Tras la todavía reciente y positiva experiencia de la Semana Santa en el recuerdo, l’Alfàs del Pi se prepara para recibir la gran avalancha de turistas que, tras dos años de restricciones y dudas, se prevé que visiten la costa mediterránea en los próximos meses de verano.
La playa, lista
Conscientes de que son muchos los destinos que llegan a este relanzamiento de la actividad con la vista puesta no sólo en alcanzar de nuevo las cifras de visitantes de 2019, sino de tratar de reposicionarse y ganar una mayor cuota de mercado, l’Alfàs del Pi trabaja contrarreloj para dejar la playa del Racó de l’Albir, uno de sus mayores atractivos veraniegos, en perfecto estado de revista.
Una playa que fue fuertemente azotada por los temporales de la ya casi terminada primavera y que para los que vuelvan a visitarla después de varios meses -o años- de ausencia, tiene guardada una sorpresa como es la casi total desaparición de sus característicos cantos rodados, tragados por el mar y sustituidos ahora por una mayor franja de arena.
Una de las pocas playas del litoral español que ha mantenido la bandera azul en todas sus ediciones
Bandera azul
Un año más lucirá la bandera azul que certifica no sólo la buena calidad de sus aguas, sino también la de sus servicios. Un galardón del que el Racó de l’Albir puede presumir de ser uno de los pocos arenales españoles que ha podido reeditarlo en todas las ediciones desde su creación.
Para ello, tal y como se informa desde la concejalía del área, la playa volverá a contar con todos los servicios que los turistas y vecinos demandan en ella, con especial atención al de salvamento y socorrismo, activo ya en Semana Santa y que en verano volverá a velar por la seguridad de todos los visitantes.
El entorno
La playa del Racó de l’Albir, enclavada junto al Parc Natural de la Serra Gelada, no sólo es el punto de descanso ideal para los amantes del sol y del mar, sino que puede ser utilizado como ‘campo base’ o punto de encuentro para otras muchas actividades que l’Alfàs del Pi ofrece a sus visitantes.
Desde ella, y obviando opciones tan interesantes como la biblioplaya con la que cuenta el arenal, se pueden visitar algunos de los puntos más turísticos del municipio como el camino del Faro, el Museo Villa Romana de l’Albir, el Centro de Interpretación de Los Carrascos y, por supuesto, la variada oferta gastronómica de la zona más próxima a la costa.