Este año el Hércules CF celebra su centenario oficial desde que fuera fundado oficialmente en 1922. De todos es sabido que siempre ha habido muchos sanvicenteros herculanos, incluso algunos continúan siendo fieles a sus colores blanquiazules en estos tiempos actuales tan oscuros para el club alicantino. Lo que quizás muchos no sepan es que una parte muy importante de las raíces de este histórico equipo se hallan en San Vicente del Raspeig.
Y es que resulta que la familia paterna del fundador del Hércules era originaria de nuestra localidad. Si esto ya es una relación bastante estrecha de por sí, esta historia va todavía más allá dado que detrás de la figura del padre… podría estar incluso el origen del nombre del club.
El carretillero sanvicentero
Hacia la década de 1860 nació Vicente Pastor Doméñez, originario de San Vicente. De joven trabajó en su pueblo natal como carretero transportando víveres hacia Alicante, hasta que reunió suficientes ahorros como para abrir un negocio propio.
El sanvicentero regentó una taberna-bodega en la plaza del Carmen ubicada en el Casco Antiguo alicantino. Desde entonces trasladó su residencia a esta ciudad y se casó con una joven llamada Francisca Alfosea.
Pronto comenzaron a llegar los niños. Tuvieron tres chicas llamadas María, Rosa y Francisca más un varón llamado Pepe. Dado que la bodega no daba tantos ingresos como para mantenerlos a todos, acordaron que Pepe se fuera a vivir a San Vicente con unos familiares de su padre.
El padre del ‘Chepa’ fue un sanvicentero que abrió una taberna-bodega en Alicante
Vicentet ‘el Chepa’
Aún con todo en 1902 llegó el quinto retoño a la familia Pastor-Alfonsea, al que pusieron el mismo nombre que al padre. El pequeño Vicentet sufrió un aparatoso accidente a la tierna edad de dos años, cuando se calló por las escaleras de su casa. La caída fue tal que desde entonces arrastró una pequeña deformación en la espalda que le valió para ser conocido perpetuamente con el apodo popular de ‘el Chepa’.
Siendo niño comenzó a jugar al fútbol, un deporte inventado por los británicos que había aterrizado hacia muy poco tiempo en nuestra zona. El chaval amaba el balompié hasta el punto de que creó su propio equipo con tan solo unos doce años de edad. Los primeros jugadores de este recién nacido club fueron sus propios amigos, principalmente alumnos de los Salesianos.
Aquellos adolescentes crecieron y siguieron dando patadas al balón, hasta que en 1922 ya se inscribieron en la Federación Levantina de Fútbol para poder disputar competiciones oficiales. Por eso se considera que el Hércules se funda en esa fecha y se celebra ahora su centenario, aunque en la práctica ya existiera como equipo años antes.
Vicente era un hombre muy corpulento y musculoso… como Hércules
El semidiós ¿griego?
Volviendo al tema del nombre, Vicente Pastor ‘el Chepa’ era un gran amante de la mitología griega y sentía gran devoción especialmente por las historias de aquel hijo de Zeus que logró superar doce pruebas imposibles. Según declaró en alguna entrevista que le hicieron en la prensa de la época, decidió poner a su equipo Hércules “para infundir respeto a nuestros rivales”.
Sin embargo su sobrino-nieto Luis Taza tiene una teoría propia. “Vicente tenía auténtica admiración por su padre. Era un hombre fuerte y musculoso. Tal vez… en su subconsciente cuando pensaba en el semidiós Hércules pudiera estar pensando en un referente mucho más cercano”, le comentó una vez a quien escribe estas líneas.
Lo cierto es que efectivamente Vicente Pastor Doméñez era una persona muy corpulenta dado que se dedicó toda su vida a trabajos muy físicos, ya fuera transportando carretas cargadas hasta los topes como levantando barriles en su bodega.
Una vez incluso utilizó sus ‘superpoderes’ para evitar un robo. El bodeguero cogió por la pechera a un ladrón que pretendía atracar en su negocio cuchillo en mano, lo levantó del suelo y lo tiró rodando por el empinado suelo de la plaza del Carmen.
En una ocasión evitó un atraco lanzando al ladrón a rodar calle abajo
Con las botas puestas
La vida para Vicente Pastor Doméñez en sus últimos años fue bastante dura. Se quedó viudo por enfermedad de su esposa Francisca, pero continuó trabajando como una mula para sacar adelante a su buen rebaño de hijos. Cuando todos se independizaron cerró la bodega y siguió dedicándose a la carretilla.
Un día iba transportando víveres recogidos en el muelle del Puerto cuando se le enganchó una rueda en las vías ferroviarias del antiguo tren Alicante-San Vicente. Lejos de pedir ayuda el carretillero hizo gala de su enorme fuerza bruta para desatascarla, con la mala suerte de que se le cayó al pie. Aquello le granjeó una gangrena que no pudo curarse y acabaría costándole la vida cuando contaba con unos 60 años de edad.
Así se fue para siempre Vicente. El hombre que engendró al engendrador del equipo hoy centenario. El sanvicentero que tal vez sea el Hércules del Hércules.
Nuevo libro
Para saber más sobre esta histórica familia sanvicentera y alicantina recomendamos la lectura de ‘Breve historia de Vicente Pastor Alfosea’, la biografía novelada escrita por Luis Taza y publicada recientemente por la Asociación Herculanos.