Entrevista > Dolores Álvarez / Exdirectiva y voluntaria del Voluntariado Social de l’Alfàs del Pi
Formalizado como asociación en el año 2013, el Voluntariado Social ha cumplido sus primeros siete años de vida en este complicadísimo 2020 en el que su labor ha sido más necesaria que nunca. Coincidiendo con ese momento, y aunque ya estaba previsto que así fuese antes del estallido de la pandemia, una de las asociaciones más valoradas de l’Alfàs del Pi ha afrontado su primera gran remodelación en la junta directiva.
Carmen Soto, la que ha sido su presidenta desde su fundación, ha dejado el cargo y, con ella, otros miembros de aquella junta fundacional también han cedido su sitio a otros compañeros. Dejan los puestos de mando, pero no la asociación, donde seguirán trabajando como voluntarios.
Dolores Álvarez es una de las directivas que ha decidido descargar parte de sus responsabilidades. Lleva en el Voluntariado Social desde su arranque y su testimonio, repasando esta última década de trabajo desinteresado, debe servir como homenaje y reconocimiento a la labor que ella misma y sus compañeros han venido realizando –y seguirán haciendo– todo este tiempo.
¿Por qué han decidido, después de tantos años, dar un paso al lado y afrontar la primera gran remodelación de la junta directiva del Voluntariado Social?
En realidad, es porque consideramos que para que las cosas funcionen todo el mundo debe pasar por todos los cargos. Hemos pensado que, tras siete años, habíamos completado nuestra labor y ha llegado el momento de ceder el testigo y dar paso a personas que están colaborando mucho y tenían esa inquietud por encargarse de la directiva.
Siete años parecen muchos, pero en realidad es muy poco tiempo si tenemos en cuenta lo mucho que ha crecido el Voluntariado Social y lo importante que se ha hecho su labor dentro del municipio. Les supongo muy orgullosos del camino recorrido.
La verdad es que sí. En realidad, llevamos un par de años más porque ya veníamos trabajando antes de constituirnos de manera oficial como asociación. Podemos decir que la presidenta saliente, Carmen Soto, llevaba ya nueve o diez años al frente del Voluntariado Social.
Pero constituidos como asociación llevan los últimos siete años.
Sí, dimos ese paso en 2013. Efectivamente, hemos crecido mucho. Por desgracia, porque esto se produce debido a circunstancias adversas para la sociedad, nuestro banco de alimentos ha ido creciendo de forma exponencial.
Pese a que eso no es una buena noticia, nosotros estamos muy contentos por el nivel de organización que hemos podido alcanzar, por el trabajo que realizan todos los voluntarios y, sobre todo, por el servicio que hemos sido capaces de dar a los usuarios.
Luego ahondaremos en esos servicios, pero su labor es especialmente valorada por aquellos que, incluso en las circunstancias más adversas, llegan al municipio por vez primera.
Así es. Esta labor es importante para todos los beneficiarios, pero especialmente para aquellos que llegan nuevos a l’Alfàs del Pi y que, si no fuese por nuestro banco de alimentos y el ropero, se encontrarían sin ningún tipo de apoyo.
«Hemos ido creciendo en el número de beneficiarios hasta llegar a esta crisis de la pandemia en la que nos vemos desbordados»
La realidad social les ha llevado a expandir su actividad mucho más allá del banco de alimentos y del ropero. Cuando empezaron, hace siete años, ¿pensaban que iban a tener que abarcar tantos frentes?
Es verdad que hacemos muchas cosas, pero nos gustaría poder hacer más. Tenemos pendiente la cuestión del acompañamiento a personas mayores. Es uno de nuestros objetivos, pero, aunque somos bastantes personas, esta actividad no nos termina de funcionar y no sabemos muy bien porqué. Es difícil conseguir ese contacto y que las personas mayores confíen. Además, Cruz Roja está llevándolo a término muy bien.
