Toni Ortolà / Dibujante
Los dibujos de Toni Ortolà (Ondara, 21-septiembre-1967), sus obras, son tan impactantes que, además de llamar la atención provoca que debas pararte para saber exactamente qué es, qué representa, sus detalles… Es pura magia, y ejemplos tenemos cientos, como los caracoles que huyen heridos -simbolismo de la Guerra de Siria- o ‘El crit del País Valencià’, con el deseo de formar país.
Sin duda, se siente sumamente orgulloso de haber pasado una infancia y adolescencia rodeada de colores, tipografías, carteles y mucha creatividad, la que aprendió en la imprenta de sus padres, fundada en 1964. “Las mezclas las hacíamos nosotros mismos”, rememora.
Ahora expresa la mayor parte de su arte (autodidacta) con bolígrafo, pues “me permite hacer cosas que otros materiales no me dejan”. Exposiciones ha hecho muchísimas, especialmente en la Marina Alta, además de en Elche, Xàtiva, Alcoy y València. “Todavía no en el resto del estado, pero todo llegará”, vaticina.
¿Tu vida estaba casi predestinada?
Posiblemente sí, porque nacer en el seno de una imprenta hizo que el dibujo me viniera de serie. Mi padre, el que más me apretaba, me decía: “Antonio, hazme el dibujo de un futbolista para un cartel”. Después veía expuesto mi trabajo -con algún retoque suyo- y me motivaba muchísimo.
¿Por qué el dibujo a mano engancha tanto?
Lo importante no es la herramienta, sea digital o no, sino las ganas de expresar y representar cosas. Es cierto que a mano me siento mucho más cómodo, porque me gusta tocar el papel, notarlo, rascarlo… Asimismo, el ruido que hace el bolígrafo, prácticamente insignificante, te da vida.
¿Quién fue Saturnino Ortuño?
Un señor que tuvo una gran importancia en mi vida y en mi aprendizaje de este arte. Me dio clases a los diez años y pronto vio algo diferente en mí, enseñándome matices que todavía hoy utilizo, como alargar la mano con el lápiz para buscar las proporciones. Me desveló también el por qué, un aspecto que considero vital.
Fuiste a clase, pero ¿te consideras autodidacta?
Sin duda, porque apenas estuve un año, sin continuidad. He aprendido a base de consultar muchos libros, probando -mucho- y viendo los dibujos que hicieron maestros como Leonardo da Vinci y Maurits Cornelis Escher, de origen neerlandés.
Otro gran referente, más cercano, es Joan Castejón, capaz de dibujar con el dedo pulgar tras ensuciárselo de cera. ¡Es un genio!
«Dibujando a mano me siento mucho más cómodo, porque me gusta tocar el papel, notarlo, rascarlo…»
¿Cuál es tu estilo?
Es complicado definirlo, pues me apasiona el surrealismo, que siempre está presente en mi obra. En mi modo de dibujar influye el estado de ánimo, pero sobre todo lo que quiero decir, dependiendo del mensaje.
Dibujas con boli, ¿por qué?
Por varias razones. Primero por la facilidad que te da: simplemente lo agarras y te pones a dibujar, sin preparaciones previas. Además, me siento cómodo a la hora de rayar y puedo elaborar detalles que con otro material no sería capaz.
Me permite, en ese sentido, hacer rayas muy finas y después muy gruesas, intercalándolas y jugar con la intensidad, en el claro-oscuro.
¿No es muy arriesgado?
Sí, porque si fallas debes comenzar desde el principio. Sin embargo, eso me motiva, hace que deba estar más concentrado. Después, si te equivocas, no pasa nada y sigo hacia adelante: mi forma de pensar es que si erré sería por alguna razón. Igual que el punto más grueso que a veces te hace el boli, ¡ahí se queda!
¿Cuáles son tus obras más relevantes?
Por ejemplo, la mantis tocando un contrabajo o los caracoles que huyen sumamente heridos. Lo realicé durante la Guerra de Siria, homenajeando a todos aquellos que tuvieron que marchar de sus casas agarrando lo que podían.
Otra que gustó mucho se titula ‘El crit del País Valencià’, la forma de la Comunitat Valenciana que quiere ser país. Representa a una mujer que chilla.
«He aprendido a base de consultar libros, probar muchísimo y fijarme en lo que hicieron Da Vinci y Escher»
¿Sientes que tu arte es valorado?
Mucho más fuera de nuestras fronteras, es triste decirlo. Hago los dibujos para venderlos, pero al ser tan personales… Me han comprado más extranjeros que españoles.
¿En qué estás trabajando ahora?
Estoy acabando el cartel de la Feria de Ondara, mi pueblo, que tendrá lugar en noviembre. Seguidamente tengo el encargo de tres retratos, de cara a Navidad, y he concluido el dibujo de un amigo, que deseaba fuera especial.
Por último, ¿preocupación por la IA?
No en cuanto al dibujo, porque lo que hago yo no lo hará una máquina: no puede sustituir a la persona. El trazo lo hará parecido, pero jamás igual. Al diseño sí le afectará, como se ven en muchos carteles actuales hechos con Inteligencia Artificial.