Entrevista > Andrea Salerno / Presidenta del Rotary Club de Jávea (Montevideo, Uruguay, 27-septiembre-1968)
A veces nos preguntamos si vivimos en un mundo solidario y generoso, o, bien al contrario, si residimos en uno lleno de envidias y ambiciones. En Rotary se lo cuestionaron hace muchos años y crearon una enorme red mundial cuyo móvil común, el hilo conductor, es hacer que el planeta sea mucho más sano.
Andrea Salerno ha sido durante todo este curso la presidenta de Rotary Club de Jávea y nos contará algunas de las iniciativas que han desarrollado. “Quisimos centrarnos en nuestra localidad, en aspectos que consideramos necesarios, como la juventud y la educación”, avanza.
Nacida en la capital de Uruguay, llegó a nuestra localidad a principios de siglo -un tío suyo lo había hecho veinte años antes- y poco después, en 2004, conoció al que ahora es su marido, el alemán Olaf Moll, “cuyo padre, Dieter, mi suegro, es un miembro Rotary de referencia en la comarca y me fue introduciendo”.
Descríbenos que son los Rotary.
Es una red mundial compuesta por más de 1,4 millones de personas y dividida en unos 46.000 clubes. Ser rotario significa poner todo nuestro empeño, esfuerzo y capacidad para lograr un mundo mejor.
Nuestra misión es brindar servicio a los demás, fomentando la comprensión, la buena voluntad y las actividades de compañerismo. En definitiva, optimizar la vida de las personas.
¿Cuál es tu cargo en Rotary Club de Jávea?
A lo largo del año 2023-24 he sido la presidenta. Los cargos rotarios se inician el 1 de julio y son por doce meses, para que la responsabilidad vaya girando. Me gustaría también destacar a mi padrino rotario, el doctor Luis Santos, que ostenta la posición más importante que puede tener un miembro del club.
En estos momentos somos veinticinco socios y precisamente este año celebramos nuestro trigésimo quinto aniversario.
«Rotary se compone por más 1,4 millones de personas y alrededor de 46.000 clubes»
¿Qué proyectos habéis llevado a cabo?
Cada presidente, con su junta directiva, le da a su año el enfoque que le parece más adecuado. Nosotros optamos por centrarnos en Xàbia y sus necesidades, sobre todo la juventud, las mujeres y la población.
Destaca el acuerdo al que hemos llegado con la organización ‘Cultura contra balas’, el trabajo realizado a nivel comarcal -con los clubes ubicados en Benissa-Teulada y Calpe- y la labor con el Centro Ocupacional de La Xara.
¿Cómo ha sido la respuesta?
Buena, aunque sabemos que el 53% de los residentes en Xàbia no son españoles: se trata de una población muy cosmopolita, en la que hay una gran integración por parte de todas las nacionalidades.
Sin embargo, Xàbia no deja de ser un pueblo, los que estamos asentados nos conocemos todos y este municipio es muy solidario. Hemos tenido una gran receptividad y una excelente acogida de todos los proyectos.
«Brindamos servicio, fomentando la comprensión, la buena voluntad y el compañerismo»
¿Falta solidaridad en este mundo?
Opino que no todo lo pasado es peor, ni lo que llega va a ser mejor. La tecnología, en ese sentido, hay que emplearla para el desarrollo y lo bueno, porque uno de los aspectos que fomenta la solidaridad es el contacto humano, el reunirse y hablar.
La comunicación nos da confianza, siempre desde el respeto, obviamente. Nos permite sentirnos más humanos, más cercanos y nos sensibiliza con la realidad del otro, que nunca conocemos del todo con un simple contacto o una llamada telefónica.
Ser solidario es ser más feliz.
Exacto, como dice nuestro lema, ‘Ser gente de acción’, y lo somos porque el dar nos nutre mucho más que el recibir. Sin duda, dando lo mejor de nosotros mismos hace que nos llenemos de alegría y felicidad, viendo cómo mejoramos la vida de los que nos rodean.
En realidad, dar y ser solidario es un acto egoísta, entre comillas, porque lo hacemos para sentirnos bien y porque siempre recibimos más de lo que damos.
«En Xàbia todos nuestros proyectos han tenido una gran receptividad y excelente acogida»
¿La propia sociedad actual es egoísta?
En los últimos años hemos tenido muchos aciertos, pero debemos reconocer también que han crecido valores que no son tan nobles ni humanos: la ambición, la carrera por el éxito y el poder, que siempre corrompe.
Es un buen momento para que redescubramos la definición de éxito, revisar su concepto, saber qué les transmitimos a nuestros jóvenes: ¿qué es un ser humano exitoso? La ambición es una carrera que cuando se compite no tiene freno.
Afortunadamente existen entidades como la vuestra.
Cierto. La verdadera razón de estos clubes es, vuelvo a insistir, dar lo mejor de nosotros, estar al servicio de la comunidad, integrarnos en el lugar donde vivimos y asistir allí donde nos necesiten. Llevamos a cabo, asimismo, numerosos proyectos de carácter internacional, estando cerca de países como Ruanda, Burkina Faso u Honduras.