Entrevista > Francisco Blanco / Músico (Córdoba, 22-noviembre-1966)
Valenciano de adopción, Francisco Blanco -‘Latino’ para todos desde hace muchísimos años- inició su trayectoria en la Agrupación Musical de Sedaví, paso previo a completar su formación en el Conservatorio Musical de València, donde obtuvo el título de profesor de saxofón.
Muchos le recuerdan por su larga etapa con ‘Presuntos implicados’, doce años girando por España, México, Puerto Rico y Centroamérica. No obstante, le gusta más destacar su faceta con Sedajazz, “mi principal proyecto musical, una de las big band más importantes de Europa”.
Allí ha grabado y tocado con enormes profesionales como Perico Sambeat, Jordi Rossy, Pat Metheny, Arturo O’Farril, Mike P. Mossman y tantos otros. Igualmente docente, ‘Latino’ es sin duda un músico imprescindible en la reciente historia del jazz en España.
¿Por qué te hiciste músico?
Mi hermano mayor, Salva, tocaba y quería imitarlo. Me introdujo en la banda del pueblo a los ocho años y tres cursos después me dieron mi primer instrumento, el saxo barítono, el principal. Le siguieron flauta, clarinete, contrabajo y piano, siendo estos dos últimos complementarios en mi carrera.
¿El saxo barítono qué te ha proporcionado?
Uf, tanto, también es cierto que luché muchísimo por tocarlo, como les ha pasado a otros compañeros. No te suelen llamar para este instrumento, sino que debes ser tú, convirtiéndote entonces en organizador y director de escena.
«Con ‘Presuntos implicados’, banda potente del pop nacional, estuve doce años girando, ayudando a mantener Sedajazz»
Sin ir más lejos, eventos de jazz.
Estilo que me fascinó desde el primer momento; pronto me di cuenta de que me agradaba la música moderna. El jazz en concreto lo descubrí a los quince o dieciséis años, actuando por diferentes municipios en una orquesta de baile.
Poco después, en 1991, impulsé ‘Sedajazz’, que inicialmente recibió el nombre de Sedaví Big Band. Recortamos la denominación por las páginas webs, que no aceptaban más de ocho letras.
¿Ese amor por el jazz te llevó a tocar con grandes de la música?
Ciertamente he tenido la fortuna de acompañar a artistas o grupos de todo tipo, algunos sumamente conocidos, como Lola Flores, Joan Manuel Serrat, ‘Seguridad Social’ y, sobre todo, ‘Presuntos implicados’.
Con este grupo, de los más potentes del pop nacional, estuve doce años, realizando infinidad de conciertos, quizás cerca de ochocientos, por medio mundo. Permanecer a ‘Presuntos’ fue muy importante, también económicamente, pues me ayudó en parte a mantener ‘Sedajazz’.
¿Qué sensaciones tenías durante esos grandes conciertos?
Venía de tocar para máximo doscientas o trescientas personas y, de repente, lo hacía para 30.000. Resultaba realmente emocionante, sobre todo en los ‘solos’ de saxo; oír luego los aplausos era brutal, todavía lo extraño, te subía muchísimo la adrenalina.
«Tengo también la suerte de acompañar por tercer año a Maria Schneider, brillante compositora y directora de jazz»
¿Alguna vez soñaste con tantos logros?
Sí que soñaba, sin pretensiones exactas. Me dejé llevar y fueron surgiendo cosas y oportunidades, como acompañar a Maria Schneider, importantísima compositora y directora de Big Band Classic Jazz. En 2026 haré la tercera gira con ella, tocando ¡siete instrumentos!
Echo la vista atrás y considero que he tenido suerte. Otros ejemplos son juntarme de vez en cuando con Marc Nightingale, uno de los mejores trombonistas del mundo, o a la big band de flamenco de Perico Sambeat.
¿Cuál es el proyecto que más te ilusiona ahora?
Posiblemente nuestra Jove Big Band Sedajazz. Está compuesta por jóvenes de apenas quince años y hablan de ellos en numerosos puntos del país, por su inagotable talento. Son muchos conciertos los que doy a lo largo de año y quizás los más satisfactorios son con ellos.
Fruto de tu pasión por la docencia.
Nuestra escuela abierta, fundamental para que Sedajazz continuara, dispone ahora de casi trescientos alumnos. Les enseño la dinámica, forma, recursos y lenguaje del jazz; seguidamente entre ellos se crea un ambiente muy bonito.
Hay competitividad, pero es bueno, quieren que allá donde toquemos dejemos el pabellón bien alto. Al oír los aplausos se crecen, mucho.
«Me ilusiona especialmente nuestra Jove Big Band Sedajazz, compuesta por jóvenes de grandísimo talento»
¿Llevas asimismo a cabo una iniciativa pro-Palestina?
Hago todo lo que puedo por ese estado tan maltratado, conciertos organizados por mí (dos) o eventos a los que me invitan. Sedajazz siempre ha colaborado para luchar contra las injusticias o para ayudar a los perjudicados en desastres naturales.
Recaudamos dinero que enviamos a Palestina y después ver en vídeos lo que hacen con esa aportación es bestial, porque aparece también el logo de Sedajazz.
Fuiste igualmente afectado por la dana.
Sobre todo nos dolió enormemente la muerte de Susana Vicent, alumna con síndrome de Down que formaba parte de otro de mis proyectos, el de ayudar a chicos con diversidad funcional de La Torre.
¿Te queda algo por cumplir en la música?
Estoy sumamente contento de lo completado, pero voy a dejarme llevar un poco más. Hasta ahora ha sido todo muy orgánico; me gustaría que se diera más a conocer la evolución de los jóvenes jazzistas, porque hay muchos modos de estudiar música.




















