Entrevista > Manuel Desantes / Humanista (València, 1959)
Es uno de los pocos humanistas que quedan hoy en día. Intelectual, lector, filántropo de las letras, catedrático… El guion de esta entrevista con Manuel Desantes no lo ha redactado un servidor, sino que sus libros han sido los que lo han escrito.
¿Cómo surge la Biblioteca de los Libros Felices?
Por aquel entonces tenía bibliomanía, y llegó un momento en el que mi familia me dijo que tenía que parar de coleccionar libros, me pusieron en la tesitura de ellos o los incunables (risas). Tuve que buscar un rincón para resguardarlos, pero no un espacio cualquiera, sino uno en el que ellos también fueran felices, que no estuviesen recluidos y solos, que pudieran ser admirados.
¿Con qué objetivo creó este espacio?
Sin duda una de las premisas es fomentar la cultura, la RAE la define como “el conjunto de conocimientos que permiten a alguien desarrollar su juicio crítico”. Quiero que la sociedad tenga una actitud crítica, una visión en continuo cuestionamiento de la realidad.
En la sociedad estamos cambiando de era, hacía dos mil años que no se producía esa transformación. Estoy muy contento con el tiempo que estamos viviendo, porque estamos en constante cambio. La llegada de internet se parece a la invención de la rueda y otros grandes avances de la historia. Además, ha traído otros grandes inventos como la geolocalización o la Inteligencia Artificial. Estamos en una cadena de transformaciones exponenciales, y el ser humano ya no cambia de forma aritmética.
«Quiero que la sociedad tenga una actitud crítica»
Las nuevas tecnologías nos han hecho más perezosos con la lectura, en Alicante en ocasiones echamos en falta más espacios culturales, ¿se lee menos en esta ciudad que en otras?
No, en Alicante se lee mucho, y cada vez más. Hay que desmitificar lo de que la gente no lee. Lo que pasa es que los alicantinos tenemos una cultura muy individualista, no es como otros pueblos en los que la gente tenía que unirse y hacer comunidad, aquí, el buen clima hace que no haga falta ese calor de comunión.
Me da la sensación de que aquí no peleamos por nuestra ciudad. Leemos, lo que pasa que aquí no convivimos con esa cultura, no proyectamos ese conocimiento en la comunidad. El poder es capaz de conseguir el sueño de que las personas estén aborregadas, en este momento eso se puede lograr a través de las redes sociales. Decía Cervantes, la libertad y el honor son las dos únicas razones por las que vale la pena luchar, y la libertad solo se consigue con juicio crítico.
Durante una cena dije que tenía pendiente leer El Quijote y unos chicos de mi edad me miraron con incredulidad, ¿por qué es tan extraño querer leerlo?
El Quijote es difícil, te plantea cuestiones y problemas. Si los jóvenes están metidos en la dinámica de redes controladas por influencers y poderes políticos, económicos y sociales, desde esos medios te envían el mensaje de que no merece la pena esforzarse. La vida no es simple, la vida es compleja, los seres humanos son complejos y las relaciones entre unos y otros también lo son.
En las redes sociales el mensaje es que en la vida no hay que complicarse, que hay que vivir para uno mismo, se ha llevado el hedonismo al extremo, vivimos en una constante búsqueda de placeres individuales que no cueste esfuerzo. Separamos a unos y a otros entre buenos y malos.
¿En su etapa en la universidad vio a una juventud con juicio crítico?
Precisamente he cambiado de profesión, he dejado mi puesto en la universidad para centrarme en esta labor a través de una asociación que llevará por nombre ‘La duda libera’ en la que velaré para que se fomente el juicio crítico, sin duda no vamos a ningún lado. Hay que preguntarse las cosas para no tragarse todo sin discusión. Quiero llevar el juicio crítico a las escuelas, a las empresas, sobre todo a las empresas familiares.
Nada más llegar le he dicho que los libros tienen vida propia. Es curioso que haya gente que por mucho que lea no le luce lo que aprende en los libros, como si no hubiese una simbiosis entre lo que leen y su conocimiento. ¿Los libros seleccionan a quien quieren enseñar sus secretos?
Que buena pregunta (reflexiona). Yo matizaría. Una cosa son los libros y otra es el contenido de los libros. Es una matización banal, pero no hay libros buenos o malos. Este libro que tenemos aquí tiene una cubierta que es de piel, luego está el papel y después está el contenido, los libros no son responsables de su contenido. Es cierto que los libros pueden ser buenos o malos, aquí por ejemplo tenemos varios sobre la inquisición.
Más vale leer que no leer. Aunque tienes razón, si lees con sentido, lo normal es que te complique la vida, si prefieres recrearte con una novela de entretenimiento, eso no te está complicando nada.
«El poder es capaz de conseguir el sueño de que las personas estén aborregadas»
María Pombo dijo que leer no te hacía mejor, que había gente a la que no le gustaba leer. ¿Cree que se escriben muchos libros malos que no despiertan el interés de potenciales lectores?
Me da la sensación de que se ha abaratado mucho la publicación de los libros, de hecho, se imprime a demanda. Hay muchas personas que se han lanzado a escribir, otra cosa es que escriban para que les lean. Se escribe mucho, pero no se debería leer todo lo que se escribe, ahí es donde está la libertad; probablemente se escriba demasiado.
Una persona educada es una persona que ha leído mucho con conciencia, ha reflexionado donde hay buen contenido y donde hay contenido basura, no sólo en la forma sino en el fondo. Cuanto más lees con la convicción de que la lectura es la herramienta de la adquisición de conocimiento, más capacidad tienes para discernir lo bueno y lo malo. El juicio crítico no es el espíritu santo que aparece a las cinco de la mañana, se va desarrollando durante toda la vida.
Un placer, espero que los libros hayan estado felices escuchando esta charla (risas).
(Risas) Ellos respiran, y saben hacer cosas que nosotros no sabemos hacer, ellos miran con atención.




















