Entrevista > Joan Peris Lluch / Director General de Farmamundi (València, 24-agosto-1976)
Reconocida en todo el mundo, Farmamundi es una ONG valenciana que, tras más de tres décadas dedicada a garantizar el derecho a la salud en los lugares más vulnerables del planeta, se ha ganado una reputación intachable.
Es importante recordar que más de un tercio de la población mundial no tiene acceso a los medicamentos, aunque su labor es todavía más extensa.
Mejorar la salud y calidad de vida
Solo en el ejercicio 2024, desde su sede central en el Parque Tecnológico de Paterna, coordinaron 176 iniciativas y programas de salud en una veintena de países que han mejorado la salud y calidad de vida de más de dos millones de personas.
Además, gestionan el único centro logístico humanitario de medicamentos sin ánimo de lucro de España, que reparte anualmente 119 toneladas de medicamentos y material sanitario en 35 países del mundo.
La organización
Joan Peris, su director general, es licenciado en Psicología Organizacional por la Universitat de València y Máster Interuniversitario en Administración y Dirección de Organizaciones por la Universitat Autònoma de Barcelona y la Universitat Politècnica de Catalunya.
En primera persona nos habla, con pasión, de cómo funciona la organización, cómo se financia, qué retos enfrenta y qué papel juegan las personas que la hacen posible.
«Nos encontramos con barreras políticas y de seguridad enormes, por ello necesitamos apoyo de la ciudadanía»
¿De qué modo llegó a Farmamundi?
Empecé en cooperación en 1999 como voluntario en Perú. Luego trabajé en Colombia, Nicaragua y Líbano con la Agencia Española de Cooperación, Naciones Unidas y una gran ONG española.
En 2016 me dieron la oportunidad de regresar a València, para asumir la dirección de Farmamundi y en estos años se ha llevado a cabo una intensa labor en cooperación, acción humanitaria y emergencias para garantizar el derecho a la salud de miles de personas en el mundo.
Vayamos al principio, ¿cómo empezó esta historia?
Farmamundi nació en 1993 en Alfafar, impulsada por un grupo de farmacéuticos y farmacéuticas voluntarias. En sus inicios, se dedicaba a seleccionar medicamentos en buen estado y enviarlos a países donde eran necesarios.
Con el tiempo comprendimos que la salud no depende solo de los medicamentos: influyen otras muchas variables como el agua potable, la alimentación, la vivienda, la higiene, el empleo o factores como la violencia de género, siendo preciso actuar sobre todas ellas.
Por si fuera poco, decidieron abarcar un compromiso aún mayor…
Así es. Esta evolución nos llevó a profesionalizarnos aún más y a trabajar de manera integral para mejorar los determinantes sociales de la salud.
Hoy somos la principal organización no lucrativa española especializada en suministro de medicamentos en emergencias, pero nuestra labor incluye impulsar proyectos de salud integral, fortalecemos sistemas sanitarios locales y promovemos la educación y la sensibilización en España.
«Consideramos que llevar medicinas no era suficiente y decidimos actuar sobre otros muchos factores»
¿Qué les diferencia de otras ONG de cooperación?
El objetivo que tenemos es garantizar el derecho a la salud de las personas en situación de mayor vulnerabilidad y lo hacemos desde un enfoque basado en derechos humanos, justicia social, sostenibilidad y con una clara perspectiva feminista y transformadora. Queremos que la salud sea un derecho universal, no un privilegio.
¿Quiénes forman el equipo de Farmamundi?
Somos 120 personas y aunque nacimos del sector farmacéutico, hoy el equipo está formado sobre todo por economistas, sociólogos, pedagogos, ingenieros, profesionales sanitarios y técnicos en cooperación.
Compartimos un fuerte compromiso ético: muchas de estas personas podrían ganar más en la empresa privada, pero eligen trabajar aquí por el impacto social y la vocación de servicio.
¿Cómo se estructura el trabajo de la organización?
Nuestra misión se desarrolla en cuatro áreas complementarias: La primera es la de cooperación al desarrollo, que nos lleva a trabajar a fuego lento en países empobrecidos para fortalecer sus sistemas de salud y promover cambios estructurales.
La segunda es acción humanitaria y emergencias, que conlleva responder con rapidez a catástrofes naturales y conflictos.
«Mantenemos una relación estable con más de treinta organizaciones locales para desarrollar proyectos»
¿Y las otras dos?
La tercera línea es educación para la transformación social, promoviendo en España una ciudadanía crítica y solidaria que entienda la cooperación como un compromiso ético.
Finalmente, señalaría la de Logística humanitaria, según la cual gestionamos desde Valencia el único Humanitarian Procurement Center de España, certificado por la Unión Europea, que garantiza trazabilidad y seguridad en la adquisición y distribución de medicamentos.
Gaza abre todos los informativos… ¿de qué modo actúan?
Allí la situación es sangrante. Repartimos kits nutricionales puerta a puerta para garantizar la seguridad de las personas. La gente vive bajo bombardeos constantes, sin electricidad, sin agua, con hospitales desbordados y sin acceso seguro a lo más básico.
Con cada entrega hacemos llegar alimentos no perecederos como cereales, latas o leche a familias desplazadas, mujeres, niños que han perdido sus hogares y a los que ahora se les obliga a huir a ninguna parte. Desde Farmamundi pedimos que cese la guerra y que se abran los corredores humanitarios para que la ayuda llegue sin trabas donde más se necesita.
