Entrevista > Herminia Buades / Presidenta de la asociación cultural L’Antina (Santa Pola, 17-noviembre-1949)
Proteger nuestro idioma, cultura y patrimonio es protegernos como pueblo, los rasgos que nos identifican. Bajo estos requisitos indispensables nació hace casi tres décadas la asociación cultural L’Antina, de la mano de unos inquietos santapoleros dispuestos a hacer un sinfín de actividades y encuentros en pro del beneficio cultural.
Herminia Buades es su presidenta desde 2019, “aunque ya había ocupado el cargo en anteriores legislaturas”. Otra de las funciones de la entidad, nos apunta, es ayudar a la publicación de libros en valenciano, siempre en colaboración con el ayuntamiento, “con el que tenemos muy buena relación”.
Siempre en la junta directiva
Docente de profesión, jubilada hace algunos años, insiste que trabajan para la normalización completa de “nuestra lengua, estatutariamente valenciano y académicamente catalán, exigiéndola en todos los ámbitos de las actividades sociales y medios de comunicación, tanto escritos como orales”.
La implicación de Buades en la asociación está fuera de toda duda, permaneciendo en la misma desde sus orígenes, siempre en la junta directiva, “haciendo de todo”. Este espíritu procede de sus años universitarios, un periodo de dictadura complicado, en el que cualquier idioma que no fuera el castellano era perseguido.
Explícanos qué es L’Antina.
Es una asociación cultural que nació en 1996 cuando nos reunimos una serie de personas que teníamos tres objetivos o finalidades: potenciar la lengua valenciana, la cultura y el patrimonio de Santa Pola.
«Hacemos publicaciones siempre en valenciano, porque el castellano ya tiene un mayor apoyo y divulgación»
¿Cuál es el tipo de actividades que lleváis a cabo?
Realizamos publicaciones, siempre en valenciano, debido a que el castellano tiene un mayor apoyo y divulgación.
Además, hemos hecho cuadernos de Santa Pola relacionados con nuestra cultura o patrimonio, y todos los años celebramos el concurso literario ‘Sant Jordi’ -de poesía y narrativa- para niños de primaria y secundaria.
También celebráis encuentros.
Por supuesto. La participación en los encuentros es fundamental, así como las conferencias (en valenciano).
De igual modo, anualmente preparamos un calendario con fotos inéditas de Santa Pola, centradas en las fiestas municipales y rincones más recónditos, y acudimos al Octubre Cultural, certamen que lamentablemente ha perdido importancia en los últimos años.
¿Qué ventajas tiene estudiar en valenciano?
Sin duda tiene muchos beneficios estudiar en más de una lengua, como es mi caso, que me considero totalmente bilingüe; en mi casa hablábamos valenciano, mientras en el colegio las clases se impartían en castellano, pues estaba la dictadura franquista.
Estudié la carrera de Magisterio igualmente en castellano, al tiempo que hacía cursos paralelos para mejorar el valenciano, hasta conseguir un título de maestra en este idioma.
«A la Administración le pedimos por favor que jamás olviden la cultura, sobre todo la lengua, por muy turístico que sea un municipio»
Es cultura, por supuesto.
Exacto, para nosotros la cultura y la educación son fundamentales. Por lo tanto, cuanto más conocimientos y formación tienes, eres más libre, siendo una persona que puedes razonar y con una amplitud de mente mucho mayor.
¿Qué demandáis a la Administración?
Les pedimos que por favor jamás olviden la cultura, por muy turístico que sea un municipio. Es cierto que hay que atenderlos en inglés, francés o cualquier otra lengua -sobre todo aquel que tiene un negocio y necesita vender-, pero el que venga a vivir aquí que se integre más.
Sin duda, el foráneo que se asienta en un pueblo, junto a su familia, e incluso llega a trabajar, debería implicarse en su cultura. Y, por supuesto, la lengua es la base de todo.
¿Os habéis planteado tener una revista propia?
No, porque somos una asociación pequeña, compuesta por poco menos de cien socios, con unas cuotas muy bajas, simbólicas se podría decir.
Durante un periodo sí hemos hecho teatro en valenciano, representando una obra todos los años. Lo dejamos porque significaba implicar a otras personas, que no son de la asociación, y nos cansamos, sinceramente.
«El foráneo que se asienta y trabaja en un pueblo, junto a su familia, debería implicarse en su cultura»
¿Los miembros asociados son de todas las edades?
Sí, contamos también con jóvenes -a partir de dieciocho años-, que no pagan la cuota porque tienen escaso poder adquisitivo, están estudiando… Nos interesa que estén con nosotros porque son el futuro de la entidad.
¿Cómo son vuestros estatutos?
Fueron muy bien establecidos, en su momento. Posteriormente tuvimos que hacer una serie de cambios, por medio de la Generalitat, adaptándonos a la nueva normativa. Son muy largos, completos, muy bien redactados.
¿Algo más, Herminia?
Nos gustaría que la gente joven estuviera algo más activa en la asociación y que hubiera más personas de veinte, treinta o cuarenta años.
También que se integrara más gente, comprendiendo que están estudiando, preparándose, porque el que no está con oposiciones realiza cursos o hace algún máster, o incluso comienza su trayectoria profesional. Sabemos que es difícil, pero insisto que necesitamos su implicación, pues marcarán las próximas décadas de L’Antina.