Entrevista > Concha Navarro Poveda / Historiadora y arqueóloga (Petrer, 21-agosto-1949)
Concha Navarro va a recibir uno de los máximos reconocimientos municipales que otorga el Ayuntamiento de Petrer con la Mención de Honor al Mérito Cultural. La propuesta va a ser llevada este mes de septiembre al Consejo Municipal de Cultura, e incluye también ponerle su nombre a la sala de exposiciones temporales del Museo Dámaso Navarro.
De este modo, se reconoce la incansable labor que la historiadora y arqueóloga local ha realizado durante toda su vida en pro de la recuperación y difusión del patrimonio de Petrer, así como su esfuerzo por situar a nuestra población en el primer plano cultural.
Historiadora por vocación
Licenciada en Historia por la Universidad de Alicante, Navarro siempre ha tenido una especial sensibilidad hacia todo lo que tiene que ver con nuestro pasado.
Como una de las caras visibles del Grupo Arqueológico Petrelense, del que fue miembro hasta su disolución a principios de los años 2000 y en el que también estaba Dámaso Navarro, organizaba junto con sus compañeros salidas por toda la comarca en busca de piezas que después guardaba en su casa, en espera de que algún día Petrer tuviera un museo donde conservar y dar a conocer todo ese material recuperado.
Fruto de ello fue la creación en 1999 del Museo Dámaso Navarro, convertido hoy en uno de los principales centros museísticos de la Comunidad Valenciana. El colectivo se disolvió poco después, pero durante el tiempo que estuvo activo, realizó una intensa actividad arqueológica, rescatando del subsuelo multitud de objetos relacionados con nuestro pasado. Precisamente, de aquellos años data el descubrimiento casual en 1975 del mosaico romano.
Arqueóloga en Novelda
Tras licenciarse en Historia, Navarro arribó a la vecina Novelda donde estuvo trabajando por espacio de treinta y tres años, siendo su arqueóloga municipal y directora de su museo hasta que se jubiló, aunque con la mirada siempre puesta en su querida Petrer y muy pendiente de cualquier excavación que se hiciera aquí. “Allá donde se abriera un agujero estaba yo”, nos recuerda con sentido del humor.
Concha Navarro siempre ha sido una voz autorizada para hablar de historia local y un referente en arqueología medieval. A lo largo de su dilatada trayectoria profesional ha participado en multitud de excavaciones, congresos y jornadas, plasmando su experiencia en libros, catálogos y docenas de artículos en revistas especializadas, tanto a nivel local como provincial y nacional.
Asociación de Amigos del Museo
Es presidenta desde la creación en septiembre de 2019 de la Asociación de Amigos y Amigas del Museo Dámaso Navarro, organizando conferencias y salidas para ver de primera mano los restos arqueológicos localizados por la comarca.
Quedamos con ella en el museo Dámaso Navarro y recorremos en su compañía las salas mientras nos enseña algunas de las joyas recuperadas junto a sus compañeros del Grupo Arqueológico Petrelense, que ahora lucen expuestas en las vitrinas a los ojos de todos los visitantes.
Primero de todo, enhorabuena por ambos reconocimientos: la Mención de Honor y la puesta de tu nombre a la sala de exposiciones temporales del museo. ¿Esperabas algo así?
Gracias. Estoy contentísima y para mí es una gran alegría que en mi propia población me den un reconocimiento a una trayectoria en la que lo que he hecho ha sido estudiar, defender y dar a conocer nuestro patrimonio, tradiciones e historia. Es un honor incalculable (se emociona).
¿Siempre has estado preocupada por la recuperación y divulgación de nuestro patrimonio?
Comencé trabajando de dependienta en una joyería, pero llegó un momento en el que me planteé hacer algo más. Por eso, me fui a Alicante a estudiar Historia, que era la disciplina que a mí me gustaba. Al poco de terminar la carrera, en el año 83, me fui a trabajar a Novelda, a la que considero mi segunda casa porque allí estuve treinta y tres años, aunque siempre mantuve contacto con todos los elementos culturales y arqueológicos de Petrer.
