Se llama ciática a la compresión del nervio ciático, que comienza en la región lumbar y baja por la parte posterior de la pierna. Esta patología se traduce en dolor, debilidad, pérdida de sensibilidad y fuerza, entumecimiento y hormigueo en la pierna. La molestia puede quedarse en la zona del glúteo o bajar por la pierna hasta llegar a la parte posterior de la rodilla o incluso al pie. Se inicia de forma aguda, pudiéndose producir también de noche, y aumenta de intensidad al estar sentado, toser o estornudar.
En la actualidad, en torno al 2% de la población padece ciática, sobre todo en las vértebras de la columna lumbar L4-L5 o la articulación lumbosacra L-5 y S1. Las personas que sufren del nervio ciático tienen problemas a la hora de desarrollar las tareas de la vida diaria e incluso, en ocasiones, ni siquiera pueden mantenerse de pie.
Tal y como se indica en el trabajo Lesión del nervio ciático: aproximación médico legal, publicado en la revista CES Medicina, el nervio ciático se puede lesionar en cualquier punto de su trayectoria. Es muy frecuente que suceda a la salida del canal vertebral (hernias discales), en la región glútea (trauma pélvico) y en la rodilla (lesión del nervio peroneo), donde rodea la cabeza del peroné.
Causas de la ciática
Existen diferentes causas por las que se comprime el nervio ciático. Algunas de ellas son:
- Mecánica postural. Se produce por malas posturas, por cargar peso de manera incorrecta, por realizar un movimiento inadecuado o por un aumento de peso.
- Traumática. Aparece por lesiones o fracturas de la pelvis.
- Hernia de disco. Es una de las causas más frecuentes de la ciática. Puede verse acentuada por la artrosis.
- Síndrome piriforme o falsa ciática. Es un trastorno neuromuscular que se produce cuando el músculo piriforme comprime el nervio ciático por hipertrofia o contractura.
- Disfunciones viscerales. Existen distintas disfunciones viscerales y uno de sus síntomas es el aplastamiento de los discos. En el lado izquierdo lo provocarían el riñón, intestino grueso y colon irritable y en el derecho el útero, intestino delgado o la próstata.
- Irritaciones de la articulación sacroilíaca. Produce un dolor reflejo que no rebasa el glúteo o la media pierna.
Principales síntomas de la ciática
La ciática causa molestias y, en ocasiones, imposibilita a quien la padece a desarrollar su actividad diaria. Los síntomas más frecuentes son:
- Dolor profundo, intenso y constante desde la nalga a lo largo de la pierna. El nervio ciático enerva la musculatura y sensibilidad de buena parte de la pierna. El sitio más frecuencia es el glúteo o la parte posterior de la pantorrilla.
- No varía con la palpación o el movimiento.
- Pérdida de sensibilidad, parestesia y hormigueos, especialmente en el pie.
- Parexia o pérdida de fuerza y reflejos. Este es uno de los síntomas que alertan de una compresión significativa. En caso de aparecer, es importante acudir al médico lo antes posible.
- El dolor aumenta al toser o ir al baño. Cualquier acto que aumente la presión abdominal puede exacerbar el dolor hacia la pierna.
- El dolor aumenta con el signo de Lasegue. Es positivo si la flexión provoca dolor.
Tratamiento de la ciática
Existen diferentes tratamientos para descomprimir el nervio ciático, en función de la intensidad del dolor y su duración.
- Conservador.
- El paciente debe modificar su actividad, evitando posiciones que aumenten la presión intradiscal.
- Natación o terapias como la osteopatía y la manipulación miofascial ayudan a recuperar movilidad y descomprimir el nervio ciático.
- Medicación. Antiinflamatorios, analgésicos, relajantes musculares y opiáceos.
- Inyecciones terapéuticas.
- Quirúrgico. Se realiza cirugía cuando:
- El dolor no responde y han pasado entre 4 y 8 semanas de tratamiento controlado.
- Existe un progresivo deterioro neurológico.
- Se repiten los cuadros ciáticos, que afectan a la actividad cotidiana.