Desde hace veinticinco años el Ayuntamiento de Alicante realiza campañas de prevención de adicciones por los colegios e institutos de la ciudad. De dicha labor se encarga actualmente la empresa concesionaria Imagina Esencia, que este pasado noviembre renovó su contrato hasta 2027 (más dos posibles prórrogas de un año cada una) por 175.000 euros.
“Hemos recibido ya varios premios nacionales por esta iniciativa, pero siempre estamos actualizándola. En sus inicios se trabajaban básicamente temas de drogas y alcohol en adolescentes. Sin embargo, hoy también abordamos otro tipo de conductas adictivas como a los videojuegos, las redes sociales, las apuestas, etc. Igualmente, antes solo se impartían charlas, y ahora apostamos más por impulsar talleres didácticos con los alumnos”, nos explica Mari Carmen de España, concejala de Educación.
Niños
Toda esta concienciación escolar sobre el peligro de las adicciones se lleva a cabo mediante diversos programas. Algunos de ellos han sido desarrollados en el seno del propio Ayuntamiento, mientras que otros se importan de otras instituciones nacionales e incluso extranjeras que ya los han aplicado con éxito. En el caso de los alumnos de Primaria, actualmente se está desarrollando los programas ‘Cuentos para conversar’ y ‘La aventura de la vida’.
“Para estas edades tempranas en las que se está formando nuestra personalidad, más que hablar directamente sobre los tipos de adicciones, sobre todo tratamos de ayudarles en el desarrollo personal y en habilidades para la vida. El objetivo es que los chicos tengan fortalezas para afrontar distintos problemas como la presión social, el control emocional, el procesamiento cognitivo del pensamiento crítico, etc.”, nos aduce Guillermina Campos, técnica municipal.
«Igual que la sociedad cambia, siempre aparecen nuevas adicciones» M. C. de España (Educación)
Adolescentes
Ya en los últimos cursos de Primaria, los educadores sociales comienzan a trabajar con los alumnos sobre adicciones específicas. “A los preadolescentes les hablamos sobre todo de alcohol y tabaco, porque son drogas que están totalmente inmersas en la sociedad y que normalmente sus propios familiares consumen. Por lo tanto, no estamos provocando que las descubran, sino que les ayudamos reflexionar sobre el tema”, nos señalan desde el Ayuntamiento.
Por todos es sabido que la adolescencia es una época especialmente proclive para empezar con conductas adictivas. Por ello para la ESO, el Bachillerato y la Formación Profesional (FP) se realizan otros programas específicos como ‘12-16’, ‘De qué van las drogas / De qué van los jóvenes’ o ‘R&R’.
“Sobre todo con los adolescentes trabajamos mucho el pensamiento consecuencial. Es decir, aprender que lo que hacen hoy tiene consecuencias para mañana, porque ellos muchas veces viven solo en lo inmediato”, nos explican.
El consumo de alcohol o tabaco está bajando en menores, pero el de medicamentos sin receta sube
Talleres didácticos
Todos estos mencionados programas varían en contenido o número de sesiones, pero por regla general tienen un formato similar. Los educadores escolares fomentan la realización de talleres interactivos en las clases.
“Antiguamente se realizaban charlas formativas e incluso iban antiguos adictos a los colegios para relatar sus casos. Sin embargo, este sistema está ya bastante denostado porque los alumnos no se quedan ni con un 10% de lo que les dicen. Los pedagogos siempre señalan que se aprende mucho mejor lo que uno mismo elabora. Por eso usamos mucho el debate, el trabajo en grupo y el método sofista de preguntas-repuestas para que sean ellos los que reflexionen”, nos comentan en la Concejalía de Educación.
Además, la concienciación escolar sobre los peligros de las adicciones no se reduce al tiempo que están los educadores del Ayuntamiento en los centros académicos. También se pide a los profesores tutores que se impliquen en la campaña con actividades adicionales de refuerzo.
“Realmente el mayor peso de estos programas lo cargan los profesores. Nuestra labor consiste principalmente en apoyarles durante las sesiones más difíciles”, nos apuntan.
También hay un servicio municipal personalizado para adolescentes con conductas adictivas
Alcance
Durante este año los 35 educadores sociales que se encargan de llevar esta campaña a los centros educativos de Alicante han atendido 25.500 alumnos de Primera, Secundaria y FP.
“Todos los programas se trabajan con mucha base científica y en colaboración con las consellerias de Sanidad y Educación. En general nos están funcionando muy bien, y notamos que disminuyen algunas adicciones en menores de edad. Sin embargo, siempre están apareciendo nuevas sustancias o conductas adictivas. La sociedad cambia, y nosotros también nos adaptamos a ello”, nos aduce de España.
“El alcohol, el tabaco y el cannabis siguen siendo las adicciones más frecuentes entre adolescentes, pero afortunadamente su consumo está bajando. Sin embargo, la toma de pastillas y medicamentos sin receta ahora mismo sí está al alza. También están generando problemas familiares los videojuegos que implican gastar dinero para pasar niveles. Y por supuesto tampoco hay que bajar la guardia con las redes sociales y las apuestas deportivas”, nos comenta Pastor.
Cabe añadir que la participación en estos programas sobre adicciones es voluntaria, es decir que depende de la dirección de cada centro académico. Actualmente se realizan en el 70% de los colegios e institutos existentes en Alicante. Para este curso 25-26 hay programados más de 1.800 talleres.
Servicio personalizado
Realmente toda esta campaña de concienciación escolar no es sino una parte del Plan Municipal de Trastornos Adictivos desarrollado por el Ayuntamiento. El organismo encargado de su implantación es la unidad de prevención comunitaria de conductas adictivas dependiente de la Concejalía de Educación.
Aquí se ofrece también el Servicio de Orientación a Familias en Adicciones (SOFA) para atender a menores con problemas de adicción y a sus familiares. “Si unos padres o un profesor perciben síntomas adictivos en un adolescente, puede contactar con nosotros. Cabe aclarar que esto no es un vis a vis con el menor, ni se pretende estigmatizarlo, sino que trabajamos con toda privacidad y también se implica a la familia”, nos señalan.


