Habiendo tantas necesidades, ¿cómo deciden dónde actuar?
Aunque en algunos casos sea evidente que la ayuda es necesaria, nos guiamos por indicadores objetivos como el Índice de Desarrollo Humano y las prioridades que marca nuestra red de socias locales en cada país.
Ellas nos orientan y conocen de primera mano las necesidades de sus comunidades. Cuando no hay fondos públicos o la crisis no es mediática, como ocurre en algunos campos de personas refugiadas en Kenia o en Yemen, usamos nuestros fondos propios para no dejar a esas poblaciones sin apoyo.
«En Gaza pedimos que cese la guerra y que se abran corredores humanitarios para que llegue la ayuda»
¿Dónde trabajan de forma continuada?
Tenemos presencia estable en Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Ecuador, Perú y recientemente en Bolivia. En el Caribe, en Haití y República Dominicana. En África, en Mali, Etiopía y República Democrática del Congo, y también trabajamos con socios en Kenia, Uganda y Sudán del Sur. En Asia estamos en Palestina y Yemen, y hemos intervenido en Siria, Líbano e Irak.
Por lo que respecta a sus socias locales ¿de qué modo las seleccionan?
Es una cuestión clave que llevamos a cabo mediante misiones exploratorias. Visitamos el país, nos apoyamos en la cooperación española y en agencias de Naciones Unidas para identificar entidades sólidas y confiables.
En la actualidad, mantenemos una relación estable con más de treinta organizaciones locales, todas ellas con muchos años de experiencia y arraigadas en sus comunidades. Por tanto, conocen a la perfección las necesidades que tienen, lo que nos permite diseñar estrategias y acciones conjuntas.
¿Cuáles son los mayores obstáculos que enfrentan?
Nos encontramos con barreras políticas y de seguridad enormes: gobiernos que restringen la entrada de ONG, zonas de conflicto a las que es imposible acceder o regiones extremadamente remotas donde la logística es muy complicada.
También enfrentamos un contexto de reducción de fondos públicos y discursos que ponen en cuestión la solidaridad. Por ello, necesitamos el apoyo y compromiso de la ciudadanía, también de empresas, como las que conforman nuestro Fondo de Emergencias.
«Nuestro deseo es que la salud sea de verdad un derecho humano universal y que las personas tengan garantizado su acceso»
¿En qué consiste ese fondo?
Es un fondo propio, de carácter privado, que nos permite actuar con rapidez ante una crisis. Se activa de forma inmediata, en cuestión de 24 o 48 horas.
Gracias a él, cuando ocurre una catástrofe, ya sea un terremoto, un huracán o una epidemia, podemos transferir dinero a nuestras socias locales casi de forma instantánea y convertir esos fondos en kits de primera necesidad, de trauma, o de agua según el tipo de emergencia. Esta rapidez es crucial, porque en una emergencia cada segundo cuenta.
Entiendo que la transparencia será capital en su organización…
En nuestra organización es un pilar fundamental. En 32 años hemos realizado múltiples proyectos y programas de cooperación que han ayudado a mejorar la calidad de vida de 35 millones de personas.
Cada proyecto, cada iniciativa es auditada y certificada. También las cuentas anuales, que además difundimos y pueden consultarse en nuestra página web. Es fundamental para que nuestros donantes públicos y privados, también todas las personas socias de Farmamundi, confíen en nuestro trabajo.
Sus instalaciones del Parque Tecnológico son excelentes, ¿cuál es su papel?
Son un punto estratégico. Contamos con un almacén de setecientos metros cuadrados que cumple con todas las normativas europeas y nos permite responder con rapidez a emergencias. Desde aquí se coordinan los envíos de medicamentos y material sanitario a cualquier parte del mundo.
En los últimos años, algunos de los envíos más significativos han sido los destinados a Gaza y Ucrania, donde hemos hecho llegar toneladas de medicamentos que han salvado vidas en contextos extremadamente frágiles.
«La transparencia es clave, justificamos cada euro de las acciones que realizamos»
La logística humanitaria es uno de sus sellos de identidad, ¿qué significa?
Somos el único centro logístico humanitario de medicamentos sin ánimo de lucro de España y uno de los catorce de Europa. Garantizamos que cada medicamento tenga trazabilidad completa: desde la compra y conservación hasta el transporte por tierra, mar o aire, asegurando que llegue en perfectas condiciones al destino y que la entidad receptora tenga capacidad de almacenarlo y distribuirlo.
Antes habló de la educación para la ciudadanía, ¿en qué consiste?
Es esencial. Desde nuestras once delegaciones en España organizamos talleres, exposiciones y campañas que explican que la cooperación no es caridad, sino una apuesta política por la equidad. Sin una sociedad informada y comprometida, nuestro trabajo no tendría el impacto necesario.
Pida un deseo: ¿qué le gustaría ver cumplido en el futuro?
Nuestro gran mensaje es que la salud sea de verdad un derecho humano universal y que todas las personas, sin importar dónde vivan, tengan garantizado su acceso.
También queremos contribuir a que los gobiernos locales asuman su papel para que algún día nuestra intervención ya no sea necesaria. Nos gustaría tener más socios y más apoyo privado para depender menos de las prioridades de los donantes públicos.
Quiero lanzar un mensaje por la paz, equidad, justicia social y que cada vez haya más personas comprometidas con estas causas, que nos apoyen y se asocien para juntas conseguir un mundo mejor.