Cada final de verano los titulares se repiten: playas cerradas por medusas, un supuesto tiburón avistado en Benidorm o, en la última moda de 2025, la irrupción de una especie tan llamativa como el dragón azul en puntos no tan lejanos a la Marina Baixa. Estas informaciones, amplificadas en ocasiones por medios sensacionalistas internacionales, generan la sensación de que bañarse en el Mediterráneo puede ser arriesgado. Sin embargo, los expertos son claros: nuestras playas son seguras.
“Es un producto del sensacionalismo, una forma de mantenernos todo el verano asustados con los ‘peligrosísimos’ animales que pueblan nuestras playas, cuando en realidad no lo son”, explica Quique Sánchez, responsable de animales de Terra Natura y, como buceador que es, buen conocedor de los fondos del Parc Natural de la Serra Gelada y sus alrededores.
Dragón azul, pequeño y llamativo
El pasado agosto varios municipios de la provincia decidieron cerrar momentáneamente algunos de sus arenales tras la aparición de ejemplares del conocido como dragón azul. Pero lejos de tratarse de un animal realmente peligroso, este nudibranquio apenas mide tres o cuatro centímetros y destaca por sus colores azulados y plateados.
“Son animales preciosos, pero inofensivos. El riesgo está en que alguien intente cogerlos con la mano, precisamente, por lo bonitos que son”, advierte Sánchez. Este molusco se alimenta de especies urticantes como la carabela portuguesa, incorporando parte de su veneno, lo que explica su fama. Sin embargo, su peligrosidad real es mínima y no justifica las alarmas que generan algunos titulares.
La picadura de una medusa o un pez araña son comparables a la de una avispa
Señal de un mar más cálido
La llegada de especies poco habituales responde a los cambios en las corrientes y al aumento de la temperatura del agua. “No son propias de nuestro litoral, sino más bien tropicales, algunas incluso procedentes del Pacífico o del Caribe. El calentamiento del mar facilita su presencia en nuestras costas”, comenta el especialista.
En este contexto también se han observado mantas diablo, más frecuentes en mares tropicales y que han sorprendido a bañistas y buceadores por su espectacular tamaño y su forma de desplazarse.
Mantas diablo, un espectáculo inofensivo
“La manta diablo no tiene nada de diablo. Es un ser absolutamente inofensivo que genera un espectáculo visual cada vez que aparece cerca de la costa”, asegura Sánchez.
Su llegada se une a la presencia habitual de águilas marinas y rayas, especies autóctonas de la Marina Baixa que forman parte del ecosistema desde siempre como demuestra, de hecho, que su carne sea base de algunas de las recetas más tradicionales de la región. Ninguna de ellas supone una amenaza para los bañistas.
Nunca se ha registrado un ataque de tiburón en las playas de Benidorm, l’Alfàs o Altea
Medusas y peces araña
Los únicos incidentes reseñables en Benidorm, l’Alfàs del Pi o Altea son las picaduras ocasionales de medusas o el pisotón sobre un pez araña escondido en la arena. “Pero es comparable a que nos pique una avispa en el campo”, subraya Sánchez.
El protocolo de seguridad incluye banderas de advertencia, información a pie de playa y la intervención inmediata de los socorristas en caso de necesidad, lo que convierte estos sucesos en molestias pasajeras más que en peligros reales.
Tiburones en la Marina Baixa
Quizá uno de los grandes miedos colectivos sea el tiburón. Los tabloides británicos suelen publicar cada verano imágenes y titulares sobre supuestos avistamientos en la costa alicantina, especialmente en Benidorm.
“El mar está lleno de peces y, entre ellos, de tiburones. Pero los que llegan a nuestras costas son especies pequeñas, inofensivas para el ser humano. Las tintoreras, por ejemplo, suelen medir alrededor de un metro y medio y su boca ventral es tan reducida que sería casi imposible que mordieran a alguien”, explica Sánchez.
En este sentido, la estadística es contundente: en las playas de la Marina Baixa no se ha registrado ningún ataque de tiburón. Los avistamientos de tintoreras u otros ejemplares pelágicos son anecdóticos y no suponen amenaza alguna.
Rayas y águilas marinas forman parte del ecosistema habitual de la Marina Baixa
Conocer para no temer
El miedo hacia estas especies responde más al desconocimiento que a la realidad. “Solo tememos lo que desconocemos. Cuando entendemos qué animales conviven con nosotros en el mar, desaparece el miedo y ganamos respeto por el ecosistema”, señala Sánchez.
Por eso, insiste en que la población debe centrarse más en los riesgos reales del baño: corrientes, oleaje o no seguir las indicaciones de los socorristas. “En nuestras playas no hay animales peligrosos para el baño. Lo que de verdad debe preocuparnos son las corrientes o no hacer caso a las normas básicas de seguridad”.
Mediterráneo seguro y diverso
Con la llegada de nuevas especies y el regreso de otras tras siglos de ausencia, el litoral de la Marina Baixa refleja la riqueza de un Mediterráneo en transformación. Lejos de ser un motivo de alarma, este fenómeno invita a la observación y al respeto.
Los expertos coinciden en que bañarse en las playas de Benidorm, l’Alfàs o Altea es seguro y que el contacto con la fauna marina, en caso de producirse, rara vez supone un problema. Con información veraz y sin caer en el sensacionalismo, la convivencia con estas especies puede ser un atractivo más para vecinos y turistas.