Entrevista > Saul Rubio Díaz / Ayuda de solista de la Banda Sinfónica Municipal de Madrid (Alicante, 1-septiembre-1988)
Sant Joan d’Alacant es, sin lugar a duda, una tierra fértil para la música. La tradición de las bandas en la Comunitat Valenciana encuentra en nuestro municipio uno de sus máximos exponentes gracias a la incansable labor de la Societat Musical La Paz. De sus aulas y ensayos han salido talentos que hoy ocupan atriles en las formaciones más prestigiosas del país. Uno de esos embajadores es Saúl Rubio.
Llevas ya diez años instalado en Madrid, consolidado en la capital, pero eres el ejemplo perfecto de ese afán exportador de talento que tiene la banda La Paz. ¿Cómo recuerdas ese salto profesional?
Los caminos que empezaron en Sant Joan me llevaron primero a Barcelona, porque fue allí donde fui a terminar la carrera superior. Sin embargo, la vida da muchas vueltas y acabas donde está la oportunidad. En mi caso, ese destino final fue Madrid, nada menos que en la Banda Sinfónica Municipal.
«Somos una región exportadora de talento musical y eso se nota»
Hablamos de una de las formaciones más importantes a nivel nacional e incluso europeo. ¿Cómo fue el proceso para conseguir esa plaza viniendo desde fuera?
Curiosamente, tampoco era un objetivo con el que estuviera enfocado al 100% en ese instante. Recuerdo que, incluso el día de antes de las pruebas, estaba tocando en un concierto. A veces las cosas surgen así, cuando tienes el trabajo hecho, pero no te obsesionas.
Madrid actúa como un punto de encuentro para profesionales de toda la geografía española. ¿En qué medida se conoce allí el trabajo que se hace en la banda de Sant Joan?
Se conoce, sin duda. Al final, en la capital estamos músicos de todas partes, pero la tradición que tenemos en la Comunitat Valenciana es única. Somos una región exportadora de talento musical y eso se nota. Las bandas de música aquí están muy arraigadas. Yo, personalmente, voy pregonando el nombre de mi banda allá donde voy. Y es así, gracias a que gente como Joan Espinosa hizo mucho por situarnos en el mapa.
Centrándonos en tus orígenes como músico, ¿fue una elección vocacional directa?
Tengo una fuerte tradición familiar que influyó mucho. Lo mamé en casa desde pequeño. Mi tío y mi hermano fueron determinantes. De hecho, mi hermano es compañero mío en múltiples batallas musicales, aunque ahora mismo él esté trabajando en Alicante y yo me encuentre en Madrid.
«Voy pregonando el nombre de mi banda allá donde voy»
Supongo que compartir esa pasión bajo el mismo techo facilita mucho el duro camino del músico.
Sí, totalmente. Compartir el escenario y las vivencias con tu hermano es algo que no se puede explicar con palabras, es muy especial. Supongo que ayuda también el tener esa sensación de acompañamiento constante.
Saber que siempre tienes a un amigo, a un hermano, a alguien de tu total confianza cerca es vital. Podíamos jugar ahí, apoyarnos. Menos mal que no tocábamos exactamente el mismo instrumento, porque somos gemelos, lo cual nos ha llevado a algunas anécdotas.
Resulta fundamental el papel de las familias en estas carreras tan sacrificadas desde la infancia.
Es la típica pregunta, pero es que es la verdad. Que ellos apuesten por ti, que te lleven al conservatorio, a los ensayos, a los conciertos… Mis padres nos han llevado a todas partes.
Ahora que acabo de ser padre recientemente, valoro todavía más ese esfuerzo. Es un mensaje muy relevante para los padres: hay que apoyar a los hijos cuando trabajan por algo, sea música o cualquier otro ámbito.
No abandonamos la trompeta, pero cambiamos de registro. También formas parte del AKA Brass Quintet. ¿Qué nos puedes contar de este proyecto?
Es un quinteto de metales clásico. La formación la componen dos trompetas, una trompa, un trombón y una tuba. Surge de la necesidad de hacer música de cámara con gente de confianza. Somos músicos que estamos repartidos, por ejemplo, mi hermano está en la Banda Municipal de Alicante y yo en Madrid. Es una forma de reunirnos y hacer música juntos.
«La tradición que tenemos en la Comunitat Valenciana es única»
A pesar de tu residencia en la capital, mantienes una actividad constante en la Comunitat Valenciana.
Normalmente actuamos por la zona de Alicante y Valencia con el quinteto. Es nuestra forma de mantener el vínculo. Aunque cada uno tenga su trabajo principal en una ciudad, el proyecto común nos une.
Mantener ese contacto con Sant Joan y con la provincia debe ser importante para ti después de una década fuera.
Sí, claro, siempre que puedo intento volver. Sigo manteniendo el contacto con la zona y con la banda de Sant Joan en la medida de lo posible. Es cierto que llevo unos meses que, por mi reciente paternidad, se dificulta un poco más el movimiento, pero el vínculo no se ha perdido.
Conlleva cierta responsabilidad ser uno de esos espejos en los que se miran los educandos de la escuela de música hoy en día.
En cierto modo sí. Te tienen como un referente y eso, quieras que no, genera algo de presión. Pero es una presión positiva. Al fin y al cabo, significa que esperan mucho de ti porque valoran lo que has conseguido saliendo del mismo sitio que ellos.





















