Entrevista > Alejandra Tanez / Maquilladora y peluquera de cine y publicidad (Puerto Ordaz, Venezuela, 10-febrero-1990)
Al visionar una película o anuncio apenas valoramos el trabajo detrás de cámaras, el de peluquería y maquillaje, por ejemplo, determinante en la mayoría de los casos. Alejandra Tanez es una de las más talentosas, capaz de caracterizar infinidad de rostros, haciéndolos tan reales como creíbles.
Deseamos que nos cuente cómo es un día normal de rodaje, cuáles son sus funciones exactas y cómo lleva a cabo todo el proceso de preparación, lo más complicado. Son horas y horas de esfuerzo, en ocasiones agotador, con la premisa del tiempo y el estrés a sus espaldas.
Natural de Venezuela, abandonó el bonito país caribeño junto a su familia -con solo catorce años- cuando se empezaba a prever la complicada política que padecen. Comenzó a formarse ya en la primera promoción de ‘Ciudad de la Luz’, gran centro audiovisual ubicado en Alicante, colaborando en numerosos proyectos.
¿En tu país ya maquillabas?
Me gustó desde bien joven, pero en Venezuela no había posibilidad de dedicarse a la estética o al cine. Fue llegar a Alicante y poco a poco aprecié que había un camino más allá de las carreras normativas.
¿Te refieres a Ciudad de la Luz?
Exacto, sobre todo el segundo año, con la llegada del maquillador Pepe Quetglas, ganador de siete Goyas, que formó ‘Academia’.
Todo había comenzado como una afición, no había una industria especializada hasta que se instaló Ciudad de la Luz. Vi entonces la posibilidad de entrar en el cine, aunque fuera por la puerta pequeña.
«En mi trabajo para construir un personaje es determinante la planificación y organización»
¿Cuál fue tu primera incursión cinematográfica?
Los propios proyectos que se hacían en el centro, en un primer momento como un juego, algo divertido; hasta que nos dimos cuenta de que podíamos hacer cosas importantes.
Dinos las claves para ser una buena maquilladora.
Mucha planificación y organización, construyendo un personaje -sobre todo en rodaje- con todo el equipo, porque en el cine, aunque sea muy básico, hacemos eso: personajes.
Debemos saber de dónde viene, empaparte de mucho cine, no hacer cualquier tipo de maquillaje cuando el papel que interpreta el actor está sufriendo, por ejemplo.
¿En qué películas, anuncios o series has trabajado?
Una película que me marcó en mis inicios, por lo extraña que es, fue ‘Criando ratas’ (2016), que removió el cine quinqui, inspirada en ‘Yo, el Vaquilla’ (1985).
He hecho muchísimos anuncios, de infinidad de marcas, porque el cine en Alicante no se convirtió en lo que prometieron.
«Maquillar en el cine tiene esa parte de investigar, que es sumamente enriquecedora»
¿Cómo es tu trabajo?
Sinónimo de grandes madrugones para preparar todo el material, que implica mucho tiempo. Es lo que no se ve en las películas, la preproducción: desinfectarlo todo, dejarlo listo para el rodaje en sí.
Es un trabajo muy rutinario, porque en cine y publicidad tiene que estar todo muy cuadriculado y perfectamente gestionado.
¿También estresante?
En parte sí, por los tiempos que debes controlar y toda la planificación que debes llevar. Sin embargo, un rodaje suele ser divertido, pues estás en familia y todos nos conocemos, habitualmente.
¿Qué diferencias hay entre maquillaje de cine y otro?
El del cine, pese a ser un maquillaje de caracterización, tiene esos momentos de investigar al personaje, que son enriquecedores.
Sin duda, es la parte que más me gusta, sobre todo el maquillaje de época: sales de la rutina y te trasladas a otro periodo, porque todos los que estamos en el cine también venimos a ‘jugar’ y casualmente nos pagan (ríe). La publicidad es mucho más a demanda del cliente, es más aspiracional, mientras en el cine es más real.
«Lo más complicado son los golpes; hay que tener en cuenta el paso del tiempo en las heridas»
¿Cuál es la caracterización más complicada que has hecho?
Las que son golpes, pues hay que tener en cuenta tanto el paso del tiempo en las heridas reales como el ‘raccord’, la continuidad cinematográfica.
En una herida, para que se aprecie real, debes dominar mucho los tonos y cómo funciona la piel.
Cuando maquillas cinco o seis horas a un actor, debes acabar exhausta.
Por supuesto, es sumamente agotador y desgasta en todos los ámbitos; las jornadas se hacen largas. Además, en el ‘set’ debemos estar continuamente retocando para que salga perfecto en pantalla.
Admiro mucho al actor en ese sentido: cómo pueden, después de tantas horas de preparación, hacer luego el rodaje.
Para ti, ¿qué es lo más gratificante y complicado de tu trabajo?
Cuando todo funciona, debido a que se trata de una labor de equipo. Mi trabajo se ve bien en cámara porque el técnico ha iluminado bien, por ejemplo, así como el de vestuario, sonido…
Lo más difícil es el poco tiempo que disponemos, el estrés que provoca, y que es un trabajo muy inestable.