El Mercado Municipal de Mutxamel se acerca a su año de existencia con un futuro por delante un tanto incierto. Fue en la primavera de 2023 cuando quedó inaugurado en su actual emplazamiento del antiguo edificio del Colegio El Salvador, ubicado en la avenida Carlos Soler (más conocida popularmente como ‘la rambla’).
Sin embargo bastantes meses después solo se han consolidado poco más de un tercio de los puestos que se proyectaron inicialmente. Llegados a este punto conviene analizar los aspectos que no están funcionando como se proyectaban, así como cuáles serían las soluciones para que esta emblemática infraestructura alcance todo su esplendor.
Actualmente solo hay 6 puestos ocupados en el Mercado
Retrasos en su apertura
En un principio este proyecto contó con la unanimidad tanto de los diferentes partidos políticos que componen el Ayuntamiento de Mutxamel como de los mercaderes, dado que el antiguo edificio se había quedado ya obsoleto. Además se consiguió una subvención de 800.000 euros por parte de la Diputación de Alicante para cofinanciar su habilitación.
Sin embargo las cosas empezaron a torcerse desde casi el mismo comienzo de las obras, a finales de 2020. Supuestamente el plazo de ejecución debía de ser de tan solo ocho meses, es decir que se contaba con inaugurar el Mercado en 2021, pero luego surgieron discrepancias entre la dirección de obra y la empresa constructora que provocaron que los trabajos se paralizaran.
La obra mayor finalizó a finales de 2022, pero varias cuestiones menores por resolver, sumadas al proceso de licitación de los puestos de venta, retrasaron todavía más la apertura. Finalmente el Mercado abriría sus puertas al público en junio del pasado año tras una inversión total superior a 1,5 millones de euros.
Sin aparcamiento subterráneo
Además el propio proyecto también experimentó algunas modificaciones considerables respecto a su idea original. Durante el mandato 2015-19 el equipo de gobierno -entonces comandado por el alcalde popular Sebastián Cañadas- hablaba de construir un parking subterráneo bajo el inmueble.
Sin embargo, finalmente se optó por la opción económicamente más asequible de habilitar una zona de aparcamiento rotativo, con una veintena de plazas y un tiempo de estacionamiento limitado a una hora.
A modo decorativo se contrató al artista urbano gallego Diego AS para que dibujara un gran mural junto a dicho parking, así como se instalaron varios aparcabicis junto a una pequeña estación autoservicio de reparación de bicicletas.
«En el proyecto ni siquiera se tuvo en cuenta incluir almacenes o cámaras frigoríficas» A. Cachinero (PSOE)
Previsiones incumplidas
En el primer número del periódico AQUÍ en Mutxamel, publicado en octubre de 2021, nuestro director, Ángel Fernández, preguntaba en una entrevista al entonces alcalde si habría suficiente demanda para ampliar el número de puestos. En aquel momento continuaban funcionando siete en el antiguo mercado, mientras que en el nuevo edificio se pretendían habilitar dieciséis.
«Claro que hay demanda. Yo creo que incluso los dieciséis puestos se nos quedarán cortos. El Mercado es un edificio emblemático y va a quedar muy bonito” afirmaba Cañadas.
Sin embargo, la realidad a marzo de 2024 nos muestra que tan solo hay seis puestos ocupados por mercaderes. Desde este periódico hemos querido entrevistar a la actual concejala de Comercio o a algún representante del equipo de gobierno para conocer su versión y, como desgraciadamente nos tiene acostumbrado este equipo de gobierno, a diferencia de lo que pasa en todas las poblaciones en las que editamos periódicos (18 en la provincia de Alicante), han rehusado atendernos.
Diseño erróneo
Quienes sí que nos han atendido son los representantes del PSOE y Compromís en el ayuntamiento. En ambos casos tienen claro cuál es el diagnóstico del problema. Según su parecer, el Mercado Municipal está mal diseñado.
“Desde el principio fue un proyecto que no estaba adecuado a la realidad socioeconómica de un municipio de 30.000 habitantes como es Mutxamel” nos señala Antonio Cachinero, portavoz socialista en el ayuntamiento.
