Entrevista > Lara González / Jugadora de balonmano (Santa Pola, 22-febrero-1992)
Nuestra Lara González, fiel a su espíritu campeón y guerrero, no se esconde de la mala imagen ofrecida por la Selección Nacional de Balonmano en los Juegos Olímpicos de París, perdiendo los cinco partidos disputados, y sin apenas opción en ninguno de ellos.
Pese a la decepción, prefiere ver el lado positivo de haber competido en sus terceros JJOO, “posiblemente mis últimos, soy consciente de mi edad”. Remarca que lo mejor de esas dos semanas es poder compartir momentos con tantos atletas.
De regreso a Bucarest, afronta su segunda campaña en el Rapid, y lo hace con la máxima ilusión, en una liga sumamente competitiva y que le va a permitir jugar de nuevo la Champions League. Además, se siente plenamente integrada en la sociedad rumana y anuncia que “hay Lara para un rato más”.
¿En París nada salió bien?
Pues no. Han sido mis terceras Olimpiadas y a nivel deportivo han sido las más duras, porque no se llegó a competir. Sabíamos del momento actual que vive la selección, con muchos cambios y sin estar tan arriba en el ranking -malos resultados en los últimos campeonatos-, pero tuvimos la suerte de conseguir una plaza en el Preolímpico.
En Torrevieja se hicieron las cosas bien, nos ganamos el estar en París, pero ya en los JJOO no salieron cómo nos hubiera gustado ni cómo se había trabajado. Ha sido bastante frustrante el gestionar todas esas emociones, porque vas con toda la ilusión; jamás pensé que se podía dar ese escenario, sufriendo tanto los dos primeros partidos, ante Brasil y Angola, donde ni siquiera competimos.
El problema ha sido la imagen.
Exacto, no se compitió, y nosotras estamos acostumbradas a ser un equipo que se ‘agarra’ a la pista, que lucha, y eso fue lo que más eché en falta. Fue especialmente duro encajar las primeras derrotas y debíamos hacer un ‘reset’ rápido para cambiar la mentalidad y volver a levantarnos.
¿Ha habido muchas lágrimas?
En el vestuario sobre todo tristeza, y después en cada habitación seguro que también lloros, porque es muy frustrante cuando las cosas no salen y el equipo ni compite. Repito, llegábamos con un sueño, una ilusión, y el camino no fue el que deseábamos.
Asumimos toda la responsabilidad, pues somos un equipo y tanto en las victorias como en las derrotas estamos juntas. Hay muchas cosas que mejorar, que plantearse de cara al futuro, porque lo que hemos hecho no ha sido suficiente.
«En el Preolímpico, disputado en Torrevieja, se hicieron las cosas bien y nos ganamos la plaza para París»
¿Cómo fue la ceremonia de inauguración?
Muy bonita, en el barco, sobre el río Sena. Fue también muy diferente, al no desfilar en un estadio -como siempre se ha hecho-, y lástima de la lluvia. Nos lo pasamos superbién, lo disfrutamos muchísimo.
Dicen que la villa olímpica era un desastre.
Lo escuchamos, pero nosotras, las de balonmano, no podemos decir eso. La villa estaba muy bien, aunque los primeros días no estaban abiertos todos los puestos de comida, pero con el paso de las jornadas fue mejorando. Los apartamentos y zonas comunes estaban bien; las camas eran idénticas a las de Tokio, igual de incómodas (se podían arreglar según gustos).
El ambiente, asimismo, fantástico y lo que hace especial a unos JJOO es la convivencia en la villa. Se trata del evento deportivo más importante, se celebra cada cuatro años, participan todos los países, los mejores del mundo, en cada una de sus disciplinas…
«Jamás pensé que se pudiera dar ese escenario de sufrir tanto sin competir en los dos primeros partidos»
¿Pudiste hacerte algún ‘selfie’ especial?
Vimos a Simone Biles, Rebeca Andrade -campeona olímpica en gimnasia-, que fue majísima, Rafa Nadal, Carlos Alcaraz, Carolina Marín, Pau Gasol…
¿De qué modo afrontas tu segundo año en Bucarest?
Con muchas ganas, porque vamos a jugar la Champions League, la competición más importante a nivel europeo. Es un torneo muy especial, el poder competir contra los mejores equipos. El año pasado quedamos subcampeonas en la liga rumana, que es muy competitiva, y esta campaña tenemos mucha ilusión de competir, tanto la liga como la copa.
«Lo que hace realmente especial y único unos JJOO es la convivencia con miles de atletas en la villa»
¿Cómo es la vida en Rumanía?
Me gusta. Resido en la capital, una ciudad grande, que tiene de todo, aunque es verdad que suele haber mucho tráfico. Contamos con todos los servicios, el aeropuerto está cerca, la gente es abierta, amable, muchos entienden el castellano…
¿En qué idioma te comunicas?
Aparte de que en el equipo somos cuatro españolas, básicamente en francés e inglés. El rumano es supercomplicado. Una parte de mí ya tiene ganas de regresar a España, tras tantos años, aunque ahora mismo no me planteo el futuro a largo plazo; estoy contenta y en un buen momento.