Agua. Al final, siempre es cuestión de agua. Para regar, beber, vivir. Els Pontets, ‘los puentecitos’, lo patentizan una vez más: fueron en realidad un acueducto, en aparente buen estado pese al escaso mantenimiento que ha padecido hasta su recuperación patrimonial, que hinca las raíces en el siglo XIII (la etapa conocida como Plena Edad Media, desde el XI) pero que se remataba a principios del XX. Ubicado en plena sierra crevillentina, puede servir para plantarle importante tilde a un viaje al pasado agrícola de nuestra localidad.
Els Pontets calmaban la sed de personas, vegetales y bestias, como se consignaba antaño, y formaban parte de un astuto sistema circulatorio hídrico que recorría tierras en principio tan ásperas y secas. Esto, unido a un complejo de pozos y ‘qanats’ (aún se conserva, cada vez menos, este vocablo árabe que significa simplemente ‘canal’), iba a servir para irrigar unas tierras que allá abajo se complementaron con El Hondo y, desde 1979 y 1985 respectivamente, el Trasvase Tajo-Segura y el embalse de Crevillent.
Del acueducto a la casa
Se puede llegar en coche hasta el mismo acueducto, a la vez arranque de la ruta senderista PRV-109, que posee su propio panel explicativo casi a las mismas puertas, o arcos, de Els Pontets. La ruta, por cierto, nos lleva también hasta lo que queda de un elemento tan rústico como puede serlo una casa de labranza: planta baja más una altura, junto a unas cuevas para guardar el ganado, comunicadas originalmente con el sótano del edificio.
Es la Casa del Tío Mariano, punto de enlace con otras rutas: la PRV-278 (a Elche por Las Buitreras) y la PRV-279 (a Hondón de las Nieves). El área, según se noticiaba el pasado julio, será recuperada en lo boscoso con una ayuda de 50.000 euros por parte de la Diputación, dentro del programa ‘obras de mejora en masas y terrenos forestales municipales de interés paisajístico y ambiental’. En total, más de 10.700 hectáreas donde prima el pino carrasco; y la estampa, aunque más o menos brevemente acotada, sorprende por la riqueza vegetal.
Els Pontets fueron un acueducto nacido en el siglo XIII
Cantuesos y chozas de piedra
Las arideces, extendidas sobre suelos calizos y yesos, también poseen restos de pretéritos agrícolas que ofrecer al paseante. ¿Y qué mejor y más tradicional icono que la abundancia de matas de cantueso o ‘cantauesso’? Una vez recolectado, infusionarlo, para tomárselo calentito, o destilarlo, para tomárselo… cuando toque. Los entendidos, mientras, nos ilustrarán con que se trata de una planta gipsícola. Nada que temer: hablan de vegetales que prefieren crecer sobre yesos (de ahí el usar la raíz ‘gypsum’, yeso).
Pero la Casa del Tío Mariano igual sabe a poco, en cuanto a ver viviendas del veterano agro. Pues visitemos ‘les xosses’. Que la cercanía de la expresión en valenciano crevillentino a la castellana ‘las chozas’ (o chozos) no engañe. Son restos de construcciones en ‘piedra seca’ (sin utilizar mortero o argamasa, sin usar agua) construidas por campesinos y pastores. Y forman parte de la ‘Marxa i Trail Les Xosses’ para corredores y andadores, y cuya novena edición, tras programarse para el 5 de junio, se prevé ahora para el 11 de diciembre.
UNESCO
Cabe añadir que el arte de la construcción en piedra seca (chozas y muros: lo que puede verse en la sierra de Crevillent), tan típico del Mediterráneo (o subzonas como el litoral adriático), en Chipre, Croacia, Eslovenia, España, Francia, Grecia, Italia y, como extra, la Suiza interior, era declarada en noviembre de 2018 Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
En la provincia alicantina, además de en Crevillent, también queda obra de piedra seca, abrazada por tanto también por la UNESCO, principalmente en Callosa d’en Sarrià, Novelda y Pinoso, aunque prácticamente abundan ejemplos por toda la provincia.
Abundan las matas de ‘cantauesso’ entre áridas tierras yeseras
Los viejos molinos
Volviendo al camino, la ‘Marxa i Trial’ nos ha unido varias ‘xosses’, Els Pontets y, ahora, a ojos de mapa, los molinos harineros cuya construcción encargaba en 1870 la familia maltesa Magro-Bussutil para aprovechar el agua de una mina abierta en 1855, La Cata.
Tres construcciones hidráulicas que el 5 de junio de 1979 fueron apuntaladas por el Centro Educativo del Medio Ambiente Los Molinos, de la desaparecida Caja de Ahorros del Mediterráneo (desde el 9 de abril de 2014 lo gestiona uno de sus restos, la Fundación Mediterráneo, con los activos de las antiguas Obras Sociales de la CAM).
El CEMA Los Molinos parte de construcciones del XIX
Un santo patrón
Y si se trata de una economía eminentemente agrícola, y la crevillentina de 1955 todavía lo era en buena parte, qué menos que clamarle al Cielo (que entonces siempre llevaba mayúscula).
La ermita a San Isidro Labrador, de una sola nave, se inauguraba el 14 de mayo de ese año, para restaurarse en 1997 por el 375 aniversario de la canonización del agricultor mozárabe (1082-1172). Hubo otro templo anterior, por la partida del Canastell, del XVIII. Después de todo, en muchos sitios a San Isidro se le ruega cada 15 de mayo así: “San Isidro labrador, pon la lluvia y quita el sol”.