Entrevista > Cayetano Guillén Rodríguez / Informático (Albatera, 6-abril-1981)
Aunque Cayetano Guillén Rodríguez tenía clara su vocación docente, “me llamaba muchísimo la atención”, reflexionó qué le apasionaba de verdad y la respuesta fue la informática. “Me fascinaban tanto los ordenadores como el resto de cacharros electrónicos”, reconoce.
Pasar el día frente a la pantalla en absoluto le molestaba, bien al contrario. Estudió en la Universidad de Alicante, pero no con excesivas buenas notas. El primer año tuvo incluso problemas para seguir, por sus malos hábitos como estudiante y las materias, “muy complejas”.
Se aplicó en los siguientes y con el tiempo ha sabido mostrar su talento como desarrollador de software en diversas empresas. Opinará, por otro lado, sobre la problemática de la brecha digital, que se hará más evidente con la consolidación de la Inteligencia Artificial.
¿Cuándo te volviste un estudiante brillante?
Nunca lo he sido. Simplemente fui cogiendo el ritmo, mejorando mis horas de estudio, sin ser espectaculares (ríe). Asistía mucho más a clases y eso se notó a la hora de afrontar los exámenes.
Pero no llegaste a finalizar la carrera.
Me quedan algunas asignaturas, que no descarto finalizar en un futuro. Había empezado las prácticas en una empresa, me ofrecieron quedarme fijo y mi padre enfermó. Fue como un baño de realidad y la prioridad estaba clara.
«La experiencia me ha otorgado los conocimientos para saber dónde debo estar en cada momento»
¿Ese déficit te ha afectado a nivel laboral?
De momento no. En informática, como otras muchas profesiones, no depende tanto del título, sino de las habilidades que tengas.
¿Ahí sí brillas?
Los años y la experiencia me han otorgado los conocimientos para saber dónde debo estar en cada momento. Numerosos aspectos, sobre todo en el desarrollo del software, los he aprendido por mi cuenta: hay mucha parte de pelear y darte de coscorrones, dentro y fuera de la oficina.
¿Aceptáis que se os considere como raritos?
Lo tenemos más que asumido. Sí es verdad que muchos de los que nos dedicamos a la informática somos peculiares, introvertidos, también porque es como nuestro refugio, nos dejas con un ordenador en un trastero y somos felices.
Pero ni de lejos todos somos así, yo no lo soy, por ejemplo. La sociedad muchas veces tiene una idea equivocada de nosotros.
«Muchos tienen fobia a la IA, una herramienta muy útil, todo depende del uso que le demos»
Hablemos de la brecha digital.
Es mucho más grande de lo que debería, y además no solo se da a nivel de edad, porque dentro de lo que cabe es hasta normal que las personas mayores desconozcan ciertos aspectos, no les llama la atención.
Sin embargo, muchos jóvenes siguen el mismo camino. La tecnología es como todo, si la utilizas la acabas asimilando, pero si no… El problema es que hoy tendemos a digitalizar todo y esa gente se queda descolgada.
¿Va a ser peor con la llegada de la IA?
Un sinfín de personas son crédulas, es decir, le dan muchísima credibilidad a aquello que ven en televisión o Internet. La Inteligencia Artificial les muestra un vídeo y no se plantean que eso no es real.
Las posibilidades entonces de estafar o engañar a alguien aumentan, de un modo exponencial. Debemos saber que hay programas IA que son capaces de generar cosas que no podemos distinguir si son o no reales.
¿Aprecias alguna solución?
Es complicado, también porque muchos tienen fobia a la IA, pero realmente son herramientas y pueden ser malas según el uso que le demos. Yo la empleo en el desarrollo del software: me da un apoyo útil, al reducir el tiempo sensiblemente.
Insisto, es una herramienta, como un cuchillo. ¿Es malo? Si lo utilizamos para cortar, en absoluto, pero con él igualmente podemos matar a una persona.
«Mi trabajo es sumamente estresante, he llegado a tener secuelas físicas por el estrés acumulado»
Llevas muchos años en una empresa de telecomunicaciones.
No siempre consecutivos, actualmente soy el responsable del departamento de desarrollo del software (gestor) de la firma. Se trata de un software que gestiona la empresa de un extremo a otro, desde registrar clientes y generar la factura mensual hasta controlar los impagos o altas y bajas de las conexiones a internet.
El reto es que el programa haga cada vez más funciones y se adapte a cualquier cambio, habitual en nuestro sector.
¿Es estresante?
Más si estamos condicionados por los parámetros de tiempo. En ocasiones estamos trabajando en algo y surge otra cosa que es más urgente, y después otra, ¡se solapan las urgencias!
Sí, es sumamente estresante y durante mi vida laboral he llegado a tener secuelas físicas por el estrés acumulado.
Finalmente, descríbenos tu jornada laboral.
Tenemos teletrabajo parcial. Un día a la semana (lunes) acudimos a la oficina, organizamos la semana y el resto de jornadas trabajamos desde casa.
Parece que tiene ventajas, pero también hay inconvenientes. Debes tener mucha autodisciplina, porque además existen compañías para las que el teletrabajo es la excusa para tenerte siempre disponible.





















