Entrevista > Rocío Guijarro / Concejala de Igualdad en el ayuntamiento de l’Alfàs del Pi
Como ha sucedido con otros muchos temas que centraban la agenda a principios de 2020, la pandemia ha provocado un cierto estancamiento en los avances sociales que, en términos de igualdad, se han venido consiguiendo en España en las últimas décadas. Pese a la resistencia numantina de los más retrógrados, el avance del feminismo es ya una realidad imparable que va impregnando, poco a poco, todos los ámbitos del día a día.
Rocío Guijarro es la concejala de Igualdad del ayuntamiento de l’Alfàs del Pi. Mujer reivindicativa, es la responsable de las políticas inclusivas de la administración local. No lanza las campanas al vuelo, e insiste una y otra vez en la importancia capital de la educación para conseguir el objetivo último: una igualdad real entre hombres y mujeres.
«Sigue existiendo la desigualdad y ese es el motivo por el que desde los ayuntamientos se están desarrollando políticas en materia de igualdad real»
¿Cuál es la razón principal por la que es necesaria la existencia de una concejalía como la de Igualdad?
En primer lugar, porque existe una necesidad real de que se trabaje en esa línea de igualdad. Es patente que existe una desigualdad de sexo, pero también con otros grupos desfavorecidos. Lo que se pretende es crear una igualdad real y efectiva porque, de hecho, existen unas leyes que nos obligan a alcanzarla y cumplirla.
Esas leyes, efectivamente existen. ¿No es suficiente?
Sigue existiendo la desigualdad y ese es el motivo por el que desde los ayuntamientos y las administraciones públicas se estén desarrollando políticas en materia de igualdad real. De tal forma que no sólo se trabaje constantemente en ello, sino que se haga de manera transversal, es decir, que no hablemos de una concejalía estanca, sino que influya en todo, porque no podemos olvidar que en todos los sectores hay hombres y mujeres.
Aunque más adelante hablaremos de la igualdad de género, l’Alfàs del Pi es un municipio en el que confluyen muchas nacionalidades y culturas distintas. Imagino que también tendrán un foco importante de trabajo en esa cuestión.
Es una línea de trabajo que se desarrolla más desde Bienestar Social y Pangea, una oficina que está enfocada a tratar los problemas de todas aquellas personas que son de fuera de nuestro país.
Desde esta concejalía trabajamos más la igualdad entre mujeres y hombres y todo aquello relacionado con el feminismo, las nuevas masculinidades y el importantísimo colectivo LGTBI.
Una labor que supongo que se centrará en el trabajo con los más jóvenes.
Aunque con la pandemia lo hemos tenido que parar, habíamos puesto en marcha un proyecto dirigido a las aulas de Infantil en el que trabajábamos la igualdad entre niñas y niños, con el que tratábamos de romper estereotipos como que a los niños hay que vestirlos de azul y no de rosa.
Al final, esos estereotipos los están absorbiendo en casa, desde los medios de comunicación, en los catálogos de juguetes… El ser humano aprende de forma que replica los mismos moldes que está viendo en la sociedad.
¿Cómo se rompe ese círculo?
Explicándoles que las cosas no tienen porque ser así. Que no existen, por ejemplo, profesiones de hombres o de mujer; no existen juguetes de niño o de niña… Se trata de trabajar en la base, pero con muchísima pedagogía. Una educación que hay que hacer extensiva a las familias.
Como decía usted antes, es una cuestión transversal en la que todo el mundo debe jugar un rol.
Efectivamente, es algo que abarca los 360 grados de nuestro alrededor y al cien por cien de la población. Toda la ciudadanía debe ser capaz de remar en la misma dirección. El gran problema es que existe cierta creencia de que la igualdad existe únicamente para favorecer a las mujeres, pero eso no es así.
«Los hombres también sois víctimas del patriarcado desde el momento en el que os veis sometidos a no poder expresar vuestras emociones»
Ahí es donde entra en juego otro concepto que usted ha mencionado antes como son las nuevas masculinidades.
Es algo muy necesario y tremendamente escondido. Nadie habla de ello. Hay muchísimas asociaciones de hombres, y la Comunitat Valenciana no es ninguna excepción en ello, que están luchando por la igualdad, porque es algo que favorece a toda la sociedad y no sólo a la mujer.
Los hombres también sois víctimas del patriarcado desde el momento en el que os veis sometidos a no poder expresar vuestras emociones, a tener que ser los ‘machos alfa’… De nuevo, una serie de estereotipos que, quizás, en otro periodo histórico sí podían tener sentido; pero no en pleno siglo XXI.
¿Por qué cree que esa labor de pedagogía es frecuentemente tachada de adoctrinamiento por algunos sectores de la política y la sociedad?
Ni siquiera se trata de machismo. Es, sencillamente, porque existe una masculinidad tóxica. Al final, el sector masculino pierde una serie de privilegios, pero los que aseguran ese tipo de cosas no son capaces de ver que son privilegios que ganan por otro lado.
¿Cree que esa sensación de pérdida de privilegios es mayoritaria entre los hombres o son una minoría que hace mucho ruido?
Lo que se percibe como negativo marca más y, por lo tanto, genera un ruido mayor. Además, hablamos de un sector algo más agresivo y la agresividad, no solucionar las cosas a través del diálogo, sino con la fuerza, es la base del patriarcado.
Se basan en mensajes populistas que no soportan ningún análisis racional. El resto de los ciudadanos deben pararse a pensar si esto que nos dicen es verdad o es mentira, en que nos perjudica o nos beneficia. Al final, el pueblo tiene poder, pero tiene que saber qué es lo que nos beneficia a nivel individual y social.
