Con el objetivo de sumar zonas verdes y recuperar espacios para sus ciudadanos, el Ayuntamiento de Alcoy ha anunciado la futura instalación de jardines verticales y toldos vegetales en diferentes puntos de la ciudad. Hablamos de un proyecto que nace con vocación de experiencia piloto y de cuyo resultado inicial dependerá su continuidad.
Aunque aún falta por determinar su ubicación, el Consistorio ha adelantado que repartirá ocho bloques de jardín vertical de reducidas dimensiones en tres localizaciones, otro mayor de aproximadamente catorce metros cuadrados y hasta seis toldos con cubierta vegetal. Tal y como especifica el concejal de Transición Ecológica, Jordi Silvestre, estos últimos elementos están pensados para zonas carentes de árboles para así poder ofrecer zonas de sombra a los viandantes.
Por su parte, el alcalde Toni Francés reconoce que este proyecto debe servir para la «renaturalización de la ciudad», reduciendo la preponderancia del hormigón y haciendo la ciudad «más habitable».
Se instalarán ocho pequeños bloques de jardín vertical, otro de mayor tamaño y hasta seis toldos vegetales
Una tendencia en auge
En nuestro país es cada vez más frecuente encontrarse con este tipo de instalaciones verticales. La Chica de las Plantas es una joven empresa que desde Alcoy busca con sus trabajos el equilibrio entre naturaleza y arquitectura. Están especializados en la instalación de jardines verticales y cubiertas verdes, a la vez que en tareas de mantenimiento y paisajismo.
Llanos Doménech es su directora, quien coordina un equipo multidisciplinar formado por jardineros, técnicos de riego, así como fachadistas y montadores. El sistema que utilizan desde La Chica de las Plantas es el de jardín vertical hidropónico. «Son jardines sin ningún tipo de sustrato o medio de cultivo, tan solo se emplea agua, previamente tratada con disoluciones minerales», explica la responsable de la firma.
Toni Francés afirma que este proyecto debe servir para la «renaturalización de la ciudad»
Mantenimiento e instalación
Respecto al mantenimiento, “básicamente se trata de mantener los jardines limpios y asegurar que cada planta tenga su propio espacio para crecer fuerte y sana”. Además, el mantenimiento ha de ser más regular si se quiere conservar un diseño de líneas concreto, entonces es necesario ir realizando podas y arreglos más frecuentemente.
“Personalmente, considero que lo suyo es dejar que el jardín cambie de forma un poco a su antojo… Es decir, que se desarrolle, aunque bajo control, de forma natural porque lo maravilloso de estos jardines es que son cuadros con vida que van cambiando con el paso del tiempo”, asegura la especialista.
Por lo que se refiere a la instalación, la pared sobre la que se instalará el jardín vertical debe impermeabilizarse como es debido para evitar cualquier filtración de agua. Posteriormente, se anclan sobre ella paneles plásticos y rígidos con rastreles metálicos (creando una cámara de aire que evitará también el paso de humedades) y se cubre todo con una doble capa de fieltro como el medio de cultivo.
Las plantas (raíces) se insertan entre estas dos capas de fieltro. El fieltro entonces se empapa mediante un sistema de riego integrado que mantiene las plantas húmedas y nutridas.
Es un proyecto piloto y de cuyo resultado dependerá su continuidad
Orígenes de la técnica
El origen de esta técnica se le atribuye al botánico y explorador francés Patrick Blanc, quien durante más de 35 años estudió la vida de las plantas que crecían en el sotobosque de las selvas tropicales.
El interés de Patrick nació tras ver paredes de rocas repletas de musgo junto a cascadas; así entendió que las plantas pueden crecer a cualquier altura y sin necesidad de un sustrato, bastaba con agua y una superficie a la que las plantas pudiesen agarrarse para crecer.
Fue entonces cuando empezó a experimentar con diferentes tipos de medios de cultivo e ideó un sistema de soporte de muy bajo peso y resistente a raíces con un sistema de riego integrado.
La naturaleza sigue su curso
Para realizar estos trabajos se selecciona una gran variedad de especies aptas al lugar, se plantan en un formato pequeño y se deja, nunca mejor dicho, que la naturaleza siga su curso. «Las plantas entonces compiten entre ellas hasta cubrir todo el jardín, por lo que las más débiles mueren o quedan cubiertas por las más fuertes», cuenta Llanos.
En interiores se utilizan sobre todo helechos y plantas tropicales. En cambio, en exteriores depende de los factores ambientales, así que lo ideal para el entorno es que en la medida de lo posible se empleen plantas autóctonas de la zona.
Llanos reconoce que las empresas son el tipo de cliente que más se interesa por estas instalaciones. “Un trabajo bien hecho requiere una inversión importante… Escatimar a la hora de instalar un jardín vertical es un error y se refleja en los costes de reposición de plantas y mantenimiento posteriores”.
Entre los trabajos ejecutados por La Chica de las Plantas destaca el de 2017 para una empresa exportadora de frutas en Puçol. En sus oficinas se instalaron diecinueve jardines verticales tanto en interiores como en exteriores, un total de 325 metros cuadrados. Aunque puede parecer una gran extensión, palidece ante los 3.000 metros cuadrados que se han llegado a instalar en fachadas de edificios fuera de nuestro país.