“Esto ya nació mal. Estaba claro que Mutxamel no tenía volumen para tantas paradas. Ahora mismo tenemos una pescadería, charcutería, floristería, panadería, frutería y el bar. Esto es básicamente lo mismo que ya había antes” nos aduce Conxi Martínez, portavoz de Compromís.
«Los puestos de venta no resultan atractivos porque son demasiado pequeños» C. Martínez (Compromís)
Puestos pequeños
Desde la oposición coinciden en que uno de los problemas más importantes radica en que los puestos no son los más adecuados para los comerciantes.
“No se tuvo en cuenta a ninguno de los mercaderes a la hora de diseñar los puestos. La actividad de una panadería es diferente a la de una frutería o una pescadería, pero como todos son iguales, cada comercio tiene que adecuarse al espacio que tiene. Esto ha supuesto unos problemas enormes. Por ejemplo, algunos tienen las vitrinas demasiado pequeñas para mostrar todos sus productos” nos dictamina Cachinero.
“Deberían haberse hecho menos plazas, y que hubieran sido de mayor tamaño. Esto habría incentivado a que más interesados hubieran querido tener un puesto en una infraestructura que se supone que debía ser un referente. Todavía ir a comprar a un mercado sigue siendo una garantía de calidad y proximidad para el consumidor. Sin embargo, tal y como están planteados los puestos, no resultan atractivos para los comerciantes. De hecho incluso el equipo de gobierno municipal pretendió determinar el uso de cada puesto, en lugar de dejar innovar a los mercaderes con el tipo de negocio que quisieran emprender” se lamenta Martínez.
Escasa funcionalidad
Por si todo esto fuera poco, también se han escuchado quejas acerca de la ausencia de espacios en el Mercado para conservar los productos o de su falta de infraestructuras internas.
“En el proyecto tampoco se construyó una despensa y almacén suficientes. De hecho ahora se han destinado dos puestos a guardar materiales, ya que están vacíos. Ni siquiera cuenta con cámaras frigoríficas, es una barbaridad. Ya desde su misma inauguración hubo bastantes problemas en temas de higiene y sanidad. Las paredes no estaban hechas con azulejos y hubo que cambiar el fregadero y mostradores” nos apuntan desde el PSOE.
“Tampoco tiene ninguno sentido que haya un albero de arena en la parte trasera. Al final acaba siendo utilizado por los perritos, con lo que ello conlleva. No es precisamente la mejor imagen para un mercado” nos añaden desde Compromís.
Se han solicitado subvenciones a la Diputación para mejorar la accesibilidad
Aparcamiento rotativo
Igualmente desde la oposición determinan que otra importante causa de que el Mercado esté funcionando a medio gas radica en su escasez de aparcamiento.
“Deberían haberse hecho las dos plantas de parking subterráneo que se proyectaron inicialmente. En Mutxamel tenemos un problema grave de aparcamiento y esto era muy necesario. El Mercado solo tiene veintiuna plazas para dieciséis puestos proyectados. Al final la gente de las urbanizaciones prefiere irse a Alicante o a Carrefour, donde pueden aparcar en la puerta y sin límite de tiempo” nos aduce Cachinero.
De la misma forma los socialistas consideran que también ha sido un error estratégico limitar la estancia de los vehículos a una hora, sin posibilidad de alargarla aunque sea pagando. “Esto ayudaría a que la gente aprovechara que viene al centro del pueblo para visitar otras tiendas, tomarse algo en un bar o realizar gestiones” consideran.
“El problema del aparcamiento es un lastre para todo el comercio del pueblo. Desde Compromís presentamos una enmienda presupuestaria en 2023 para que se habilitaran solares como parkings públicos. Ahora el equipo de gobierno nos dice que están hablando con los propietarios de un terreno en la rambla, al lado de la tienda Zambrana, pero de momento no se ha habilitado ninguno” nos comenta Martínez.
Poca accesibilidad
Por otra parte algunos clientes que no precisan de coger vehículo para venir al Mercado, dado que residen en el centro urbano, también han padecido ciertos problemas de acceso. Especialmente aquellos que cuentan ya con una cierta edad o padecen problemas de movilidad. Durante este tiempo se han producido ya varias caídas e incluso golpes con las puertas automáticas. “Es un edificio con muchos escalones y su entorno está rodeado de barreras arquitectónicas” nos comenta Martínez.