«El proyecto ‘l’Alfàs + Igualitaria’ lo comenzamos en 2019. La pandemia lo ha ralentizado, pero poco a poco sí se están viendo cambios»
Le hago una pregunta que me gustaría que me respondiera como concejala del área y como mujer. ¿Cree que, a nivel local, los cambios a mejor están siendo ya visibles en l’Alfàs del Pi?
El proyecto ‘l’Alfàs + Igualitaria’ lo comenzamos en 2019. La pandemia ha provocado que todo se haya ralentizado, pero poco a poco sí se están viendo cambios. Por el momento, son cambios mínimos, como el uso del lenguaje inclusivo desde la Administración.
Se trata de que tenemos que ponernos todos las gafas violetas… o las lentillas, porque una vez que te las pones, ya no te las quitas. Es como todo en la vida. Hay personas a las que les cuesta más que a otras; pero sí se van viendo esos cambios tan necesarios.
«La igualdad, independientemente de la cultura de la que pueda uno venir, es una asignatura pendiente»
Siempre se ha dicho que estar expuesto a influencias externas abre mucho la mente. Teniendo eso en cuenta, ¿cree que esa condición de municipio multicultural de l’Alfàs del Pi ayuda a que ese cambio se acelere?
Es una buena reflexión y no te sabría contestar. En realidad, el tema de la igualdad, independientemente de la cultura de la que pueda uno venir, está por trabajar. Aunque es verdad que hay países mucho más avanzados en esta cuestión, sigue siendo una asignatura pendiente en todos los sitios.
Pensando en todo ello, te diría que en l’Alfàs del Pi no vamos más rápidos que en otros lugares ya que, al final, la igualdad se trabaja en casa, en tu micromundo.
Ante un reto tan amplio, es complicado realizar campañas efectivas con objetivos muy específicos. ¿Cómo plantean su trabajo para maximizar los resultados?
Así es. Por eso es tan importante ser capaces de sembrar muchas semillitas a la vez. Una de las prioridades es cubrir esa necesidad desde los más pequeños y, para ello, pusimos en marcha ese proyecto en Educación Infantil. Ahora ponemos el foco en el Instituto, donde trabajamos la cuestión de las nuevas masculinidades.
«El año pasado la violencia de género en jóvenes creció un 33%»
¿Están siendo efectivas?
El año pasado la violencia de género en jóvenes creció un 33%. Tenemos que ser capaces de ver dónde está el problema para actuar sobre él. Pero tenemos que hacerlo empatizando, poniéndonos en su piel y comprendiendo qué es lo que quiere la juventud.
«Puede que no estemos hablando el mismo idioma que los jóvenes»
¿A qué se refiere?
Puede que no estemos hablando su mismo idioma. Tenemos que ver qué es lo que les interesa y utilizar sus herramientas. La última Semana Cultural de la Mujer hicimos un concurso a través de Tik Tok, que es su herramienta. Es a través de ellas como tenemos que llegar a ese sector de la población.
Ese dato que ha dado del aumento en un 33% de violencia de género entre jóvenes es terrible. ¿De qué estamos hablando ahí?
De maltrato físico y psicológico. Lo que está articulado y considerado como tal en la ley. Además, estamos viendo un aumento preocupante en otra tipología que, hasta ahora, está pasando muy desapercibida en la sociedad como es la violencia a través de las redes sociales y los servicios de mensajería.
Ese aumento, ¿puede responder a la inclusión en la ley de formas de maltrato que antes no se consideraban como tal?
Puede ser. Antes el maltrato psicológico no se consideraba como tal. Como decía anteriormente, es una asignatura pendiente y faltan muchísimas cosas por hacer, por incorporar y por ser conscientes. Es el famoso iceberg de la violencia. No sólo debemos verlo cuando hay violencia física o asesinato, porque lo de abajo lo sustenta todo.
Margarita Luján, presidenta de Mujeres con Voz, denunció en este mismo periódico que la provincia de Alicante es una de las que mayor tasa de violencia de género tiene de toda España. ¿A qué cree que se debe? ¿Podría tratarse de que, con cifras similares, aquí se denuncia más?
Es una lectura posible. Las estadísticas con las que trabajamos, efectivamente, se realizan en base a las denuncias, pero ¿cuántas mujeres sufren violencia y no denuncian? Es muy complicado aventurar una visión más amplia sobre esos datos y dar una cifra real.
¿Cómo es esa misma realidad a nivel local?
En el último año hemos descendido. Obviamente, nos gustaría que no hubiese ningún caso, porque eso significaría que hemos conseguido una igualdad real; pero hay municipios que están mucho peor que nosotros.
Aquí se trabaja, como he dicho antes, de forma transversal desde Igualdad, Bienestar Social, Mujeres con Voz, la Mesa Multidisciplinar… para detectar a esas mujeres que sí están sufriendo violencia, pero no se atreven a dar el paso de denunciar.
Se insiste mucho en el mensaje preventivo hacia la mujer, a la que se le insta, por ejemplo, a evitar según qué situaciones o según qué lugares. ¿No cree que es un error y que ese mensaje debería ir dirigido a los hombres para que dejen que cada cual haga lo que le parezca?
Estoy totalmente de acuerdo contigo. El problema es que somos el resultado de muchos años de cultura patriarcal y salir de ella es difícil y trabajoso, pero estamos en ello. Como dices, todo el peso cae en la parte femenina porque has sido tú la que se ha vestido de una manera, has sido tú la que has ido por la calle… ¡nunca se ha puesto el foco en la parte masculina! El mensaje es sencillo: respeta, respeta, respeta.