Entrevista > Charo Giménez / Cantante (Alfafar, 4-septiembre-1988)
¿Recuerdan a musas de la música como Whitney Houston, Tracy Chapman o Toni Braxton? Todas ellas triunfaron entre finales de los ochenta y principios de los noventa con un registro de voz muy singular, lo que luego se llamó ‘música negra’, con maravillosas canciones que han llegado hasta nuestros días.
Ese es el tono que demuestra en todas sus actuaciones Charo Giménez, cantante que se dio a conocer en el programa musical ‘La Voz’, donde formó parte del equipo de Malú y llegó a semifinales. Ahora, seis años después, continúa viviendo de la música, en un plano más bajo, pero con la misma ilusión de siempre.
Queremos saber cómo fue su paso por el célebre programa, anécdotas que le sucedieron y cómo le trataron tanto el resto de ‘coaches’ -Pablo López, Juanes y Manuel Carrasco- como el presentador, Jesús Vázquez, “siempre atento a todos, para que estuviéramos tranquilos, especialmente antes de salir a las audiciones a ciegas”.
«De adolescente una de las personas que más me marcó fue Rosa López, me sentía muy identificada con ella»
¿Ya desde pequeña te gustaba cantar?
Sí, con apenas cuatro o cinco años me ponía delante de la televisión, mientras daban ‘El show de Xuxa’, a cantar. Mis padres ya se decían, entre ellos: va a salir cantarina.
¿Cómo era la Charo niña?
Muy divertida y alegre, todo me ilusionaba.
¿Qué queda en la adulta?
Todo, pero más madura. No obstante, sigo teniendo una parte muy infantil: me encantan las películas de Disney y las cosas fantasiosas. Tengo incluso un tatuaje de ‘Grogu’, el pequeño Yoda de la saga Star Wars.
¿En quién te fijabas?
Sobre todo en los que salían en los programas musicales, no con la intención de ser cantante, sino por diversión. Me ponía la mano simulando el micro y comenzaba a imitar.
«Me presenté a la primera y segunda edición de ‘La Voz’, y en 2017 fueron unos amigos y mi madre quienes me apuntaron»
¿Cuáles eran tus ídolos entonces?
De pequeña no tenía, pero más adolescente una de las personas que más me marcó fue Rosa López, ‘Rosa de España’, con quien me sentía muy identificada por el tema del sobrepeso.
A nivel internacional, Whitney Houston, Celine Dion, Lara Fabian… En la actualidad Beyoncé es una de las que más me gustan, así como Jessie J.
¿Alguien en tu familia cantaba?
Mi padre, que sabe cantar, siempre ha tenido una vena más humorística, más teatral, mientras mi madre canta muy bien, en casa, aunque jamás ha querido que la oyeran fuera.
¿Dónde empiezas a cantar?
Durante la ESO, mi profesor de canto, Rafa Tatay, me pidió que actuara delante de toda la escuela el día de Santa Cecilia, patrona de los músicos.
¿Estabas nerviosa?
Muchísimo, no me movía. Era un palo y mi garganta, tensión pura. Pero conseguí cantar.
«Hice pleno: se giraron los cuatro coaches y estuve muy indecisa entre elegir el equipo de Juanes o el de Malú»
Pues según parece, fue el inicio de todo…
El profesor le dijo a mi madre que me llevara a algún sitio para que desarrollara mi voz “porque esta niña vale”. Fuimos a lo que antes era Canal Nou, al programa ‘El Picú d’Estiu’, de María Abradelo: era un concurso de adivinar respuestas sobre canciones.
No pude ganar el concurso, pero fue mi debut en la televisión.
Te enteras entonces que existe el programa ‘La Voz’.
De hecho, me presenté a la primera edición, sin que me seleccionaran. El siguiente año lo volví a intentar, pero hubo una cosa en el casting que no me agradó: fueron muy fríos o secos conmigo, pienso que porque no encajaba con el perfil que buscaban.
Pero en el quinto año, en 2017, sí entras.
No quería presentarme, sinceramente, pero un amigo y mi madre enviaron un vídeo en mi nombre a ‘Gana con tu voz’. Era como una previa de ‘La Voz’.
Pasé la primera fase y si ganabas ese concurso pasabas directamente al casting final de ‘La Voz’, como así hice.
¿Cómo te comunicaron que entrabas en las audiciones a ciegas?
Mediante un vídeo, mis padres y mi amigo Ramón Ayllón. Me emocioné mucho al ver la cara de mis progenitores: habían sufrido muchas decepciones hasta entonces.
«Juanes, fuera de cámaras, fue muy amable y encantador: me dijo que me admiraba y empatizaba conmigo»
¿Cuáles fueron tus sensaciones al pisar por primera vez el plató?
Nerviosa perdida, aunque llegaba con nuevas energías. Anteriormente había vivido muchas cosas, en orquestas o con profesores de canto: iba más segura de mi voz, porque el primer año sé que no merecía pasar.
Sin embargo, y pese a estar preparada, pensaba que si me volvían a rechazar no sabía qué iba a hacer.
Eras una mujer mucho más hecha.
Y segura de mí misma. Sabía las canciones que me gustaban, con las que estaba cómoda y que iba a dar lo mejor de mí.
¿Quiénes eran los coaches?
Juanes, Manuel Carrasco, Malú y Pablo López.
«Canto en ‘Zazú’, un dinner show en València, y estoy en el grupo ‘Las Divinas’, la versión femenina de ‘Il Divo’»
De ellos, ¿cuántos se giraron?
Los cuatro, hice pleno. Primero lo hicieron Juanes, Manu Carrasco y Malú -teniendo yo los ojos cerrados-, y seguidamente se sumó Pablo López.