En cuanto me enteraba de que por aquí había alguna obra o excavación, pedía a los obreros que me guardaran las piezas que aparecieran. Además, había mucha gente que también venía a buscarme para traerme objetos que ellos mismos habían encontrado. Después, los llevaba a mi casa para lavarlos y conservarlos con la idea de que algún día Petrer tuviera un museo.
Fue arqueóloga municipal y directora del museo de Novelda hasta su jubilación
Perteneciste al Grupo Arqueológico Petrelense, con el que hacíais excavaciones arqueológicas por toda la zona cuando nadie se ocupaba de esas cosas. ¿Qué motivaciones os movían?
Mi hermano Boni ya formaba parte de ese grupo, así que en casa siempre se hablaba de estos temas. Solíamos salir al campo para hacer prospecciones y allí donde se hacía alguna excavación o alguna obra, estábamos nosotros, pero siempre con la idea clara de que había que tener mucho cuidado y ser muy respetuosos por recuperar las piezas de nuestro pasado.
Sin embargo, el grupo se disolvió al poco de crearse el museo, cuando el interés por la arqueología en nuestro municipio había crecido.
Como grupo teníamos varios objetivos: que se creara un museo donde poder colocar las cosas que teníamos recogidas, y que saliera una plaza de técnico de arqueología para que estuviera al frente de la institución y fuese reconocido oficialmente por la Conselleria, es decir, para que tuviera una entidad.
Otra de las condiciones que pusimos, que fue aceptada, era que llevase el nombre de Dámaso Navarro en reconocimiento a su labor. Finalmente, en julio de 1999, se inauguró el museo con Javier Jover como primer director, así que tiempo después nos disolvimos como grupo, porque pensamos que nuestra labor ya estaba hecha.
Ha publicado sus trabajos en libros, catálogos y revistas especializadas
Dámaso Navarro formaba parte de ese grupo, pero desgraciadamente falleció en 1978 y no pudo ver toda la época de esplendor que vino después, ¿qué crees que pensaría él de todo ello?
Estaría contentísimo y orgullosísimo, y hubiese también participado en todo esto. Esta mención se la hubiesen dado seguramente a él. Era una persona muy sensible a todo lo que era la cultura, la historia y la arqueología de Petrer.
¿Qué tal funciona la Asociación de Amigos del Museo que desde hace cuatro años presides?
Está siendo muy bien aceptada, porque damos difusión del patrimonio de primera mano. Somos más de sesenta socios y hacemos diversas actividades, como excursiones por la zona a ver antiguos yacimientos. Ahora en septiembre iremos al Museo Arqueológico Provincial de Alicante (MARQ) a ver la exposición de los Guerreros de Xian.
Es directora de la Asociación de Amigos y Amigas del Museo Dámaso Navarro
Tomaste parte activa en el descubrimiento en 1975 del mosaico romano en la antigua calle 18 de julio, hoy Constitución. ¿Cómo recuerdas aquel acontecimiento?
Fue casual. Iban a arreglar la calle y, a consecuencia de las lluvias que habían caído, una persona vio que había un piso con dibujos debajo del asfalto. Fue a comunicárselo al cronista de entonces, Hipólito Navarro, que era todo un crack sobre el estudio del patrimonio de Petrer y que jugó un papel muy importante en este hallazgo junto con el alcalde Pedro Herrero.
Empezamos a limpiarlo y nos dimos cuenta de que era un mosaico, así que nos pusimos en contacto con el arqueólogo de Villena, don José María Soler, que tenía mucha más experiencia que nosotros. También vino don Enrique Llobregat, director del Museo Arqueológico Provincial de Alicante, y ambos hicieron una pequeña cata de excavación. Cuando estaban finalizando, a Javier Montesinos y a mí nos dio por excavar un poco más arriba y nos encontramos con un segundo pedazo de mosaico que estaba cortado por el alcantarillado.
