Carla Rodríguez Sánchez, Franco Manuel Sancho Esper y Liudmila Ostrovskaya Fedorova son los tres miembros del departamento de Marketing, de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, que han llevado a cabo el estudio, que se enmarca dentro del proyecto Just1Planet, que está orientado a fomentar la ciudadanía activa de las y los jóvenes en la lucha contra el cambio climático y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, con un enfoque de género y derechos humanos y a través de una metodología participativa.
La profesora Carla Rodríguez explica como las encuestas realizadas entre más de mil estudiantes de varias universidades de la Comunidad Valenciana, entre las que se encuentran la UA, la Universidad Miguel Hernández, la Universitat de València y la Jaume I, no solo han desvelado el conocimiento “medio alto” que tienen los estudiantes universitarios sobre la transición energética, sino que además apunta a que ven en ella más beneficios que costes.
Asimismo, el estudio constata que los jóvenes aceptan de buen grado las políticas derivadas de la transición energética, pero no confían en que se cumplan y en quien tiene que llevarlas a cabo. “Confían mucho en los científicos, pero poco en los políticos”, asegura Rodríguez, quien explica también que los estudiantes tienen en su vida privada un comportamiento bastante proambiental, mientras que su participación en la esfera pública, formando parte de asociaciones o participando en manifestaciones, por ejemplo, es muy bajo.
De este modo, el estudio recoge que, aunque el cambio climático tiene un impacto muy negativo en la agricultura, la pesca y el turismo, pilares económicos de la Comunidad Valenciana, además de en los ecosistemas costeros, casi el 30% de la juventud universitaria no sabe nada sobre la transición energética. Además, de los 1.160 encuestados que sí han oído hablar sobre ella (72%), el 68,1% reconoce que su nivel de conocimiento sobre el tema es medio-bajo. Para informarse confían mayoritariamente en la información científica, pero se fían poco de partidos políticos, prensa y gobiernos.
La juventud universitaria sí que muestra un nivel alto de preocupación por el medioambiente de 5,4 sobre 7, siendo significativamente mayores para las mujeres en comparación con los hombres (5,70 frente a 5,27). En relación con ello, la aceptación de las políticas de transición energética que se están llevando actualmente en España es media-alta.
Aunque está demostrado que las mujeres son más vulnerables a los impactos negativos del cambio climático, especialmente aquellas pertenecientes a estratos socioeconómicos bajos debido a su rol tradicional en la sociedad y la distribución de roles de género y responsabilidades, la inmensa mayoría de la juventud encuestada no lo percibe así. Casi un 95% de los hombres y un 83% de las mujeres creen que los costes asociados a la transición energética los sufren ambos sexos por igual. Eso sí, las mujeres sí que perciben un beneficio de la transición significativamente mayor que los hombres.
La juventud, que tiene en su imaginario del activismo proambiental a una mujer u hombre joven, con estudios universitarios, desconoce prácticamente a mujeres destacadas en el activismo medioambiental en España, si bien existe un conocimiento sustancial de personalidades internacionales como Greta Thunberg.
Todo lo anterior sugiere la necesidad de mejorar la comunicación y la educación sobre la transición energética en España para que las y los jóvenes puedan comprender mejor cómo se está desarrollando este proceso y tomar decisiones informadas.