No me lo podía creer, pero debía de seguir cantando. Nos habían avisado que, si se giraban, no podíamos parar, porque la canción debía salir bien.
¿Por qué elegiste a Malú?
Estaba indecisa entre Juanes y Malú. El colombiano me gustaba mucho por su trayectoria musical, un genio como compositor y muy humano.
De ella siempre he admirado el talento que ha tenido en su evolución, siendo ahora una artista supercompleta. No tenemos el mismo estilo, porque ella es pop, pero también tiene su parte flamenca, procedente de su tío, Paco de Lucía.
Malú tuvo padrino, en sus inicios, pero se lo ha currado mucho. Estuve mirando, antes de entrar, quién me inspiraba más, y las canciones de ella eran las que más me llegaban. Las letras de Juanes me encantaban, pero no me veía cantándolas.
¿Cómo fue la Malú ‘persona’?
Lo poco que tratábamos siempre fue una persona muy cordial, con un punto de locura simpático. Es cachonda, aunque le costó soltarse, en un programa donde todo está muy medido.
¿Cariñosa?
Amable, y muy profesional, principalmente, fijándose siempre que saliera todo bien. Fue en ocasiones como una madre.
Desvélanos alguna anécdota del programa, en los ensayos o las grabaciones.
Las que más recuerdo son en los momentos de espera, las canciones que compartíamos con los compañeros, el conocerlos… También los almuerzos y los nervios de todos: creamos una pequeña piña, pese a que todos queríamos llegar a la final, obviamente.
Con Manuel Carrasco, después de mi primera actuación, me dijo “¡mira la Charo!”, y me sorprendió que se acordara de mi nombre. Es muy cercano. Y Juanes, fuera de cámaras, fue muy cariñoso conmigo, me dijo que me admiraba, que le gustaba mucho mi voz y mi historia, y que empatizaba conmigo.
¿Quién elegía las canciones que debías interpretar?
Me solicitaron un listado de canciones con las que estaba más segura y considero que fue el equipo, junto con Malú, los que decidieron cuáles debía defender.
En algunas estaba más de acuerdo que en otras, pero también quería salir de mi zona de confort, porque a veces es bueno. Si no era mi estilo intentaba que lo fuera.
Por ejemplo, canté ‘The queen of the night’, de Whitney Houston, pero no lo pasé bien porque los profesores me decían que no la hiciera tan pesada.
«Me gusta mucho el soul con toques de jazz, y también tengo algo de blues, una música más melancólica»
¿Qué quiere decir ‘no tan pesada’?
Alargaba mucho las notas, mientras Whitney siempre hacía giros o gorgoritos, provocando que la canción fuera más fácil y decorada. Yo tenía que dibujar la canción mejor, hacer las notas más claras.
Fue un desafío, la verdad, porque quizás ese brillo de voz me cuadraba, pero debía saber cantarla.
No lo hiciste mal: llegaste a semifinales.
Me hubiera gustado alcanzar la final, tocar podio. Sin embargo, llegar hasta donde llegué, sin padrinos, fue gracias a mí, a mi voz y mi personalidad.
¿Cómo lo vivieron tus padres?
Muy intensamente, siempre muy orgullosos de mí. Me dicen, “nosotros no hemos podido pagarte nada y todo lo has conseguido tú”.
¿Qué tal con el presentador, Jesús Vázquez?
Agradable, simpático, atento… Si te veía nerviosa, te aconsejaba, haciéndote el camino muy fácil, intentando hacer bromas para que estuviéramos más relajados. Es cómo se le ve en la televisión.
¿Hiciste amistades con el resto de participantes?
Sí. Con el que mejor me llevo es con Adib Sayegh, libanés. Coincidimos ya en el taxi, antes de ir a las audiciones a ciegas, e hicimos muy buenas migas.
También tuve muy buena relación con una chica británica, Tina Hall, una chica cañera, peleona y muy cariñosa.
¿Cómo asumiste que te cambiara la vida?
Muy agradecida, porque puedes tener méritos, pero lo que hace tener relevancia es el público. Cada vez que recibo sus aplausos es el motor para seguir.
Siempre he tenido los pies en la tierra y he intentado actuar como si nada hubiera pasado. Sí es cierto que mucha gente más te escribe, te pregunta o se interesa por ti, aunque no ha sido una pasarela gigante: no soy una Lola Índigo o una Aitana.
Al final, no dejo de ser una persona normal que ha estado en ‘La Voz’.
¿Grabaste después un disco?
No, no me encajó ninguna de las propuestas que tuve. No me sentí motivada con el estilo que me ofrecían y decidí seguir cantando canciones ya existentes en cualquier tipo de escenario.
Quizás en un futuro compondré: tiene que salir de dentro de mí.
¿Dónde cantas ahora?
En Zazú, un restaurante con ‘dinner show’, muy de moda en València. Lo hago como solista, junto a un grupo de bailarines. Estoy todos los fines de semana, mientras entre semana estoy como administrativa.
¿Cuáles son los otros proyectos que tienes?
También actúo con ‘Las Divinas’, que es un grupo de cuatro chicas que actuamos con Juan Ramón, el hermano de Francisco. Es como una versión femenina de ‘Il Divo’.
¿Qué tipo de cantante te consideras?
Me gusta mucho el soul, con toques de jazz, aunque no me considero tan ‘jazzera’. Quizás sí tengo algo más de blues, cuya música a veces parece más melancólica.
Suelo cantar canciones de la mencionada Whitney Houston, Donna Summer o Barbra Streisand. Soy mezzo-soprano, con un registro bastante amplio, sin llegar a soprano.
¿Prefieres cantar en inglés o castellano?
Estoy más cómoda cantando en inglés, y siempre he querido saber qué significaban las canciones que cantaba.