¿Dónde decidisteis llevarlo?
Pensamos que si se llevaba a Alicante iba a ser un mosaico más, así que quisimos que se quedara en Petrer con el compromiso de que se tenía que exponer. Al no contar con un museo, el ayuntamiento se hizo cargo de él y allí estuvo expuesto hasta que se creó el antiguo museo, que hoy es la Oficina de Turismo, donde estuvo hasta que se trasladó a las actuales instalaciones.
«Mucha gente venía a buscarme a mi casa para entregarme piezas que habían encontrado»
Aquel mosaico pertenece al mismo complejo de Villa Petraria, cuyos restos se han descubierto recientemente en la plaza de Baix, ¿qué te parecen estos últimos hallazgos?
Ha sido un descubrimiento maravilloso. Toda esta zona está llena de restos muy interesantes. Por ejemplo, cuando se planteó hacer el edificio que alberga el nuevo museo se descubrieron varios hornos romanos.
Tantos años dan para multitud de anécdotas, ¿recuerdas alguna en especial?
Siempre he tenido un afán de recuperación del patrimonio. En la parte de arriba del parque 9 de Octubre, a la altura de la cristalería Higinio, había antes una fábrica de lonas y en la pared había una pequeña imagen de un santito, de San Bonifacio, hecha de azulejos.
Un día, de vuelta de Novelda, pasé por allí y me encontré con que estaban haciendo obras y habían tirado la pared, pero la imagen no estaba. Pregunté a los albañiles y nadie sabía nada, así que me puse en contacto con el concejal de entonces, Juan Conejero, para que investigara qué había pasado.
«El Medieval es la etapa histórica que más me gusta»
¿Y qué sucedió?
Al día siguiente, viene a verme anónimamente una mujer a mi casa con una caja y me dice que la noche anterior, su padre, que era albañil, se había acercado a las obras para llevarse el santito con la intención de recogerlo y dármelo a mí para que no se perdiera.
El santito estuvo en mi casa durante el tiempo que duraron las obras, pero la idea que yo tenía era que volviera al mismo lugar en el que estaba. Así que me puse en contacto con el dueño de la casa, que se mostró encantado de que la imagen volviera a colocarse en la nueva fachada.
¿Cuál es tu época favorita de la historia de Petrer?
El mundo romano me parece fascinante, pero la etapa que más domino y más he trabajado es la época medieval.
«Me encanta viajar y visitar museos»
De todas las piezas del museo, ¿cuál es la que más te gusta?
Me gustan todas. Las yeserías son espectaculares, pero hay una que es la ‘darbuka’, un tamborcito, que es una pieza alta muy bonita en forma de jarrita que nos dice que en Petrer había un asentamiento de época califal.
¿Qué queda por descubrir en Petrer?
Puça nos está dando muchas sorpresas, pero yo creo que un yacimiento muy interesante será Castellarets, un punto muy importante que tiene una situación estratégica y tiene niveles de varias épocas, ya que Petrer está en una zona de paso.
¿Cuáles son las otras aficiones que tienes al margen de la arqueología?
Me encanta viajar y ver museos, tanto de pintura como de arqueología. Los que más los de arqueología, porque te abren y te ilustran sobre los periodos cronológicos de un determinado país. Los materiales y las formas que te encuentras en ellos están presentes en diferentes puntos geográficos, dado que las distintas culturas tienen relaciones unas con otras.
En cuanto al arte, me encantan Velázquez, El Greco, El Bosco, Leonardo Da Vinci y la pintura de época impresionista. También me gusta mucho la música, sobre todo la clásica y la ópera, más que la moderna. De músicos recientes me he quedado en la época de Ana Belén, Víctor Manuel y Serrat (risas).