Entrevista> Basilio Fernández / Músico y profesor de piano (València, 30-junio-1975)
El currículo de Basilio Fernández impresiona. A sus diversos galardones musicales se suma su participación en recitales con músicos de importantes orquestas como la Filarmónica de Berlín. Profesor de piano en el Conservatorio Profesional de Música de València, en su perfil investigador destaca su estudio de la ‘Sonata Hammerklavier de Beethoven’ y su intensa formación en la Liszt Ferenc Academy of Music de Budapest.
Doctor en psicología por la Universitat de València, es profesor en el máster Psicología de la Música y presidente de la Asociación Española de Psicología de la Música y la Interpretación Musical (AEPMIM). Conversamos con este inquieto músico e intelectual para que acerque a AQUÍ en València los puentes, a veces invisibles, entre música y psicología.
Anatoly Povzoun, Yonty Solomon, Dieter Zëchlin, Rita Wagner, Sándor Falvai, István Gulyás, Béla Banfalvi… ¿cuál ha sido su gran maestro musical?
He tratado de tener una amplia formación musical, desde referentes del Reina Sofía de Madrid hasta el Royal College de Londres, pasando por el Mozarteum de Salzburgo y la Liszt Ferenc Academy…
Pero yo considero que la Academia Liszt en Budapest, donde hice el posgrado, ha sido mi referencia en cuanto a formación musical.
«Si hace unas décadas en el fútbol decías que hacía falta un psicólogo todos se sorprendían»
Y la psicología, ¿cuándo entró en su vida?
Al tiempo que me formaba musicalmente, lo compaginaba con mis estudios en psicología. Entonces aún no tenía del todo claro a qué me iba a dedicar finalmente. Por la cantidad de años y esfuerzo que requiere el estudio de la música al final uno piensa que terminará dedicándose a ella, pero nunca descarté la psicología.
¿Cómo resolvió el entuerto vital?
Decidiendo compaginar ambas. Pero no cada una por su lado… sino centrarme en la psicología de la música. Es una disciplina intermedia que en muchos países lleva años de desarrollo pero aquí aún se encuentra en fase embrionaria.
¿Cuesta avanzar en esa dirección?
España está todavía en una primera etapa. Está todo en una fase muy inicial. Junto a dos colegas acabe por cristalizar mi inquietud fundando en 2015 la Asociación Española de Psicología de la Música y la Interpretación Musical (AEPMIM).
¿Esto que supuso?
Pues para empezar, este hecho ya nos colocó entre los países con asociación profesional propia.
«He querido denunciar la falta de psicología que venimos padeciendo los músicos»
¿Nos podrías explicar a grandes trazos en qué consiste la psicología de la música?
Es una disciplina muy amplia que va desde la percepción y sensación musical… lo que es la psicología básica aplicada a los músicos, hasta todo lo que tiene que ver con música y cerebro, o la ansiedad escénica, que es el gran caballo de batalla de los músicos.
¿Con esto quería demostrar algo?
Absolutamente. Denunciar la falta de psicología que venimos padeciendo los músicos y las enseñanzas musicales en general. Tanto a nivel alumnos como a nivel profesores o intérpretes. Es algo muy grave y que se desconoce.
Parece que su trabajo siga la línea que ha llevado a cabo el deporte.
Sí, es un poco el trabajo por el que están apostando ahora en el mundo del deporte. Si hace unas décadas en los equipos decías que hacía falta un psicólogo todo el mundo se quedaba sorprendido, ahora está ocurriendo el mismo proceso en la música.
Otro paso ha sido entrar en los planes de estudios universitarios.
En 2018 se creó en la UNED el máster de Psicología de la Música. Es la única que hay ‘on line’ en castellano ahora mismo. Hubo tiempo atrás una en la Universidad de la Plata de Argentina que nos ha servido mucho de referencia.
Tratan de moverse a nivel mediático.
Queremos dar a conocer nuestra actividad. Un artículo sobre violencia psicológica que firmé a finales de 2018 tuvo bastante repercusión. Hubo muchos lectores de habla hispana que se interesaron por el artículo… aunque también he de decir que incluso lectores de habla no hispana también manifestaron su interés.
«La violencia que se tolera en las artes no se toleraría en otras disciplinas académicas»
¿Por qué?
Denunciaba lo que ocurre a veces, aún, en ciertos centros de formación musical formal. En los conservatorios. En ocasiones se confunde la exigencia máxima a una élite musical con que tenga que haber cierta violencia. Se tolera en las artes mientras que no se toleraría en otras disciplinas académicas.
¿En qué medida la ‘psique’ bloquea la carrera de un músico?
Se insiste muchas veces en el estudio del alumno en las escuelas y conservatorios. La falta de rutinas o motivación frenan la mejora de un músico, es cierto, pero en muchas otras ocasiones nos hallamos problemas de tipo socio personal.
¿A qué se refiere?
Me refiero a casos de problemas familiares, con los compañeros de escuela… y al ver que el profesor ‘se abre’ y va más allá de ayudarle como músico sino también como persona.
Al final se trata de un problema de comunicación.
