Alfredo Llopis Verdú / Presidente de la Junta Mayor de Hermandades y Cofradías de la Semana Santa de Alicante (Alicante, 30 enero 1958)
Alfredo Llopis es una persona tranquila, paciente y persistente, que ama profundamente la Semana Santa. Lleva 35 años en este colectivo y, al margen de su familia, su satisfacción más grande es estar en su hermandad, compartir los grandísimos momentos, y esta nueva responsabilidad que ha querido asumir: la ilusión de estar al servicio de nuestra semana santa alicantina.
¿La Semana Santa de Alicante es una fiesta?
Esa es la pregunta del millón. Como tal está catalogada en el ayuntamiento hace muchísimos años; yo diría, y así me gusta llamarlo, que es una celebración que rememora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, para los que creemos en ello, y para los que no… sí, puede ser una fiesta, pero con unas connotaciones que la diferencian mucho de cualquier otra fiesta de la ciudad. Lo dejamos en una celebración religioso-festiva.
«Dos momentos muy importantes en mi vida cofrade han sido celebrar el centenario de mi hermandad y la coronación de la Virgen de los Dolores»
En los 35 años que llevas dentro de la Semana Santa, ¿cuáles son los momentos más importantes o significativos?
Todos son importantes, ya que todos te conducen a algún sitio, pero sin duda hay dos momentos muy importantes en mi vida cofrade, por los que he luchado mucho, que han sido celebrar el centenario de mi hermandad, Cristo del Mar, y la coronación de la Virgen de los Dolores.
Esos dos momentos, en cuanto a satisfacción, son muy grandes, pero creo que importantes son todos y cada uno de los momentos que uno comparte con sus compañeros de junta y de trabajo, así como ir consiguiendo los objetivos y las metas que te vas imponiendo.
¿Ser presidente de la Semana Santa de Alicante es una ilusión cumplida?
Desde luego, porque es un reto tan grande que sería imposible si no lo afrontas con ganas, ilusión y un proyecto que te respalde y sepas que vas a poder cumplir, junto con la ayuda y participación de todas las hermandades y un equipo que apoye. No es una meta en sí, pero es una gran ilusión.
¿Algún referente en los presidentes que ha tenido la semana Santa?
Para mí todos los que han ostentado este cargo han sido importantes y todos dejaron su importa, cada uno en su momento ha ido aportando y dando un avance.
Yo trabajé mucho con Emilio Coloma, que era una persona muy trabajadora, todo aquel que lo conoció puede dar fe de ello; su vida era la Semana Santa de Alicante, aunque también es cierto que eran otros tiempos, más difíciles que estos. También estuve mano a mano con Ramón Campos, Pepe Pamblanco, Manolo Ricarte, Alberto Paya…, todos han dejado su sello.
¿Crees que la Semana Santa ocupa el sitio que se merece en la ciudad de Alicante?
Yo creo que a la Semana Santa de Alicante le queda mucho por hacer y es la gran desconocida, por eso uno de mis retos principales es conseguir que esta celebración sea conocida y respetada por todos los alicantinos. Es uno de los principales objetivos.
Siempre diré que es imprescindible la unión de todas las hermandades y trabajar de la mano, no voy a caer en el tópico de que la unión hace la fuerza, pero es cierto, si estamos unidos seremos más fuertes y conseguiremos antes la metas.
¿Cómo definirías la Semana Santa de Alicante?
Eso es complicado. La Semana Santa de Alicante tiene unas características propias que es lo bonito, y que la hacen diferente y distinta al resto de semanas santas de España. Sin duda la riqueza es que sean todas distintas entre sí.
«Nuestra Semana Santa recoge la forma de sentir de otras como la castellana, andaluza o cartagenera, sin renunciar a la parte más autóctona»
La nuestra, recoge la forma de sentir de muchas de ellas: de la castellana, andaluza o cartagenera. Es una mezcla de ellas, al igual que la cultura de esta tierra es la mezcla de muchas culturas y eso se extrapola a la Semana Santa. Con eso en ningún momento quiere decir que nuestra ciudad no tenga una identidad propia, sino que es una ciudad que ha recogido a lo largo de los años gentes de muy distintas latitudes, siendo la ciudad acogedora que somos, y que todo el mundo se siente como en casa.
Hay hermandades que se sienten más identificadas con otras de diferentes zonas de la Península Ibérica, y sin embargo algunas son totalmente distintas con idiosincrasia propia, que podríamos decir que son más autóctonas.
¿Cuáles son los actos más destacados para la celebración de estos 75 años de Junta Mayor?
Todos los de este año circularán en torno a este aniversario, aunque el acto central será un concierto de la Banda Sinfónica Municipal en la Concatedral de San Nicolás, con la interpretación de marchas procesionales alicantinas y compuestas para hermandades de Alicante.
Pero en este ejercicio tenemos también otras actividades, otros certámenes musicales, ciclos culturales y exposiciones, entre ellas una que recogerá los 75 carteles anunciadores de la Semana Santa, existentes en el archivo municipal, así como otra con todos los premios fotográficos celebrados hasta ahora.
La Semana Santa estará en Fitur, algo importante para ese ansiado reconocimiento turístico nacional.
Sin duda, si en esta etapa utilizamos una palabra esa es visibilizar, que la gente conozca cada vez más nuestra celebración, no solo los alicantinos, ya que es la gran desconocida de todas las fiestas que se celebran aquí.
«Al turista se le ofrece que disfrute de una inigualable Semana Santa y un estupendo patrimonio, junto a una climatología incomparable y una gastronomía particular»
Algo también muy importante es darla a conocer más allá de nuestra provincia, para que quien no la conozca quiera venir a Alicante, algo que al mismo tiempo es riqueza cultural y económica; que disfruten de una inigualable Semana Santa, con unas magníficas hermandades, un estupendo patrimonio, una climatología incomparable y una gastronomía particular.
¿Cómo convencería a una persona no religiosa para disfrutar de la Semana Santa de Alicante?
Sería una forma de empezar a que esta persona descubra, quizá, la verdad de sus propios sentimientos, que a lo mejor desconoce, porque al fin y al cabo todos creemos en algo. Los que tenemos la fe un poquito más adentro creemos en algo que llamamos Dios y es en lo que centramos toda nuestra existencia. Pero sin duda lo convencería con un grandísimo hecho cultural, de tradición, que forma parte de nuestra expresión cultural.