Uno de los éxitos de taquilla del cine español esta temporada se titula ‘El 47’. El largometraje recrea la gesta de Manolo Vital, quien secuestró un autobús en 1978, concretamente la línea 47, que recorría el centro de Barcelona en los años ochenta. Este gesto venía motivado por acercar el transporte público a los suburbios de la ciudad y desmontar el pretexto del Ayuntamiento, quien aducía que los autobuses no podían subir las cuestas del distrito de Torre Baró.
Son 11 kilómetros los que separan el barrio de Torre Baró del ayuntamiento de Barcelona. El doble, incluso más (25 kilómetros), separa la calle del municipio de València más alejada de su ayuntamiento. Para ser precisos, 25,3 kilómetros. Esta distancia, que en coche supone algo más de media hora, puede incrementarse a causa del denso tránsito de la carretera de El Saler en hora punta.
Estamos hablando de la calle Mascarón, perteneciente a los Poblados del Sur de València. No existe calle del ‘cap i casal’ más alejada del consistorio. Al otro lado de esta calle, hacia el sur, emerge El Perelló, término que pertenece ya a la vecina Sueca, municipio de la comarca de la Ribera.
La densa CV-500
Decíamos que para que un vecino llegue desde la calle Mascarón hasta el ayuntamiento en su vehículo privado, el tiempo estimado supera levemente la media hora. Esto en un día y franja horaria normal, pues todos sus vecinos saben que la CV-500, carretera en dirección a El Saler, se congestiona enormemente los fines de semana y en horas punta.
En aras de proteger el entorno natural de la Albufera, esta carretera no puede ampliarse a fin de evitar esta agresión paisajística por un lado, y por no aumentar la emisión de dióxido de carbono causado por los vehículos de combustión por otro. Tan sólo se diseñó un carril-bici en la mayoría de sus tramos (de uso turístico en la práctica) y varias marquesinas para la línea de autobús hacia los Poblados del Sur.
Una hora y cuarto es el tiempo estimado en transporte público para llegar desde la calle Mascarón hasta el consistorio. Este trayecto implica coger varios autobuses y caminar, obviamente, varios tramos; una pequeña odisea municipal. Pero es lo que tiene la dispersión municipal, unida a los enclaves protegidos medioambientalmente.
En vehículo particular, un día sin tráfico denso, el tiempo estimado supera la media hora
Ruta saludable
Si el vecino de València que vive en ese barrio se encuentra en condiciones de hacer una ruta saludable, sin duda que el recorrido a pie desde su portal hasta el ayuntamiento le pondrá en forma. Estamos hablando de casi seis horas de caminata (cinco horas y cuarenta y tres minutos) según estima el navegador.
Cerca de 1.800 calorías quemadas mientras el paseante afronta la Carrera del Riu. Así, el paisaje combina el Parque Natural de la Albufera, la costa valenciana, la arquitectura moderna de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, el Ensanche y finalmente el centro de la ciudad. Todo un carrusel estético en su recorrido.
Si el vecino quisiera llegar al consistorio a pie le implicaría una caminata de casi seis horas
Sin apenas negocios locales
Muy pocos son los negocios que existen en la calle Mascarón. Bajos de viviendas de escasa altura, algunos de ellos con terrazas propias de viviendas anexas al mar, recorren la estampa de esta calle.
Tan sólo una pequeña escuela de surf aparece en la misma. Cerrada fuera de la temporada estival, este discreto negocio de alquiler de tablas de surf y paddle surf, abrió sus puertas hace poco más de cinco años.
Mascarón es una calle que apenas presenta negocios locales y linda con el término de Sueca
Restauración
En los últimos números que conforman las viviendas de esta calle el firme de la calzada se torna calle peatonal. Se acerca al mar. Y es ahí donde algún bar tiene abiertas sus puertas todo el año. Las mesas en una terraza que da al mar son la oferta gastronómica de este rincón distante de los vecinos de València.
Muy cerca aparece un pequeño ultramarinos en la calle anexa. En una de sus esquinas, un buzón. No todo está perdido en una barriada marinera que puede presumir de ser la más alejada del consistorio.
Otros barrios alejados
Los Poblados del Sur se llevan la palma en cuanto a su ubicación remota con respecto al ayuntamiento. Pocas peculiaridades geográficas semejantes se encuentran en nuestro país. Pero no son los únicos, aunque sí los más alejados. En los Poblados del Norte sorprende ver algún coche de la Policía Local de València incluso más allá de la autopista A-7 que une Alicante y Barcelona, entre otras grandes urbes.
Tal es el caso de Massarrojos. Este distrito de la ciudad de València se estira de manera alargada hasta penetrar en el Camp del Turia. Algunos de sus vecinos se hallan a quince kilómetros del ayuntamiento de la ciudad, lo que supone veinticinco minutos en vehículo particular y difíciles conexiones para quien viva fuera del núcleo de Massarrojos, como es el caso de varias de sus urbanizaciones hacia el interior, separadas por kilómetros de la parada de metro más cercana.