Entrevista > Gonzalo Escudero / Biólogo municipal de Orihuela
Hace diez años que tuvo lugar el último estudio que se llevó a cabo sobre las palmeras del Palmeral de Orihuela, pero el pasado año la Concejalía de Comercio propuso iniciar de nuevo un estudio sobre las palmeras municipales para averiguar la calidad de sus dátiles.
Se ha desarrollado una primera fase de ese proyecto en el que se ha estudiado una cuarta parte de las palmeras del paraje oriolano. Sobre ello hemos hablado con el biólogo municipal, Gonzalo Escudero, para conocer los resultados.
Se han sometido a estudio unas setecientas palmeras hembra. ¿Cómo se han elegido?
Las palmeras se han seleccionado teniendo en cuenta que estamos un poco obligados a retirar los frutos de las palmeras que se ubican en zonas de tránsito de la ciudad, para que no causen molestias en zonas deportivas, colegios, al tráfico ni a los viandantes.
Finalmente se optó por estudiar una de las zonas de menor tránsito. Se ha abarcado aproximadamente un cuarto de las palmeras susceptibles de estudio del Palmeral.
«Hemos hallado siete variedades muy buenas de dátil, de ellas dos son excepcionales»
¿Cuáles son las conclusiones más destacables del estudio?
De estas setecientas palmeras se han ido descartando algunas por la dificultad de recolección del dátil en función de la altura y de la calidad del fruto. Finalmente han aparecido unos veinte ejemplares cuyos dátiles tienen cierta calidad. De esas palmeras podemos decir que siete tienen un fruto bastante bueno y dos de ellas cuentan con un dátil realmente excepcional.
Se han descubierto nuevos dátiles autóctonos, ¿verdad?
Así es, se ha descubierto una nueva variedad excelente que hemos bautizado como Oriol y que puede ser uno de los mejores dátiles que haya en la Península.
También, gracias a Paco El Cura y al antiguo estudio, teníamos información sobre otro dátil excepcional que hemos conseguido, la Bolica. Paco fue un legendario palmerero oriolano que sabía bastante sobre la calidad de los frutos de estas palmeras. Como sabíamos qué ejemplar producía estos dátiles, lo que hicimos fue machear la palmera para asegurarnos de que tuviera una buena producción este año.
Hemos encontrado también otras variedades interesantes, a una la hemos bautizado como Pájaro en honor a otro palmerero, Curica en honor a Paco El Cura, etc.
«Una palmera puede tener hasta 150 o 200 kilos de dátiles en siete u ocho ramajes»
¿Es difícil recolectar estos frutos?
Depende, hay ocasiones en las que no merece la pena. A veces una palmera puede tener hasta 150 o 200 kilos de dátiles en siete u ocho ramajes, y no todos los dátiles maduran a la vez.
Es un trabajo laborioso donde el palmerero va seleccionando solo los maduros y tiene que ir recolectándolos poco a poco; aunque también existe la posibilidad de cortar todo el ramaje y congelarlos un par de días, al descongelarse se ponen todos negros y maduran a la vez.
El muestreo del estudio es pequeño para la cantidad de palmeras que hay allí, ¿es posible que aparezcan más variedades desconocidas?
Por supuesto, nos queda muchísimo por estudiar y esto es un trabajo continuo a lo largo del tiempo; las palmeras que ahora son pequeñas tal vez en dos o tres años comiencen a producir fruto, y puede salir alguno de calidad excepcional, claro que sí.
Podemos decir que la pequeña parte del Palmeral que se ha sometido a estudio ha dado muy buenos resultados, por lo que es previsible que aparezcan más variedades nuevas.
Tendremos que esperar a que las palmeras vuelvan a florecer, y ver cuáles podemos dejar que fructifiquen sin que nos creen un problema añadido en algunas zonas de tránsito.
«Tan solo hemos estudiado una cuarta parte de las palmeras que hay»
¿Qué pasos se van a dar para obtener una mayor producción de estos dátiles de calidad?
Plantar nuevas palmeras iguales a ellas. Hay dos formas de garantizarnos obtener estos frutos de calidad, una es clonando la palmera, que es una opción muy cara y que descartamos; y la otra es trasplantando los hijuelos de las palmeras que dan esos frutos excepcionales, esas palmeritas que surgen de la base de la palmera madre.
Esos hijuelos tienen la misma genética que la madre, por lo que pretendemos cogerlos, extraerlos y trasplantarlos para que echen raíces y obtener una nueva palmera.
Esta iniciativa se haría anualmente, porque es muy común que al año siguiente la palmera vuelva a tener hijuelos. El objetivo es que en el futuro el Palmeral cuente con más palmeras de calidad y, en vez de tener una Oriol, por ejemplo, tener treinta o cuarenta que nos ofrezcan ese fruto excepcional.