ENTREVISTA > Dionisio Gázquez / Artista (Vélez Blanco, Almería, 14-agosto-1951)
Residente en Alicante desde su tierna infancia, sin duda Dionisio Gázquez Méndez es uno de los máximos representantes del arte contemporáneo de nuestra provincia en las últimas décadas. A lo largo de su vida ha generado multitud de cuadros y obras de todo tipo con los que ha protagonizado diversas exposiciones públicas.
Al mismo tiempo ha trabajado como ilustrador, dibujante publicitario, asesor en arquitectura de interiores y profesor de plástica en institutos de Secundaria. Durante años incluso ejerció de gestor cultural en el IAC Gil-Albert, y también ha dedicado buena parte de su trayectoria profesional a la investigación.
Recientemente el Museo de Bellas Artes Gravina (MUBAG) le dedicó un espacio dentro del ciclo ‘La ventana del arte’, por el cual se proyecta un vídeo biográfico de Gázquez así como se expone una de sus muchas obras.
«Siempre me ha fascinado la capacidad que tenía Picasso para romper moldes»
¿Por qué te dio por ser artista en tu juventud?
Mi vocación artística me viene desde siempre. En mi niñez tuve una etapa convaleciente por una enfermedad de reposo, lo que hizo que me recluyera en dibujar y hacer ejercicios artísticos. Recuerdo que tanto la música de la radio como incluso un canario que tenía suelto por la habitación, me inspiraron en que creciera mi interés por expresarme a través del dibujo (risas).
Aparte del canario, ¿qué artistas te inspiraron en tus inicios?
De niño mis padres me hablaban mucho de Goya, Velázquez o Murillo; y mi hermano de otros más recientes. Sin embargo, gran parte de mis primeras referencias fueron de mí mismo, y lo que iba descubriendo por mi cuenta.
Luego ya en mi juventud nos mudamos algunos años a Francia, y recuerdo que allí veía a los pintores pintando bosques o el río Ródano ‘à plein air’.
Además, vivíamos cerca de Avignon y allí pude ver la última exposición que realizó Picasso en vida en el Palacio de los Papas. Recuerdo que me fascinaba su gran versatilidad y capacidad para producir cambios ya fuera en su etapa azul, el cubismo o en sus diferentes desarrollos. Era un pintor que rompía moldes, y yo también he tratado siempre de ser sincero conmigo mismo en mis obras.
Respetando a todo el mundo, para mí el arte es búsqueda constante y una ambición creativa que no sea una mera repetición de los esquemas que ya conoces.
«Todos tenemos la capacidad de desarrollar la creatividad a través de cualquier oficio»
Para quienes no somos artistas, ¿cómo definirías tu estilo y cómo crees que ha evolucionado a lo largo de tu trayectoria?
Joseph Beuys decía que “todo ser humano es un artista” (risas). Al final todos tenemos la oportunidad de desarrollar el don de la creatividad a través de cualquier oficio.
Empecé haciendo cosas figurativas como estudios del cuerpo humano o paisajes. Durante una etapa me cautivaron mucho los impresionistas, pero en esa idea de ser un artista creativo he desarrollado diferentes periodos que han ido mostrando mis distintas inquietudes. He hecho muchas exposiciones de arte abstracto e, incluso, dediqué una tesis doctoral a cómo artistas del siglo XX -como Kandinski o Mondrian- pasaron de la figuración hacia una obra abstracta. Sin embargo, tampoco puedo encapsular mi estilo en un solo concepto.
Desde 1995 a 2003 dirigiste el departamento artístico ‘Eusebio Sempere’ en el IAC Gil-Albert. ¿Cómo recuerdas aquellos años de luchar por el arte, también desde la Administración?
A mí me sorprendió este nombramiento, porque nunca lo busqué. Sin embargo, el director Adrián Espí me insistió porque él era más especialista del arte del siglo XIX y quería a alguien experto en el siglo XX. Así que durante aquellos años además de mezclar las pinturas en la paleta… también mezclaba mis ideas y sueños en iniciativas relacionadas con la cultura en Alicante (risas).
Mi ambición era la máxima, pero al mismo tiempo teníamos el presupuesto más limitado de todos los departamentos del Gil-Albert. Así que buscamos colaborar con otras instituciones como la CAM, medios de comunicación o las casas de cultura habidas en la provincia.
Así conseguimos sacar proyectos como por ejemplo los ‘Encuentros de arte contemporáneo’, que todavía persisten hoy en día, donde artistas emergentes y grandes críticos nacionales conviven.
Fue una etapa interesante de mi vida, aunque muy intensa porque nunca me dejé mi trabajo de profesor ni mi producción artística propia.
«Mi cuadro expuesto en el MUBAG pertenece a mi periodo de mayor interés por la abstracción»
Háblanos también del cuadro que tienes ahora expuesto en el MUBAG. ¿En qué consiste ‘Presencia de la luz’?
El MUBAG es un museo de arte tradicional, pero la actual dirección comandada por Jorge Soler me propuso participar en esta iniciativa porque también quieren mostrar la trayectoria de artistas contemporáneos. Por eso he tenido a bien donarles dos obras mías, una de ellas ya se pudo ver en la exposición ‘Legados’ el año pasado y ahora se ha expuesto esta otra. Agradezco al MUBAG por haber pensado en mí para este proyecto.
Esta obra la hice en 1989, cuando estaba plenamente enfrascado en mi interés sobre la abstracción y tuve mi primera gran exposición importante. Esta obra que mide casi tres metros de altura ya se expuso en aquella muestra. En aquella época era bastante más joven (risas), un tiempo efervescente de mucha potencia creativa y llegué a hacer hasta tres exposiciones simultáneas.
Ya jubilado desde hace años, ¿sigues produciendo?
Claro. El arte es mi vida, y desde mi vocación temprana hasta la actualidad no he dejado de producir, ni creo que deje de hacerlo jamás mientras viva. Para mí es incluso algo terapéutico, porque es una cosa que me da fuerzas y energías.