ENTREVISTA > Fernando Abad / Periodista (Alicante, 23-junio-1965)
El asunto comenzaba en enero de 2020: en la página 6 de las ediciones de AQUÍ para la provincia de Alicante, se publicaba la primera entrega de la serie de reportajes ‘Las ciudades del agua’, bajo el patrocinio del Grupo Hidraqua. Aquel artículo, ‘Alicante, los sueños del agua’, iba a ser completado con otras cincuenta y una piezas que suponían un recorrido por la provincia.
Y ahora, en las pasadas navidades, la entidad ha recopilado los cincuenta y dos textos, más un prólogo de su consejero delegado, Jordi Azorín, y una introducción del propio autor del libro, colaborador también en las ediciones alicantinas y valencianas de AQUÍ. Un trabajo que enfoca la literatura de viajes desde nuestras mismas casas y municipios.
«Incluso en las más pequeñas poblaciones había mucho para narrar»
Dices en la introducción del libro: Ni se imaginan el inmenso patrimonio histórico, cultural, ecológico, humano, del que disponemos.
Sí, y también indico allí que incluso en las más pequeñas poblaciones, ciudades, ya que nos acogimos a un criterio sociológico bien amplio sobre qué es ciudad, me encontré con que había para narrar mucho más de lo que cabía. El espacio era el que era. Eliminé diálogos, pero traté de que el elemento humano estuviera siempre muy presente. No deja de ser un trabajo sobre la relación entre los seres humanos y el agua.
¿Cómo surgió esta aventura?
En una comida, como relato en el libro. Con Martín Sanz, también periodista pero ya entonces, si no me equivoco, máximo responsable de Comunicación de Hidraqua, con quien había coincido en la redacción de un medio ya desaparecido, lo que había labrado una gran amistad, aunque por circunstancias llevábamos tiempo sin vernos. Como me dijo un día: dos viejos amigos forjados en un periodismo en vías de extinción.
Empezamos a fantasear sobre algo que, al final de la comida, iba a concretarse en ‘Las ciudades del agua’. Preparé el proyecto y, ya durante la confección de este, cuando me preguntaba cómo ilustrar los artículos, vi unos dibujos de Vicent Blanes en plan casi fotograma o ‘frame’ de dibujos animados; hablé con él y lo incorporé. Gustó y tocaba publicar… ¿dónde? Y ahí entró AQUÍ.
«Empezó su publicación a un par de meses del comienzo del confinamiento»
¿Hidraqua exigió algo?
Hombre, que estuvieran bien hechos (ríe). Realmente, lo normal contractualmente: que, como se pide en periodismo, lo escrito fuera veraz, verídico y contrastado. Y que lógicamente se pusiera en valor su apuesta por la historia y las tradiciones de los municipios donde trabaja. Al mismo tiempo, esto les servía también para patentizar su apuesta por la prensa de proximidad, o sea, local, comarcal…
En el proyecto ya había tenido en cuenta los objetivos bajo los que se rige la empresa, entre ellos los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidad (ONU). Esto, de hecho, se cita en su propia web. Lo que hice fue distribuir las ciudades, los municipios, según esos principios. Coincidía además en dos tandas de veintiséis ciudades.
Eso parece difícil.
No, en absoluto, de verdad. Lo complicado fue que, desde la aceptación del proyecto y el sí de Ángel Fernández, director de AQUÍ, apenas me dio tiempo: había que ponerse ya en marcha para tener material que publicar. Conocía todos los municipios de los que tenía que escribir, pero había que volver a visitarlos, hablar con la gente, actualizar datos, vamos, volver a documentarme.
Bien, a pesar de todo, se logró, en tiempo récord, vaya, y empezó su publicación prácticamente a un par de meses del comienzo del confinamiento de la pandemia. Incluso no salimos en el mes de abril, que se suspendieron venta y distribución de prensa. Si cualquiera de los pasos se hubiera retrasado, la verdad es que no lo habríamos logrado, por pura imposibilidad física. Pero bueno, el libro es testigo de que se logró.
«Cuánto desconocemos de nuestra riqueza en todos los aspectos»
Llegaste hasta AQUÍ con ‘Las ciudades del agua’ y ya te quedaste.
Sí, a los pocos meses, Ángel me lo ofreció. Después de todo soy periodista, de los de la vieja guardia, que diría Martín, de los de carné. En aquel momento compaginaba la corrección de libros, de textos universitarios, con colaboraciones esporádicas en otros medios, creación de contenidos… El otro día me recordaban que lo primero que publiqué con ellos fue, en octubre de 2020, el reportaje ‘Editar en tiempos de la covid-19’.
La verdad es que fue un año, además de tétrico, bastante curioso.
En cierta manera, la sección ha seguido, aunque de otra forma.
Ángel le dio sección propia a la serie de Hidraqua: Sostenibilidad. Y esta sección continúa, efectivamente, con artículos propios. La verdad es que fue algo que le sugerí, y lo aceptó rápidamente. La idea era tratar de manera divulgativa, amena, todo el ramillete de temas abarcados por el concepto de sostenibilidad, pero aplicados a nuestro ámbito geográfico.
En el fondo, son una ampliación de los temas ya tratados con Hidraqua, y hemos pasado del ser humano y el agua a abrir la definición más: el ser humano y su respectivo entorno.
La fiel gastronomía
¿Tuviste dificultades especiales en los municipios?
En absoluto. Es cierto que, en las ciudades más pequeñas, las que llamaríamos pueblos tal cual, la gente se abre más, a pesar de que los tiempos nos han vuelto un poco desconfiados. Y además es que tenemos algo que a mí me gana: la gastronomía.
Es ecléctica, vamos, que hay de todo; sincretista, como la japonesa, que hasta platos iberoamericanos caen por aquí y se alicantinizan; pero al mismo tiempo es muy propia, y demasiado desconocida aún. Y de paso ya, ¡cuánto desconocemos de nuestra riqueza en todos los aspectos!