Entrevista > Jorge Crivillés / Nadador (Alicante, 1972)
Sábado, 4 de noviembre. Cinco de la tarde. El sol se esconde por detrás del Tossal de La Cala y el viento, frío y húmedo, hace llegar hasta el paseo de Colón de Benidorm algunas pequeñas gotas del Mediterráneo que cortan como una navaja de puro frías que están.
Allí, en la rotonda que da acceso a la playa del Mal Pas, cerca de un centenar de personas charlan animadamente hasta que todos juntos estallan en un sonoro y sentido aplauso a Jorge Crivillés, que llega andando y no nadando, como era su intención, pero ese es un detalle que a esas alturas ya no importa.
Apenas diecisiete horas antes, al filo de la medianoche, Crivillés había iniciado en Tabarca una travesía a nado que debía culminar en la isla de Benidorm. Azotado el Mediterráneo por un fortísimo temporal, el frío pudo con el nadador alicantino que, pese a todo, consiguió la parte más importante del reto: sumar fondos para la lucha contra la leucemia infantil. Pero la espinita se le ha quedado y promete volver a intentarlo.
Una parte del reto, la de la natación, no se consiguió; pero la otra, seguramente la más importante y que consistía en recaudar fondos para la lucha contra la leucemia infantil, sí se alcanzó. Al final, eso debe de ser un motivo de alegría.
Pues sí. La verdad es un momento un poco agridulce, porque, por una parte, el reto deportivo no se concluyó; pero el reto solidario sí, con lo cual, pues oye, fenomenal. Al fin y al cabo, ese era el objetivo de todo esto.
Usted y yo hablamos apenas cinco horas antes de lanzarse al agua en Tabarca y me decía que el temporal de viento y mala mar no iba a ser un problema. Finalmente, con noche cerrada, se lanza al mar en Tabarca con el agua a quince grados. ¿Cómo fue esa primera parte del reto?
Al principio, la verdad es que ya me sentía bien. El agua sí que es cierto que estaba bastante fría, pero bueno, yo iba confiado en que yo lo podía aguantar. Pero, conforme fueron pasando los minutos o las horas, empezó a hacer un viento bastante fuerte; un viento que a mí, en el agua, me va dando también y lo voy sintiendo por la espalda.
Finalmente, fue una conjunción de todo: el agua fría, ese viento frío. Hubo un momento en que noté que el frío lo tenía muy metido dentro del cuerpo y que no mejoraba. Intentaba nadar con más fuerza para entrar en calor, pero los brazos no me respondían porque la mano se abría, entonces no podía coger bien el agua.
Llegó un momento en el que también iba un poco mareado, medio despistado, no seguía bien las indicaciones de Rafa desde el kayak. Fue entonces cuando mi equipo vio que la cosa iba peor.
«Es un momento agridulce porque, por una parte, el reto deportivo no se concluyó; pero el reto solidario sí»
Y pese a todo, usted quería seguir.
Sí, en ese momento sabía que la cosa no estaba bien, que no iba nadando bien, pero pensaba que era un momento de bajón y que lo podría remontar. En esta ocasión el equipo, como me pasó también en el Canal del Norte, decidió que tenía que salir del agua y yo creo que fue lo más conveniente.
Una de las cosas que me llamó la atención es que decidió no utilizar neopreno. ¿Por qué?
Todas las pruebas que he hecho, en todos los océanos en los que he nadado, han sido sin neopreno. Hay una normativa que así lo exige. En esta ocasión, esta prueba no estaba reglada ni mucho menos. Es la primera vez que se hacía, pero yo quería seguir manteniendo esa normativa del resto de pruebas para mantener también la autenticidad del reto.
«En esta ocasión el equipo, como me pasó también en el Canal del Norte, decidió que tenía que salir del agua»
El sábado, a la misma hora en la que tenía previsto llegar a Benidorm, se le recibió con muchísimo cariño en el Club Náutico de Benidorm por un buen puñado de amigos y personas que querían mostrarle su admiración. ¿Cómo lo vivió?
Eso fue espectacular, de verdad. No me esperaba ese recibimiento y esas muestras de cariño, de respeto… de todo. Fue increíble. Fue la mejor manera de pasar ese momento en que, la verdad, yo no lo estaba pasando muy bien.
De hecho, al principio, cuando íbamos para allá, yo decía que no tenía ninguna gana de estar ahí, de exponerme. Pero luego eso cambió radicalmente en cuanto vi toda la gente allí.
Y ahora, ¿qué?
La idea que tenemos es ir dándole continuidad a esta iniciativa solidaria. Y bueno, yo tengo ya más o menos fecha en la cabeza para volver a repetirlo.
«Hasta que no pasaron varias horas y pude tomar una ducha bien caliente y durante un buen rato, no se me fue el frío»
¿No me la va a decir?
Bueno, todavía tengo que cerrar bien la fecha, pero ya puedo decir que más o menos sobre finales de mayo, principios de junio, lo volveré a intentar.
Usted y yo estamos hablando un lunes por la tarde. ¿Ya ha podido entrar en calor?
Sí, ya sí. El frío lo tenía muy metido en el cuerpo y sí que es verdad que llegué a casa, intenté descansar un rato, pero hasta que no pasaron varias horas y pude tomar una ducha bien caliente y durante un buen rato, no se me fue el frío. No te voy a decir que siguiera con tiritona, pero notaba un frío muy raro por dentro del cuerpo.