Era el mercado del Grao una de esas piezas que toda ciudad tiene desaprovechadas. O bien por falta de recursos o bien por falta de interés. Al final de la avenida del Puerto, poco antes de las Atarazanas y de Casa Calabuig, en un giro que ahora se ha tornado peatonal o bien contradirección se puede acceder a él.
Yacía en el olvido mientras miraba con envidia el renacer del de Colón o la Imprenta (con usos muy distintos) o la buena marcha de los del resto de la ciudad, con más o menos dificultades, como el de su vecino de El Cabañal o los clásicos de Ruzafa, Rojas Clemente, Abastos… y por supuesto el Central, coronando todos ellos por peso e historia.
Enclaustrado en una bonita plaza con algunas fachadas que coquetean con el Modernismo mientras otras se edificaron al estilo de la Transición, sólo la vida de las tabernas La Peseta y el Clavo sostenían la actividad gastronómica del lugar mientras vecinos y turistas contemplaban al rey caído. Pero el rey se ha levantado y quiere que todos contemplen su retorno.
El patricio José Aguirre
La reforma del Ayuntamiento de València ha respetado su tamaño rectangular en la mismísima Plaza del Mercado Nuevo. Igual que ha mantenido y rehabilitado la poderosa placa en mármol que se ubica en lo alto de una de las esquinas exteriores del mercado, donde cortan las calles del Santísimo Cristo del Grao con José Aguirre en homenaje a Don José Aguirre Matiol, iniciador de la exportación de las frutas valencianas ahora hace un siglo.
Justo en dicha esquina se halla una de la entradas del renovado mercado, la que da enfrente de la taberna El Clavo que, como La Peseta, han sucumbido a la actualización del mobiliario y parte de su gastronomía consecuencia del paso de la Copa América por la ciudad. El nuevo mercado ahora se antoja muy acristalado, moderno y abierto en el centro a modo de un antiguo claustro.
También hay un bar al uso donde los bocadillos son muy demandados a la hora del almuerzo
Música
A la altura del puesto número once del mercado, ‘La Rebonica’, suele instalarse un pequeño escenario donde el consistorio desea programar una serie de conciertos para dar un toque lúdico a un recinto que combina venta de producto con servicio de gastronomía ‘in situ’.
Pequeños huecos ajardinados se combinan en el centro del mercado con algunas partes con techumbre de tal modo que no se quede totalmente abierto el centro del renacido lugar. Así, algunas mesas pueden instalarse protegidas del sol y la combinación de pequeñas zonas ajardinadas con suelo firme permite a los niños jugar mientras los padres se toman algo.
Señales informativas por doquier y muchos elementos de seguridad recorren cada pasillo
Negro y naranja
El negro y el naranja han sido los tonos escogidos como predominantes en el nuevo mercado del Grao. El consistorio pretende uniformidad en lonas, mobiliario y demás rasgos visuales, siempre dejando a cada negocio su margen identitario una vez ha abierto. En lo alto una estructura metálica negra sostiene la cubierta que recorre todo el perímetro, donde se encuentran los negocios en cada parada (prácticamente todas alquiladas ya).
Se ha optado por un suelo de láminas largas y tonos piedra cálidos en suelos y paredes. Por doquier señales informativas y muchos elementos de seguridad; desde videocámaras hasta paneles informativos y pequeñas pantallas informando de temperatura y humedad. Sorprende que no todas las puertas son automáticas, lo que obliga al cliente a estar pendiente de algunas de ellas para evitar que se pierda el aire acondicionado en verano.
Seguridad y limpieza son un rasgo positivo, con empleados vigilando y limpiando a todas horas
Horarios
Los horarios figuran en la propia página del Ayuntamiento, aunque estos varían según la época del año, con lo que conviene estar al tanto de las actualizaciones. Además de ello cada negocio tiene un margen de horas para elegir prolongar el horario obligatorio de apertura al público.
“Algunos preferimos el fin de semana apostar por abrir para dar servicio de comida más allá de los días entre semana. Los hay que prefieren abrir por la noche. Depende de cada uno. Ahora mismo está ya casi todos los puestos alquilados”, comentan a este periódico desde La Carmela, puesto especializado en vermuts y gildas.
Oferta variada
Desde charcutería hasta pescadería y marisco, pasando por heladería y productos de otras partes del país e incluso de Italia, la oferta del mercado del Grao es variada, pese a no ser uno de los mercados más grandes de la ciudad de València. También hay un bar al uso, donde los bocadillos son muy demandados a la hora del almuerzo, como no podía ser de otra manera en València.
Según el horario el cliente los encontrará abiertos o cerrados. Todo el ala del mercado más próxima a la avenida del Puerto aparece algo desangelada. Y es que todos los negocios se han diseminado por el perímetro ‘norte’ mientras que en el otro extremo se ha quedado un negocio de café y el aseo público.
Seguridad y limpieza son un rasgo muy positivo, con empleados vigilando y limpiando constantemente el lugar, lo que se agradece de cara a mejorar la imagen del entorno y la ciudad.


















