Entrevista > Luis García y Salomé Alonso / Educadores (Orihuela, 12-marzo-1982 y Elche, 9-mayo-1980)
Lamentablemente las personas con diversidad funcional siguen sin estar plenamente aceptadas, ni por la sociedad ni, en ocasiones, por las propias instituciones. Por fortuna, existen residencias, centros y educadores como los que les vamos a presentar en los siguientes párrafos.
Luis García y Salomé Alonso trabajan en la Residencia Oriol, que actualmente alberga a veintisiete usuarios -su capacidad máxima es veintiocho- para que puedan realizar aspectos cotidianos y sociales, “con el reto que no involucionen en su progreso”.
Son varias las propuestas audiovisuales que ya han presentado, aunque la última, el corto ‘Trabajo de campo: realismo mágico’, fue la que tuvo más resonancia y recientemente participó con éxito en el certamen ‘Sala de cineastas’ que todos los meses se celebra en nuestra localidad.
¿Qué es la Residencia Oriol?
Luis García (LG) – Un centro que se dedica a atender a personas con diversidad funcional, en su mayoría bastante autónomas. Contamos con un grupo bastante heterogéneo, que va desde chicos con veintipocos años a personas de algo más de sesenta.
El objetivo es que sea lo más parecido a un hogar, en el que se llevan a cabo actividades de todo tipo, fundamentalmente de ocio, para reforzar aspectos del día a día, intentando que no haya una involución en sus capacidades. Tratamos, por ello, de estimularlos.
«Tras ver que los cortos realizados han gustado en la ciudad, ahora todos quieren aparecer» L. García
¿Por ejemplo con ‘Trabajo de campo: realismo mágico’?
Salomé Alonso (SA) – Es el penúltimo de nuestros trabajos audiovisuales, enmarcado en unas jornadas, la saga ‘Racord’. En este cortometraje queremos reivindicar las condiciones en las que se encuentra la residencia, temas que nos preocupan, publicarlos en las redes sociales…
Ha sido una labor de todos los compañeros, aportando cada uno de ellos diferentes ideas
LG – El evento, presentado en noviembre, lo hicieron cuatro alumnas de grado medio del IES Gabriel Miró, que son las mismas que aparecen en el cortometraje.
Simplemente transformamos el modelo de teatro al audiovisual: en lugar de ser como un telediario, ha pasado a ser un trabajo de instituto, más atractivo.
¿Qué dificultades os habéis encontrado?
SA – Muchísimas, como el presupuesto, que es cero. También es verdad que somos amateurs, nos atrevimos, nos gusta, y vamos aprendiendo sobre la marcha.
De igual modo nos tenemos que ir adaptando a los usuarios, porque igualmente queremos que todos participen, no únicamente los que tienen más fluidez. Ellos siempre están predispuestos.
LG – El primer corto que hicimos, ‘Racord 1’, estaba lleno de incertidumbres, no sabíamos si les iba a dar cierta vergüenza. Pero cuando vieron que tiene cierta repercusión, que en Orihuela gusta, ahora todos quieren aparecer. Están grabando un vídeo y piensan ya en el siguiente.
«Tratamos de huir de la etiqueta de ‘cine inclusivo’, porque significaría que no estamos integrados» L. García
Habrán pasado muchas anécdotas divertidas.
SA – Tenemos infinidad de tomas falsas (ríen). Decirle a un chaval la frase que debe decir, que no siga la cámara y no hacernos caso; en el ensayo lo hacen bien, pero cuando decimos “¡acción!” cometen errores.
También tienen manías, porque están acostumbrados a aplaudir todos cuando hacen algo, pero muchas veces no habíamos acabado de grabar.
¿Cómo podemos visibilizar más a las personas con diversidad funcional?
SA – Normalizando las cosas, que vean que a todos nos gusta ser creativos, que la gente admire. Hay que visionar nuestros cortos porque los hacemos muy ‘bonicos’, con muchas nuevas ideas: gore, musical…
No queremos que nos comparen con ‘Campeones’, porque parece que sus películas traten del mejor discapacitado del mundo, que se supera y triunfa en la vida. Hay muchos tipos de discapacidad y aunque hagamos cortos como ‘Mie…do’, también merecen la pena.
LG – Tratamos de huir de la etiqueta del ‘cine inclusivo’, porque significaría que no estamos integrados. Las personas con diversidad funcional pueden hacer historias cómicas, de cuentos o de miedo.
«Es difícil que los discapacitados se vean como ciudadanos de primera al mismo nivel que otros» S. Alonso
¿La sociedad está preparada para aceptar a este tipo de personas?
SA – No, en general tampoco las instituciones. Es difícil que los discapacitados se vean como ciudadanos de primera, al mismo nivel que cualquier otro.
En primer lugar, el hecho de vivir en una residencia ya dificulta bastante que puedan tener una vida normal.
¿Se llegan a reír de ellos?
LG – Si les preguntas de un modo individual, te hablan de situaciones en las que se han sentido incómodos. Ahora, al vivir en una residencia, normalizamos más las cosas.
Cuando vamos en grupo, la gente se percata más que vienen de una residencia o un centro. Nos observan, como si fuéramos con un grupo de rock famoso (ríen).
SA – Exacto, sobre todo nos miran fijamente, en muchas ocasiones por curiosidad o sobreprotección. Nosotros, en cambio, anhelamos la integración positiva.