ENTREVISTA > Iván Cano / Atleta paralímpico (Alicante, 7-mayo-1995)
En el reciente Mundial de Atletismo Paralímpico celebrado este octubre en India un alicantino logró ser mejor que todos los demás atletas. En concreto hablamos de Iván Cano, quien se colgó la medalla de oro en la disciplina de salto de longitud T13 (para competidores con discapacidad visual leve).
Con este enorme éxito en las vitrinas de Cano ya hay un Campeonato del Mundo, una plata olímpica, y dos campeonatos de Europa… entre otros muchos logros. Una carrera deportiva espléndida, que compagina con su trabajo como profesor de Física y Matemáticas en el colegio Inmaculada Jesuitas.
Antes de realizar uno de sus entrenamientos diarios con el Club Atletismo Alicante, junto a su inseparable entrenador Sergio Berbegal, nos atiende para esta entrevista.
¿En qué consiste exactamente tu discapacidad?
Cuando nací en un principio pensaron que todo estaba bien, pero poco después les dijeron a mis padres que tenía albinismo oculocutáneo. Esto afecta sobre todo a la agudeza visual, es decir tengo baja visión.
Al principio fue un poco duro para mis padres porque no sabían exactamente a que realidad se debían enfrentar. Por eso ya desde pequeño me enseñaron que tendría que defenderme con herramientas que el resto de mis compañeros del colegio no necesitaban. Poco a poco fui consiguiendo trenzar estrategias para defenderme bien, y acabamos comprendiendo que quizás tampoco era una capacidad tan limitante como lo que nos habían dicho los médicos.
¿Cómo empezaste a practicar atletismo?
Mi padre es policía y mi madre vigilante de seguridad. Así que se podría decir que esto de la disciplina… lo llevo desde casa (risas).
En realidad, empecé practicando taekwondo, pero cuando saqué el cinturón negro con quince años decidí que eso de dar pataditas no era lo mío (risas). En la ONCE siempre nos intentan orientar a las personas con discapacidad, y me llevaron a una concentración de atletismo. Aquí conocí a mi actual entrenador.
Primero lo practicaba de forma amateur como un hobby, pero con el tiempo Sergio me decía que tenía proyección para competir en campeonatos nacionales o internacionales si me lo proponía de verdad. Así que empecé a tomármelo más en serio.
«Con el tiempo comprendí que mi discapacidad no era tan limitante»
Desde entonces has ganado un montón de títulos. ¿Hay alguno que recuerdes con especial cariño?
Me acuerdo de todas las medallas. Siempre son ocasiones muy especiales que voy a poder contar con los dedos de las manos, porque al final la vida deportiva es muy corta.
Si tuviera que destacar me quedaría con mi plata de Tokio 2021 por ser mi primera medalla olímpica. Además, en Río 2016 quitaron mi prueba de los Juegos Paralímpicos, cuando tenía la mejor marca mundial.
Por supuesto este último oro mundial también ha sido muy especial. Llevábamos mucho tiempo persiguiendo ganar en un campeonato del mundo, tras haber sacado varios platas y bronces.
¿Y ahora que te falta? ¿La medalla de oro olímpica?
Sí, esa es la que falta. Desde luego si me pongo a hacer un ciclo olímpico de cuatro años, no se me ocurre otra cosa que no sea para ganar el oro. Lo contrario no tendría ya sentido. Creo que he cumplido la mayoría de cosas que me propuse conseguir hace años, pero ésta es la que me queda y al mismo tiempo también es la más importante.
Aún tenemos tres años de distancia, pero de momento estamos bien encaminados… aunque no hay que confiarse.
«No es habitual tener al mismo entrenador muchos años porque hay poca paciencia en el atletismo»
¿Es habitual que un atleta tenga al mismo entrenador desde su adolescencia?
No. Y creo que esto dice mucho de mi entrenador, porque al final los atletas cada uno somos de su padre y madre. Cada vez cuesta más ver paciencia en este deporte. La gente quiere sacar resultados ya al día, y en cuanto eso no se produce quieren cambiar.
Cuando a veces lo necesario es todo lo contrario. Es decir, asentar conceptos, tranquilizarse y tener confianza para ir sacando progresos poco a poco.
¿Se puede vivir del atletismo paraolímpico?
Solo si sacas medallas puedes vivir medianamente de esto. No existe un voto de confianza, en el momento que fallas todo el mundo se baja del barco super rápido. Los años que consigo medallas puedo ser mileurista, y si te quedas entre los primeros pues recibes unos trescientos euros al mes.
Esto también es un aprendizaje. Tienes que ser consciente de que éste es un deporte basado en los resultados y no en el esfuerzo que se hace día a día. Es una baza con la que jugar. Sin medalla no hay beca.
De todas formas, quiero aprovechar para agradecer a la Fundación Trinidad Alfonso porque ellos sí que me han ayudado cada año desde que empecé a nivel internacional a través del Proyecto FER.
«Solo se puede vivir del atletismo paralímpico si ganas medallas»
Entiendo entonces que tengas también tu trabajo de profesor. Pero, ¿cómo compaginas ambas cosas?
Mi colegio está bastante concienciado con mi realidad, y me apoya muchísimo. Siempre que necesito algún tipo de favor para poder viajar a una competición, no me ponen ningún problema.
De hecho, cuando gané el Campeonato del Mundo me hicieron un recibimiento bestial con los ochocientos alumnos del colegio aplaudiéndome. Les estoy muy agradecido, porque esto en otros entornos laborales no pasa.
¿Qué tal vamos de instalaciones deportivas en Alicante para entrenar?
Recientemente nos han cambiado la pista de atletismo de la ciudad deportiva del Tossal, y está muy bien. Sin embargo, habría que darle una vuelta de tuerca al gimnasio. La mayoría de máquinas funcionan, pero tenemos algunas que llevan rotas desde hace años. Esto nos limita, y a veces tenemos que ir a gimnasios privados.


















