Entrevista > Pedro Juan Parra / Profesor e historiador (Biar, 19-mayo-1955)
La historia de la familia Barrachina es un fiel reflejo de la odontología moderna de nuestro país, los numerosos cambios que se han producido, mediante cuatro generaciones que han sabido adaptarse a las necesidades de cada época, comenzando por su fundador, José Barrachina Reig.
El profesor e historiador Pedro Juan Parra acaba de publicar ‘La familia Barrachina, una saga de dentistas’. Se trata de una biografía familiar que repasa la historia de veintiséis odontólogos, dispersados por la geografía española, con clínicas en Barcelona, València y Madrid, además de las conocidas en Alcoy, Muro, Ibi…
Cuatro décadas vinculado a Alcoy
Nacido en Biar, lleva más de cuatro décadas vinculado a nuestra localidad, primero como clarinetista de la Banda Musical La Primitiva. “Mi mujer y mis hijos son alcoyanos y ahora pertenezco a la Agrupación Musical de Veteranos de L’Alcoià-Comtat”, señala.
Entre sus obras más relevantes, un análisis sobre el nacimiento de la cazuela y el desarrollo socioeconómico de Alcoy en los años cincuenta y sesenta, su propia tesis -centrada en el tardo franquismo y la transición democrática alcoyana- y un estudio sobre Biar en los setenta.
¿Cuál es tu formación académica?
Mi vida se centró primero en la enseñanza y luego en la investigación histórica. Después de dar clases de castellano e inglés, reciclándome también en valenciano, estudié la licenciatura de Geografía e Historia.
Durante unos años compatibilicé mis estudios con las clases que ejercía como profesor en un colegio de Ibi. Finalmente hice el doctorado en Historia, especializado en Humanidades Contemporáneas.
«Tuve un flechazo al fijarme en las paredes de la clínica, al observar fotos y orlas antiguas»
Acabas de publicar ‘La familia Barrachina, una saga de dentistas’.
Es una amplia biografía familiar en la que no solo precisé de fotos de ellos, sino de sus archivos personales, como sus títulos, orlas, cursos…
También el libro explica una breve historia de la odontología, en la que me documenté en bibliografía, datos de prensa y archivos. A continuación, hago una visión de Cocentaina, la localidad de donde proceden los Barrachina.
¿Qué imagen aparece en la portada del libro?
El óleo de José Barrachina Reig, primer dentista de la familia e iniciador de la saga, realizado por el pintor Aurelio Savall.
¿De dónde surge la idea?
Soy paciente de dos de ellos, Rafael y Pascual, y durante una de las visitas tuve un flechazo al fijarme en las paredes de la clínica, al observar orlas antiguas.
Les comenté entonces si les gustaría tener una historia de la familia y me preguntaron si yo la escribiría. Llegamos a un acuerdo, indicándoles que necesitaría de su ayuda con entrevistas y diferentes archivos.
«Algunos tienen más protagonismo al disponer de más información o archivos más grandes»
¿Aparecen todos los miembros?
Sí que aparecen todos, aunque algunos tienen más protagonismo porque disponen de más información o archivos personales más grandes.
Igualmente me informé en los archivos de Cocentaina y el provincial de Alicante -en plena pandemia-, siempre contando con su permiso por escrito. Mi objetivo era detallar la información de la forma más precisa y correcta posible.
¿Cuánto duró todo el proceso?
Dos años, con múltiples entrevistas a muchos de los miembros de la familia, unos veinte. Obviamente con los cuatro o cinco que están muertos ya no pude hablar (ríe). Pero sí me contaron sus vidas sus descendientes.
Me costó especialmente, porque ellos están muy implicados en su trabajo, sumamente ocupados, y tenía que encontrar ratos libres.
¿Contactaste incluso con los que residen en Barcelona y Madrid?
Fui a Xàbia, donde tienen segundas viviendas y se suelen reunir muchos miembros de la familia. Allí me facilitaron el archivo personal que tenían de Barcelona.
«El fundador, José Barrachina Reig, debía ir en carreta a los pueblos para poder trabajar»
¿Qué sorpresas te encontraste en tu investigación?
Cuando empezó José Barrachina tenía que hacer de todo, porque además la odontología no había apenas avanzado.
De hecho, tenía que ir a los pueblos vecinos, como Benilloba, en carretas o a pie, hasta que la familia pudo adquirir un utilitario. Sus hijos también tuvieron serias dificultades para desplazarse en los años cuarenta y cincuenta del pasado siglo.
¿Cuándo se especializan?
En un primer momento eran odontólogos generalistas, y fueron mejorando mediante cursos y estudios que hacían los fines de semana o en verano.
Ahora sí están especializados, cubriendo estas mejoras, siempre que pueden, por los propios miembros de la familia.
Cuéntanos qué otros descubrimientos hallaste.
En la primera década del siglo XX faltaban dentistas y los pocos que había se desplazaban a los pueblos, donde buscaban una casa para poder trabajar.
Simplemente necesitaban una silla o sillón y una escupidera. El resto lo traían ellos, para principalmente realizar extracciones y ortodoncias. Al final hablamos de una familia que son cuatro generaciones y tres siglos: XIX, XX y XXI. Lo que más he aprendido de ellos es el enorme amor que tienen por esta profesión.