Entrevista > Antonio José Santoyo Guijosa / Artista y muralista (València, 25-noviembre-1997)
Alfafar destaca por su talento artístico, y Antonio Santoyo, conocido como ‘Furyo’, es un exponente clave. Graduado en Bellas Artes, este muralista ha proyectado su obra desde l’Horta Sud hasta Latinoamérica. Su estilo, centrado en el realismo y la incertidumbre cotidiana, transforma el espacio urbano en un campo de reflexión. Santoyo analiza en esta entrevista sus inicios, su proyección internacional y su vínculo con Alfafar.
Usted estudió Bellas Artes en València. ¿De qué forma nació su interés por la especialidad de pintura mural?
En mi carrera me especialicé en pintura mural. En la universidad cursé xilografía y grabado, pero me interesé más por la pintura y, sobre todo, la mural. Hablamos de 2018 o 2019, aunque empecé realmente en el año 2010. Fue un proceso de interés creciente hacia este formato de grandes dimensiones.
¿Bajo qué circunstancias se vio motivado para realizar su primera intervención artística de este tipo?
Desde pequeño me interesó el grafiti. Al acabar los estudios, se dio una serie de circunstancias que hicieron que realizase mi primer mural junto con Alicia López ‘Sucri’. A partir de ahí saltó esa chispa y el interés de abordar otro campo. Fue el inicio de una exploración que todavía hoy continúo desarrollando.
«No es lo mismo pintar en València o Alfafar que en un país extranjero, cambia la percepción y la intención del trabajo»
¿Cómo influye en su obra el hecho de trabajar en un entorno cambiante como la calle?
La calle es un sitio que siempre cambia, funciona como un campo de investigación previo. Ante esas circunstancias, decidí seguir explorando sin una visión fija de llegar a algo concreto, sino simplemente viendo dónde nos llevaba este campo. Sigo en ese proceso explorando las infinitas posibilidades que ofrece el muro.
Sus murales suelen reflexionar sobre la incertidumbre del futuro. ¿De qué manera traduce esas emociones a su lenguaje pictórico?
Independientemente de la imagen, hay circunstancias de crítica que funcionan porque se pierde el sentido de la identidad. Se puede revisar la obra constantemente. Me siento cómodo en el estilo realista, pero siempre busco algo nuevo o intento alejarme un poquito más de lo convencional en cada proyecto que abordo actualmente.
¿Es fundamental adaptar cada mural al contexto geográfico y al público que lo va a contemplar?
Se trata de adaptar cada mural al público. Lógicamente, una obra a la vista de todos tiene un público amplio, pero no tiene que ver con su visión original. No es lo mismo pintar en València o Alfafar que en un país extranjero. El contexto cambia la percepción y la intención del trabajo.
«El cambio resulta agotador, a nivel mental y físico, pero siempre es positivo»
¿Ha condicionado su visión artística la experiencia de crisis recientes como la pandemia o la dana?
Me han hecho ver otras cosas o confirmarme a mi persona. Hice una obra y es un tema complejo de revisar. Sí que me hubiese gustado ver que, después de lo que pasó, hubiese habido más o menos impacto. Cada persona tiene su visión y existen muchas verdades en esta vida sobre lo vivido.
¿Qué importancia tiene para su trayectoria ser reclamado por países como Colombia, Perú o Ecuador?
Hay un punto que resulta agotador a nivel mental y físico por todo ese trabajo, pero siempre es positivo el cambio. Hay gente alrededor mía que no lo ha conocido, pero yo me salgo de ese ambiente para seguir creciendo de una forma positiva en mi carrera.
¿Considera agotador mantener este nivel de producción constante en puntos tan distantes del mapa?
Es un mercado muy complejo. Resulta agotador, a nivel mental y físico, todo ese trabajo y los viajes, pero es parte del crecimiento. Valoro que se reconozca mi trabajo en tantos puntos diferentes. Me permite evolucionar, salir de lo establecido y seguir sumando experiencias positivas a mi trayectoria profesional.
«Desde pequeño me interesó el grafiti»
Residiendo en Alfafar, ¿cómo valora el hecho de ser reconocido y poder dejar su huella en su propio municipio?
Siempre soy agradecido de que hayan contado conmigo. Estoy satisfecho de poder hacer trabajos en mi entorno. El arraigo con Alfafar es importante para mí, aunque profesionalmente mi obra se haya expandido mucho más allá de la provincia. Es gratificante ver que tu propio pueblo valora el arte que realizas.
¿Siente una satisfacción distinta al terminar una obra fuera de la provincia de València?
Estoy más satisfecho de mi obra fuera de València en sí, como provincia. Es más una cuestión personal que profesional. Aprecio mucho cuando se cuenta conmigo localmente, pero la experiencia de crear en otros países o ciudades lejanas me aporta una visión y un crecimiento personal muy valioso.
¿Cuáles son los retos u objetivos que se plantea para su futuro como artista?
A veces no tienes tiempo para tu obra de estudio por los proyectos externos. Mi objetivo es seguir realizando proyectos fuera y, a la vez, poder llegar a tu propia casa. Quiero sentir más profundamente lo que hago, manteniendo ese equilibrio necesario entre el trabajo de campo internacional y la creación íntima.





