De hecho, tiempo después de su apertura se instaló un nuevo pasamanos, así como el ayuntamiento ha solicitado ayudas económicas a la diputación con el fin de realizar otras pequeñas actuaciones que favorezcan la movilidad de los clientes.
Desde la oposición consideran que la única solución real es realizar una reforma interna para modificar el diseño
Rótulo en valenciano
Por último, Compromís además ha reclamado que el rótulo de la fachada principal del Mercado figure también en valenciano. “Es nuestra lengua. Por supuesto que convivimos con el castellano, somos un pueblo acogedor que respeta todas las lenguas. Pero no hay que esconder la nuestra. Esto incumple el reglamento de normalización lingüística” demanda Martínez.
La formación naranja presentó dicha alegación en la propuesta del reglamento interno del Mercado, pero fue rechazada por el equipo de gobierno municipal. “Nos dijeron que lo iban a rotular en la parte de atrás, aunque todavía ni se ha empezado a hacer. De todas formas, a nosotros esto no nos convence. El valenciano es de todos, y la manera de aprenderla es tenerla visible y no esconderla detrás” nos manifiesta.
Soluciones
Desde el equipo de gobierno se han tomado algunas acciones, a lo largo de estos primeros meses de vida del Mercado, para tratar de salvar estos citados problemas, tales como modificar el reglamento interno o subvencionar las cuotas de los mercaderes. Sin embargo tanto Cachinero como Martínez consideran que estas acciones no son más que “parches”, y no ven ya más solución a largo plazo que realizar otra reforma interna que cambie el diseño del Mercado para hacerlo más eficiente.
“Hay que rediseñar el inmueble en consenso con los mercaderes y los vecinos. Se ha perdido la oportunidad de haber hecho esto bien desde el principio, con sus pertinentes estudios previos e incluso haber convocado un concurso público para concretar el diseño. Todo lo demás no va a solucionar realmente el problema de fondo, es pan para hoy y hambre para mañana. Pasa lo mismo con el pabellón cubierto, al final todas las grandes obras públicas realizadas en Mutxamel estos últimos años han resultado un desastre” nos apunta el primero.
“Si Compromís hubiera entrado a gobernar en esta legislatura, lo primero que habríamos hecho es tirar estos puestos pequeños que parecen zulos para unirlos y hacer unos diez o doce que sean más grandes. En Mutxamel tenemos producto muy bueno y podría ser un mercado referente en la comarca. Evidentemente volver a meterse en obras es un problema, pero tal cual como está planteado ahora va a costar mucho volver a meter comerciantes” nos comenta la segunda.
De igual forma Martínez propone que el mercadillo semanal, que desde 2020 tiene lugar en la calle Juan XXIII, se acerque a una calle más cercana al Mercado para que genere más afluencia de clientes. “Se podría cortar un tramo de la rambla durante esas horas para que los puestos se ubiquen por aquí. Sería muy beneficioso para todos” nos señala.
La sede del Casal de la Tercera Edad albergará el edificio del antiguo mercado
El antiguo mercado
Recientemente el Ayuntamiento de Mutxamel compró el edificio adyacente, donde se ubicaba el antiguo mercado, por 300.000 euros con el fin de unir ambos inmuebles para fijar aquí la sede del Casal de la Tercera Edad. Eso sí, antes de ello será necesario efectuar una importante reforma, dado que actualmente parte de la fachada invade irregularmente la acera.
Sin embargo desde el PSOE son más partidarios de instaurar aquí la sede del Juzgado de Paz. “El local actual está en unas condiciones lamentables, tanto en accesibilidad para personas en sillas de ruedas como en atención al público. Estamos hablando de retrasos de hasta seis meses para enviar un exhorto del juzgado de San Vicente. Se necesita un espacio más grande, y más funcionarios para esta administración. El Casal de la Tercera Edad se podría mantener en su emplazamiento actual haciendo una reforma” nos manifiesta Cachinero.
Por su parte desde Unidas Podemos y Compromís también han propuesto que parte de este edificio se destine para viviendas sociales y como sede para asociaciones locales.