«Siempre pensamos que nuestra labor iba a ser esencial y que iría desarrollándose de la manera en que lo ha hecho»
En cualquier caso, siempre pensamos que nuestra labor iba a ser esencial y que iría desarrollándose de la manera en que lo ha hecho. Hemos ido teniendo creciendo en el número de beneficiarios hasta llegar a esta crisis de la pandemia en la que nos vemos desbordados. Nunca habíamos estado en una situación económica tan inquietante.
Luego volveré sobre esta cuestión que apunta, pero ha mencionado una palabra que me parece la clave de este proyecto: la confianza. Supongo que el hecho de que sea una asociación local y formada por gente del municipio les ha ayudado a ganarse esa confianza social de la que gozan.
La verdad es que sí. Creo que hemos sabido demostrar que realmente se funciona de manera completamente altruista, que se pone mucho trabajo y que se responde a las necesidades sociales sin ningún tipo de prejuicio. Somos una asociación a la que cualquier persona puede pedir ayuda y en la que únicamente pedimos una baremación de cada caso que es realizada por nuestra trabajadora social.
«La relación con el Ayuntamiento es excelente. Cuando acudimos a él nunca hemos tenido un no por respuesta»
¿Cómo ha sido su relación con la Administración que, en este caso, supongo que se habrá centrado en el Ayuntamiento?
Excelente. Es la institución que nos apoya directamente y con la que, de alguna forma, nos hemos dado a conocer con el resto de asociaciones del municipio y que tanto nos han apoyado continuamente. Además, ahora tenemos un apoyo tremendo con la concejalía de Residentes.
Cuando tenemos algún problema y nos sentimos desbordados, aunque procuramos que sean los mínimos posibles, acudimos al Ayuntamiento y nunca hemos tenido un no por respuesta. Siempre nos han apoyado, impulsado y mimado.
Hablábamos antes de la confianza que generan en la sociedad y ahora ha nombrado a las asociaciones y a la concejalía de Residentes. Son muchos los colectivos de personas de otras nacionalidades que se han volcado con su labor. ¿Cómo ha sido el camino para labrar esa relación?
Creo que, como he dicho, el puente básico ha sido el Ayuntamiento. Dicho esto, el Voluntariado Social es una de las pocas asociaciones que presenta su memoria todos los años y uno de los actos más emotivos es, precisamente, la entrega de esa memoria a todas las asociaciones que han colaborado con nosotros. Imagino que esa confianza ha surgido y se ha afianzado gracias al trabajo conjunto de todos.
«A causa de la pandemia han aumentado las demandas de ayuda y han disminuido nuestros ingresos»
Vamos a volver sobre esa realidad que me esbozaba antes. Me ha dicho que están en el peor momento económico de su historia. Hágame un diagnóstico de la situación del Voluntariado Social en la actualidad.
Hay dos cuestiones básicas que, además, se entienden perfectamente. Por un lado, han aumentado las personas que demandan ayuda tanto de ropero como del banco de alimentos y, por otro lado, han disminuido los ingresos por dos motivos también muy obvios.
¿Cuáles son?
Como sabes, tenemos un puesto en el mercadillo municipal y tuvimos que suspenderlo en marzo y todavía no lo hemos podido retomar. Es una actividad que nos genera unos recursos muy importantes todos los años. Seguramente podamos volver a empezar con este puesto en breve, pero las pérdidas desde marzo ya no las vamos a poder recuperar.
Además, todas esas asociaciones de las que ya hemos hablado y que nos apoyan con sus actividades solidarias, también han tenido que suspender todos sus actos. Por fortuna ya están retomando su actividad y hemos recibido el primer donativo tras el confinamiento; fue a cargo de ‘Giving4giving’.
¿Y qué ha ocurrido con los alimentos que reciben por parte del Fondo Europeo de Ayuda a los Desfavorecidos (FEAD)?
Efectivamente, también nos surtimos de ellos y la primera entrega de este año ha sido más escasa. Ellos hacen tres entregas al año y cada una venía siendo de 12.000 kilos. En esta ocasión, ha sido de 6.000 kilos. Resumiendo todo, se junta el hambre con las ganas de comer.
En este caso, y por desgracia, literalmente.
