimento del alma, que allí, en la sala, viajamos, para estar más alimentados y para que nuestro corazón esté más rico, además de más tranquilo y feliz”.
Esa es la València en la que creemos, una València de cultura, “porque solo así podremos recuperar la autoestima, retener el talento, valorar nuestra identidad y generar verdaderas vocaciones de futuro”.