Entrevista > Alejandro Martínez García / Artista plástico (Elda, 9-julio-1987)
Los Premios Reina Sofía de Pintura y Escultura los organiza anualmente la Asociación Española de Pintores y Escultores. En este año 2022 se ha celebrado la 57 edición, en la que el premio ha sido otorgado al artista eldense Alejandro Martínez.
La obra ganadora se titula ‘SER XV’ y es un óleo sobre papel de 180 x 120 cm, un retrato a gran formato que es un ejercicio de reflexión y búsqueda del interior, de gran riqueza plástica y armonía cromática. El jurado destacó de la misma el perfecto dominio de la carnalidad de su paleta y la sensibilidad y espiritualidad que transmite la exaltación del color.
En primer lugar, ¿cómo fue el proceso de presentar tu obra y la posterior selección por parte del jurado?
Llevo un tiempo en el que estoy presentándome a diferentes certámenes de carácter nacional e internacional. Ya conocía el certamen Reina Sofía desde hace unos años, pero nunca me había presentado. Aunque sí mi hermano Carlos, su obra fue seleccionada y se expuso en Casa de Vacas, en el Parque del Retiro en Madrid.
En la presente edición decidí enviar esta propuesta, ‘SER XV’, pues cumplía con las bases del certamen y consideré que podía ser una buena opción.
¿Cómo recibiste el reconocimiento como ganador del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura?
Me avisaron para asegurarse que estuviera en Madrid, sin decirme que había ganado. Normalmente avisan al ganador pero, en este caso, mantuvieron el misterio. Imagino que avisaron de la misma forma al resto de finalistas. Cuando llegué a Casa de Vacas y vi que el cuadro estaba en el centro de la sala me puse nervioso.
En la ceremonia de entrega pusieron un video en el que salía yo presentándome, que sacaron seguramente de mi web. Fue muy emocionante, la verdad. Me acompañaron mis padres y me sentí muy bien. Luego pude conversar con diferentes personas del mundo del arte, comisarios, críticos, pintores, escultores… Estoy muy agradecido al jurado por elegir mi trabajo y la oportunidad que ello supone.
«Estoy muy agradecido al jurado por elegir mi trabajo y la oportunidad que ello supone»
¿Qué intentas transmitir con la obra ‘SER XV’? ¿Cuánto tiempo te llevó realizarla?
Pintar una cabeza, un rostro o un cuerpo, es invocar las historias que cada sujeto tiene, sus memorias, las cuestiones que condicionan su vida por una necesidad que a menudo no es propia. Son estos personajes quienes se debaten entre una definición y un significado, lo que son al lado de lo que creen ser, en su ejercicio de soltar y de introducir.
Nunca estoy solamente con una obra, siempre llevo varias en danza. Pinto, dejo que seque, la miro, le doy la vuelta, la miro, dejo de pintar unos días, sigo con otra obra… La respuesta más precisa seria que he tardado en hacerla 34 años, que es la edad que tengo.
Y adentrándonos en el cuadro, ¿qué nos puedes decir de la persona a la que retratas? ¿Cómo fue el proceso de realizarlo?
La retratada es Isa, una amiga. Le propuse si quería posar y encantada accedió, de lo cual estoy muy agradecido. Quedamos en el estudio y allí hicimos la sesión de fotos. Me gusta realizar todo el proceso, desde que se origina la idea, hacer las fotografías que sirven como referentes para la realización de la pintura, etc. En este caso el proceso fue con un ritmo estable y crecía de una forma natural.
Como siempre en una obra hay sesiones de acción más instintiva, pelea, reconciliación y análisis o reflexión. En esta ocasión con esta pintura fue casi siempre avanzar. Recuerdo que coincidió con la instalación y presentación de la escultura pública de mi hermano Carlos. Salía a verlo de vez en cuando y luego volvía al estudio a centrarme con el retrato. Disfruté mucho de esos momentos.
«Pintar una cabeza, un rostro o un cuerpo, es invocar las historias que cada sujeto tiene»
Tus retratos reflejan una compleja relación con la materia que utilizas para componerlos y la propia representación pictórica. ¿Cómo definirías esos vínculos?
Para mi es importante que cuando pinto piel, sea piel; cuando pinto un ojo, sea un ojo y que sea reconocible, que la plasticidad de la pintura nos recuerde a la materia en sí. También me gusta experimentar con los materiales que utilizo, y también con las herramientas con la que muevo la pintura.
Quizás la parte más compleja sea descomponer algo reconocible y que siga funcionando como imagen, esté equilibrado y no peque de excesos efectistas. Y que todo ello permita al espectador su propia lectura.
«Me atrae mucho la fisionomía de cada persona»
Cuando realizas un retrato, ¿tratas de conocer ciertos aspectos de la persona? ¿Qué condiciones definen a una persona en un retrato?
No necesariamente. En ocasiones sí he hecho el ejercicio de conversar, de conocer, de acercarme y saber; y otras veces es la imaginación o la fantasía la que aporta en el proceso de pintar. Imaginas como será esa persona, como vive, qué miedos y sueños comparte. A mí me atrae mucho la fisionomía de cada persona, es clave para decantarme por una u otra.
Y si giramos el foco hacia el presente, ¿en qué proyectos te encuentras trabajando actualmente? ¿Qué es lo que te hace especial ilusión de tu trabajo?
En estos momentos estoy sumergido en diferentes proyectos, dedicando tiempo en el ordenador y en el estudio. Son varios los proyectos que tengo en marcha, y uno de ellos me hace especial ilusión. Se trata de realizar un video documental sobre el proceso de una obra, desde la gestación de la idea, pasando por el proceso pictórico, hasta la conclusión y exposición.
Hay otras cosas que prefiero que estén más asentadas para poder hablar de ellas. Y cuando reúno algunas horas libres de interrupciones, me preparo un té, selecciono buena música y me pongo a pintar nuevas obras.