Al setabense Emilio Baldoví Menéndez (1940 -1990) el mundo le llegaba más grave, de los de cejas bajas y placidez hogareña. Hijo de militar y estudiante de Derecho, el asunto iba muy en serio. Pero un día se le cruzó por los sueños Euterpe (de ‘eu’, bien, y ‘terpein’, encantar), la musa de la música, y Baldoví se nos convirtió en Bruno Lomas, uno de los primeros rockeros españoles.
Primerísimo por llegar temprano al asunto, y por la calidad interpretativa, en una época, los sesenta y setenta, tan difícil para el género en España. Se quedó bastante solo en esto de defender aquel estilo que había nacido en Estados Unidos en los cincuenta. El rock and roll (rock’n’roll o rocanrol), mixtura de blues, jazz y música folklórica estadounidense, cautivó desde los mismos sones y pelvis danzarina de Elvis Presley (1935-1977).
Fascinados en Francia
Bien, quien dice Presley también dice Chuck Berry (1926-2017) o Jerry Lee Lewis (1935-2022), entre otros muchos. El caso es que sedujeron a varios jovencísimos cantantes: el granadino Miguel Ríos, cosecha de 1944 (Mike Ríos, el Rey del Twist), o Bruno Lomas. Digamos que otro de estos escasos elegidos fue el alicantino Gaspar Campillo, Gaspar, de hoy sorprendentemente diluida biografía.
Este había comenzado su carrera en serio en Francia, como Henri Le Diable, seudónimo que tendría tanto éxito que, al regresar a nuestro país, transmutó en Henry el Diablo. Bruno Lomas, de hecho, se denominaba así en honor al músico Bruno Coquatrix (1910-1979), director general entre 1954 y 1979 del mítico y aún activo Olympia de París (fundado en 1888 por Josep Oller, 1839-1922, quien al año siguiente crea el Moulin Rouge), donde empezó en serio.
Bruno Lomas y Gaspar comenzaron desde escenarios franceses
Éxitos y cine
Gaspar Campillo, a quien muchas referencias anotan como fallecido en 2017, sin que este extremo haya encontrado confirmación, aún fundó el pub alicantino Chez Gaspar’s, en la década de los ochenta. A Lomas, en cambio, la vida se lo llevó por delante a las bravas; al igual que iba a ocurrir con el cantante melódico Nino Bravo (1944-1973), de Aielo de Malferit (Vall d’Albaida), un accidente automovilístico lo raía.
Dejó tras de sí, Lomas, un buen reguero de herederos, dada su mayor presencia mediática (de la época) y el éxito de temas rockeros como ‘Rogaré’ (1975) u otros más poperos, tipo ‘Como ayer’ (1966), obra de Ramón Arcusa (1936) y Manuel de la Calva (1937), el célebre Dúo Dinámico. También por su participación en películas como ‘Codo con codo’ (1967) o ‘Chico, chica, ¡boom!’ (1969).
En Los Huracanes figuraba el guitarrista de Los Milos
Origen y compases
Pero, sobre todo, el rock, especialmente en su variante rock’n’roll, era el género que cultivaba el artista valenciano ante el entonces reprimido público juvenil español, como el de las valencianas Ferias de Julio, tanto en solitario como con el grupo Los Milos (1959-1963) o, posteriormente, parte de Los Diábolos de Burjassot, que Lomas rebautizó Las Estrellas de Fuego y, después, Bruno Lomas con Los Rockeros.
Casi siempre en clave de rock, claro hijo, como casi toda la música moderna, de la barroca, que, como ya hemos apuntado en otras ocasiones, aportó composiciones tonales que usaban acordes y escalas relacionadas entre sí (se interpretan unos acordes y un bajo, punteando y reforzando la escala superior). En su caso, siguiendo un patrón rítmico de cuatro golpes por compás, como la mayor parte del pop, los boleros y la salsa.
Un elemento peculiar en nuestra música son las sagas familiares
Herederos, hijos y nietos
Versos cortos acompañados de un ritmo constante que en aquellos años tendrían algunas continuaciones, en nuestra hoy Comunitat, con grupos como el valenciano Los Huracanes (1965-1975), entre cuyos componentes figuraba el cantante y guitarrista Pascual Oliva (1946-2017), cofundador y componente de Los Milos. O el cantante melódico y guitarrista valenciano Juan Camacho (1947-1982, también fallecido por accidente automovilístico), quien participó en la banda madrileña Los Relámpagos (1961-1974 en primera formación).
Desde Alicante, se deslíen como azucarillos nombres como el de Vicente ‘Peter’ Pérez, cuya formación musical, la Peter Vince Group (1969-1973), iba a servir, mientras duró, como cantera para muchos de los grupos rockeros, y de otros géneros, que iban a desarrollarse en las décadas siguientes en la hoy Comunitat Valenciana. Ellos o sus descendientes, porque un elemento peculiar en la música desarrollada por estos escenarios ha sido el de las sagas familiares.
Acordes duros
El rock, mientras, se bifurcó, aulló incluso mientras seguía creando notas, acordes, magias rítmicas. El heavy metal (metal pesado), que con su preponderancia de la guitarra se convirtió en sinónimo de rock duro (hard rock) y hasta de buena parte de lo que, siendo puristas, no era ‘jevi’, gestó en estas tierras dos bandas hoy míticas: la valenciana Zarpa (1977), de Mislata, aún activa, y la alicantina Acero, desde aproximadamente 1981-1983 y siempre en eterno retorno.
Ambas han sido, son, cantera en un panorama rockero (de cualquier tipo de rock) que incluye nombres como Los Pepes (1965-1967), Los Diapasons (1966-1971), Los Protones (1993). Al cabo, muestras de que ha existido y existe, aunque heredero del anglosajón, un rock nuestro, muy nuestro.