Entrevista > Fernando Sala Soler / Diseñador gráfico e ilustrador (Xàbia, 14-mayo-1984)
Con un trazo inconfundible y una mirada irónica, el ilustrador y caricaturista Fernando Sala se ha convertido en el cronista gráfico de la vida cotidiana de Xàbia. Desde los carteles de las fiestas más emblemáticas hasta las viñetas que reflejan las inquietudes de sus vecinos, su estilo cómico es ya parte del imaginario local.
Desde muy pequeño sentiste la llamada del dibujo. ¿Cómo fueron esos inicios y en qué momento un hobby se convirtió en una vocación profesional?
Sinceramente, siempre he tenido el gusanillo de dibujar. De pequeño empecé en las paredes de mi casa y, poco a poco, lo que era un hobby en el colegio se convirtió en una necesidad de plasmar lo que veía y sentía. Con el tiempo, esa afición se transformó en el deseo de poder vivir de lo que más me gusta, y por eso busqué los estudios necesarios para lograrlo.
«Los clientes te buscan por tu estilo característico»
Todo artista tiene sus referentes, especialmente en sus comienzos. ¿Quiénes fueron los grandes maestros que inspiraron tu estilo?
Claramente, Francisco Ibáñez. Tengo una gran colección de Mortadelo y Filemón y, al principio, cuando aún no tienes las ideas claras, empecé copiando sus personajes, que no calcando. Con el tiempo, dejé de fijarme tanto en ellos para crear mis propias figuras, aunque lógicamente ese estilo inicial influyó en la forma de trazar mi propio camino.
Una de tus facetas más conocidas es la de viñetista con ‘Xàbia en Vinyetes’. ¿Qué te inspira a la hora de plasmar la actualidad local con humor?
Me inspiran los problemas de la gente cercana. Escuchaba las quejas cotidianas, como la dificultad para aparcar o las molestias por las obras, y sentía la necesidad de plasmarlas. Era una forma de reflejar la crispación y las inquietudes de mi pueblo, pero a través del prisma del humor, de una manera más desenfadada y menos cruel.
«Una IA puede ponerte confeti para simular alegría, pero nunca podrá transmitir un sentimiento genuino»
Tu firma es habitual en la cartelería de las fiestas y eventos de Xàbia. ¿Qué supone para ti que te busquen precisamente por tu estilo personal?
El trabajo realizado te va abriendo puertas. Los clientes te buscan por tu estilo característico. No quieren el típico cartel con un letrero, sino algo tipo cómic, con mi sello. Entidades como Fogueres, La Romántica del Saladar o la Tuna de Xàbia me han pedido ilustraciones haciendo hincapié en que mantuviera esa esencia.
¿Ser profeta en tu tierra es realmente más complicado?
Cuesta abrir las primeras puertas, pero una vez que te conocen, ven cómo trabajas y confían en ti, es más fácil. Un profesional debe cumplir en calidad y en plazos.
«Siempre he tenido el gusanillo de dibujar»
Para poder vivir del arte, has diversificado tu trabajo con encargos comerciales y tu propia marca. ¿Es una necesidad en el siglo XXI?
Sí, los encargos son los que sustentan tu sueldo. Puedo hacer viñetas que vea mucha gente, pero si ese arte no se materializa económicamente, no puedes seguir. Además de diseños para empresas, vendo mis creaciones en tiendas online y he creado mi propia marca de productos con frases en valenciano. Tienes que buscarte las oportunidades.
Respecto a los nuevos retos, la Inteligencia Artificial se presenta como una amenaza. ¿Cómo vives esta irrupción tecnológica?
Me parece un tema muy triste. La gente hoy en día quiere algo rápido y barato, sin valorar la sensibilidad o la originalidad de un artista. Una IA nunca tendrá los detalles ni el sentimiento humano. De hecho, hay clientes que, tras usar una IA, han acudido a mí para que les haga el mismo trabajo con mi estilo, porque se dan cuenta de sus limitaciones.
¿Crees que una IA podrá llegar a suplir alguna vez la sensibilidad, la originalidad o el ‘alma’ que un artista imprime en su obra?
Creo que no, simplemente porque no es una persona. Puedo realizar una ilustración que transmita melancolía o felicidad porque es lo que siento en ese momento. Una IA puede ponerte confeti para simular alegría, pero nunca podrá transmitir un sentimiento genuino. Le falta esa alma que nosotros, los artistas, ponemos en cada creación.
Al publicar tus viñetas, ejerces una cierta influencia. ¿Sientes una responsabilidad como ilustrador local ante los temas que afectan a la comunidad?
En un principio no era consciente, pero al subir las viñetas a redes sociales y ver la reacción, te das cuenta de que estás dando tu opinión. Es una responsabilidad, pero creo que todo el mundo tiene derecho a expresarse. Intento hacerlo sin ofender, aunque siempre habrá gente a la que no le guste porque piensa diferente.
Mirando hacia el futuro, ¿hay alguna fiesta o proyecto en Xàbia para el que te haría especial ilusión diseñar un cartel?
Me encanta hacer la cartelería de Xàbia porque me gusta plasmar la alegría y el jolgorio de las fiestas del pueblo. He hecho carteles para Fogueres o la Fira, pero me gustaría, por ejemplo, diseñar el de las fiestas del Puerto. Si a alguien le gusta mi trabajo y quiere contar conmigo, estoy abierto a cualquier propuesta.