Eso es. Todo ello nos sitúa en esta situación tan perentoria en la que nos encontramos. Hemos pedido un aumento del convenio que mantenemos con el Ayuntamiento que pensamos que nos van a conceder sin ningún tipo de problema.
Para las personas y empresas que lean esta entrevista y quieran ayudar, ¿qué es lo que más falta les hace en estos momentos?
Por un lado, alimentos. Siempre teniendo en cuenta que se trate de comida no perecedera. También son muy importantes los productos de higiene personal y los pañales para bebés. Así mismo, también pueden hacer un donativo económico entregándolo en mano en nuestra sede o a través de una transferencia bancaria. Todo aquel que lo desee puede ponerse en contacto con nosotros y le facilitaremos el número de cuenta para poder hacerlo.
¿Esta crisis que estamos viviendo es peor que la que se desató por el estallido de la burbuja inmobiliaria?
Todavía no me atrevería a valorarla de manera global. Lo que sí puedo decir es que ha sido mucho más aguda. Ha llegado de forma más rápida. Hasta ahora, las crisis iban llegando poco a poco, pero esta ha caído de golpe y eso ha hecho que en el Voluntariado Social la hayamos sufrido más, porque el aumento de la demanda también se ha producido en muy poco tiempo.
L’Alfàs del Pi es, estadísticamente, un municipio con un nivel de renta medio-alto. ¿Supone eso un problema a la hora de pedir ayudas a administraciones supramunicipales?
La verdad es que no nos hemos dirigido a instituciones como la Diputación o la Generalitat. Es verdad que con esta última tenemos un convenio, pero está enfocado a entretener a los niños ingresados en el Hospital Comarcal de la Marina Baixa.
Por otro lado, los alimentos del FEDA se nos hacen llegar tras rellenar un formulario en el que te piden la valoración de la trabajadora social.
«En estos últimos años nos movemos entre 250 y 300 personas y unas 110 o 120 familias beneficiarias de nuestra actividad»
¿Cuántas personas se benefician de la labor del Voluntariado Social?
En estos últimos años nos movemos entre 250 y 300 personas y unas 110 o 120 familias. No sé si a nivel estadístico, como me preguntabas antes, es mucho o poco para la población que tiene l’Alfàs del Pi, pero tengo que recalcar que nuestros beneficiarios reciben una dotación de alimentos muy completa.
¿Cada cuánto se realiza ese reparto y en qué consiste?
Lo hacemos cada tres semanas. Somos un banco de alimentos que proporciona comida suficiente como para solventar problemas durante bastante tiempo. También quiero decir que, además de lo que nos llega del FEDA, que son alimentos no perecederos, el Voluntariado Social entrega alimentos frescos en cada tanda.
Para ello, tenemos un acuerdo con Consum en virtud del cual los dos supermercados que tiene la cadena en nuestro municipio nos entrega diariamente los productos que retiran de sus estanterías. Nuestros voluntarios los recogen todos los días del año y la verdad es que nos ayuda a complementar perfectamente bien ese menú de alimentos que entregamos.
«Han sido siete años de muchísimo trabajo, pero ha sido también mucha la satisfacción obtenida»
Hay que aclarar a los lectores que usted habla en presente porque, aunque ha dejado la directiva, sigue siendo voluntaria de la asociación. Pero, centrándonos en los últimos siete años, ¿qué le ha aportado ser parte del equipo fundacional del Voluntariado Social y todo este tiempo dedicado a él?
Han sido siete años de muchísimo trabajo, pero ha sido mucha la satisfacción de haber podido participar en la organización de una serie de proyectos que han resuelto no pocos problemas a un gran número de personas. Supongo que es algo común a cualquier voluntariado: trabajo y la satisfacción de ver esa labor reflejada en el agradecimiento de la gente.
Además de por los usuarios, ¿sienten el agradecimiento del pueblo alfasino en su conjunto?
Sí. Estamos muy satisfechos y orgullosos por eso. Una buena muestra de ello, como ya hemos hablado, es la colaboración que recibimos por parte de todas las demás asociaciones del municipio.
Además, tenemos personas que de forma anónima colaboran, con lo poco o mucho que cada uno puede, a través de donativos económicos.