Cuando resolvemos unas puertas que les permiten liberarse, al activar esas vías de comunicación, esto permite al alumnado expresarse más allá de la propia música. El profesor y el alumno, ambos necesitan un asesoramiento y que haya un organismo que haga de puente entre ambos. Necesitan de esa ayuda los dos. Cada uno por motivos distintos.
¿Cualquier músico puede enseñar música?
Todo el mundo necesita el aprendizaje de la música pero no todo el mundo está capacitado para enseñar. Para enseñar de un modo riguroso se requieren no sólo competencias técnicas, sino una serie de recursos psicológicos.
El alumno adquiere estos recursos bien porque proceden de su personalidad, bien porque el entorno le facilita un cierto apoyo o porque él vaya ganando recursos y aprenda a gestionar la presión y las emociones. Esto es esencial en la carrera de músico.
«Hay problemas de tipo social que frenan el desarrollo del músico; no todo es técnica»
La diversidad ha llegado para quedarse en el entorno educativo.
La atención a la diversidad es un gran problema. Muchas veces el profesor no está formado para atender esto. Los perfiles son muy distintos y con diagnósticos muchas veces ya establecidos. Se requiere la atención de un profesional de la psicología que asesore al profesorado y le dé garantías para atender esta nueva realidad.
¿Existen mitos en torno a la figura del músico?
Sí. Parte de una creencia aún vigente en los que manifestar algún problema es declararse vulnerable. El mito del genio invulnerable que parece le restaría cierto talento del genio musical. Si no se atiende esto, a medio o largo plazo emergerán ciertos problemas.
Se habla mucho del proceso de ‘burn out’ en el músico.
Sin duda. Se debe abordar las emociones del músico. Su proceso psicológico es delicado y debe ser atendido adecuadamente y a tiempo.
¿Qué ocurriría si no se detiene a tiempo?
De no detenerlas, el proceso de ‘burn out’, ese agotamiento emocional, poco a poco irá subiendo y cuando desborda la capacidad que tiene el músico o el profesor hará que éste se vea obligado a desencadenar un mecanismo de distancia con el alumno o el público.
«El profesor y el alumno necesitan un asesoramiento y que haya un organismo que haga de puente»
¿Un distanciamiento?
Es lo que los psicólogos llamamos la despersonalización, que en la mayoría de casos perjudica el rendimiento de ese profesor en su tarea docente. El ‘burn out’ es muy gradual y hay que poner herramientas para prevenir el alcance de un proceso que luego es difícil de reparar.
En alguna película de cine ya aparece el acoso también en el ámbito educativo musical. ¿Existe?
El contexto de conservatorio es muy distinto al de la educación general, quizá por eso ha costado abordar este problema. Se realiza desde parte del profesorado, que es quien ejerce su poder. La enseñanza instrumental en música, además, tiene la particularidad que trabaja precisamente con emociones.
¿Y qué otras particularidades presenta?
Además de la señalada anteriormente, en muchos casos las clases son ‘one to one’, con lo que se genera una situación muy compleja con una potencialidad de energía que hay que canalizar para que beneficie al alumno… pero esto comporta muchos riesgos.
¿Riesgos de qué tipo?
El alumno tiende a la idealización del profesor y éste quizá no esté preparado para gestionar ciertas emociones, con lo que ambos se presentan en una situación de vulnerabilidad. Es como una tormenta perfecta en la que se une la excelencia y el esfuerzo con el sufrimiento. El límite debe ser el respeto, esto ha de quedar claro.
¿Tiene la sensación de haber sido más valiente que otros?
Muchos me dijeron que había sido muy valiente al poner el dedo en una cuestión tan delicada. Pero de lo que se trata es de desterrar la violencia en general, del tipo que sea.
Y eso que parecían cosas del pasado.
Eso es. Parece mentira que en su día sucediera este tiempo de violencia verbal, pero el hecho de que todavía estén ocurriendo sorprende todavía más si cabe.
¿Siente que le miran distinto desde ciertos sectores, como que molesta por haber destapado estas actitudes?
Algo sí, pero es que el profesorado no está acostumbrado a replantearse el modo en que plantea las sesiones con el alumnado. Hay muchos vicios anquilosados de los que cuesta desprenderse. Ahora, al menos, tengo la sensación de no ser el único.
«La atención a la diversidad es un gran problema y a veces el profesor no está formado»
Volvamos a su faceta como músico, ¿qué le impulsó a decidirse por este instrumento?
La elección, debo decir, no fue cosa mía. Un día me encontré en mi casa un piano vertical y fue una manera de empezar a tocar música.
¿Le resultó difícil?
Pues la verdad es que tenía facilidad. Lo que deseaba mi padre es que disfrutáramos de la música del mismo modo que lo había hecho él mientras fue clarinetista en la banda de su pueblo en Jaén.
¿Mente sana en cuerpo sano?
Absolutamente. A mí me sirve para desconectar y me nutre de actividad física, cosa que penaliza a los músicos con el paso de los años. Practico varios deportes, entre ellos el fútbol y a veces también el tenis.
Su padre fue músico. Usted lo es. ¿Lo será su hijo?
Me gustaría, no te voy a engañar. Además se le percibe cierto instinto para el canto. Le trato de acercar a algunos instrumentos pero es algo que no se debe forzar. Por otro lado, es un mundo muy duro y el disfrute no siempre está asegurado.