ENTREVISTA > Javier Jarque / Presidente del Centro Aragonés de Elche (Elche, 25-octubre-1975)
En el centro aragonés de Elche se están viviendo los días más importantes del año. A los actos del día del Pilar se ha unido la celebración de su 45 aniversario, combinando tradición, música, baile y emotivos recuerdos.
Con dieciocho años al frente, el presidente de la entidad revive en estas líneas los momentos más destacados de la conmemoración, y cómo la Jota y las costumbres aragonesas siguen vivas gracias a la pasión compartida de sus miembros.
Todo un año de actividad
Aunque solo tienen como fiestas propias las del Pilar, en realidad están todo el año activos. Participan en todas las fiestas de la ciudad y fuera de ella, dando visibilidad a su trabajo y a su esfuerzo por la tierra que aman.
¿Cómo se organizó este 45 aniversario tan especial?
Lo celebramos en el Palacio de Congresos con un acto doble el mes pasado. Primero el pregón tradicional, a cargo de Tomás Gascón alcalde de Monroyo (Teruel). Después, hicimos un recorrido por los 45 años de la asociación, recordando vivencias compartidas con otras entidades, y con todos los presidentes que han pasado por la junta directiva. Todo acompañado de canto, baile y rondalla.
¿Algún momento especialmente emotivo?
Al final del pregón recordamos a las personas que ya no están. Se interpretó un solo de trompeta con la melodía de ‘El silencio’ y, cuando terminaba, irrumpieron los tambores del Bajo Aragón. Fue un instante muy sentido por todos nosotros.
¿Qué otras actividades se celebraron esos días de celebración del 45 aniversario?
Organizamos una ronda aragonesa por las calles, con joteros de fuera que se unieron a cantar y tocar. En Santa María celebramos una misa conjunta, con música y cantos interpretados por todos.
«Mi familia mantiene casa en el pueblo de mi padre, y así seguimos yendo»
¿Los actos del Pilar culminan todo un año de preparación y actuaciones con otros festejos?
Sí, y este año, además, con motivo del 45 aniversario empezamos antes con las actividades. Por ejemplo, aprovechando la Noche Blanca de los museos, hicimos una exposición de indumentaria tradicional y de instrumentos en la Calahorra. Expusimos piezas heredadas, ropa antigua y también instrumentos como guitarras, guitarricos o los tambores y bombos del Bajo Aragón.
¿Cómo han preparado los actos principales de sus fiestas?
El 9 de octubre con actividades tradicionales, y el día 11 una ronda por la ciudad que termina con Jotas y ofrenda floral en Santa María. El 12, día grande, misa en Santa María, y después la participación de nuestros grupos en el programa festivo, con Jota, música y baile en el festival de Jotas en el Gran Teatro.
Sorprende saber que muchos de ustedes no son aragoneses de nacimiento.
Así es. En el grupo de Jota y tambores no hay ningún aragonés, ni siquiera yo. Mis abuelos y mi padre sí lo eran, pero yo soy de aquí. Eso sí, todos sentimos Aragón como propio en nuestro corazón.
«Bailar frente al altar de Santa María tiene una carga simbólica muy fuerte»
En las celebraciones, también bailan una Jota frente al altar de Santa María. ¿Cómo se vive ese momento?
Es muy especial. Bailar frente al altar, con la basílica repleta de gente detrás, tiene una carga simbólica muy fuerte. Es un momento muy emotivo que vivimos todos juntos.
Después llega el festival de jotas, ¿qué ofrecen en él?
Hacemos un recorrido por las distintas provincias aragonesas. Incluimos desde boleros más señoriales hasta jotas poderosas, pasando por cantos grupales, dúos o piezas más delicadas. La Jota es riquísima en estilos y cada año nos gusta mostrar esa diversidad.
¿Tienen una formación de música y baile en el Centro?
Escuela como tal no, la enseñanza se hace de manera práctica, quien llega, aprende directamente de los que ya saben. Se enseña canto, técnica vocal y baile. No todos sirven para todo, pero siempre encontramos la mejor manera de que cada uno se integre en lo que mejor sabe hacer.
«En el grupo de Jota y tambores no hay ningún aragonés, ni siquiera yo»
¿Quiénes componen el grupo de Jotas?
Somos 35 componentes. Unas diez personas que cantan, diez que tocan y unas quince que bailan. Además, el grupo de tambores y bombos, que se estrenó en 2018.
¿Usted toca algún instrumento además de cantar y bailar?
Sí, tocos varios: guitarra, guitarrico, guitarrón, laúd y bandurria. Además, dirijo el grupo de tambores y bombos, somos unas treinta personas. En total, unos dieciocho tambores y doce bombos, como los que se ven en la Semana Santa del Bajo Aragón.
¿Cómo logran mantener viva la tradición aragonesa lejos de Aragón?
Con viajes y encuentros. Pertenecemos a la Federación de Comunidades Aragonesas del Exterior y cada año participamos en una reunión en Aragón. En mi caso, mi familia mantiene casa en el pueblo de mi padre, así que seguimos yendo. Pero sobre todo se trata de transmitir la normalidad, que hijos e hijas vivan desde pequeños la Jota, la música y las tradiciones como algo propio.