Comienza el cambio de discurso y ya empezamos a ver la luz al final del túnel. Ahora ya nos ponen expertos que dicen incluso que, en efecto, las mascarillas en el exterior han sido de dudosa eficacia, coincidiendo con lo expresado tantas veces en esta editorial.
La palabra ‘experto’
Y lo han dicho en los mismos informativos donde tantas veces han sacado a expertos diciendo lo contrario. Y es que la palabra expertos es como las búsquedas en Google, haz una, por muy extraña que sea, y siempre encuentras quien opina lo que tú quieres.
De hecho, ese concepto de experto deberíamos definirlo un poco más, hacer como con las encuestas, que tengas que detallar siempre la condición por la que esa persona es experta concretamente en esa materia. Un médico puede saber mucho de su especialidad, pero no por eso es experto en virología.
Y es más, siendo investigador e incluso virólogo, si no ha estado en los comités en los que se tiene toda la información, ¿seguro que pueden opinar con la rotundidad que lo hacen? Aunque la respuesta es fácil: sí, ya que nos hemos impregnado de este decir lo mismo y lo contrario casi en la misma frase, y darlo todo por válido si aparece en la tele.
El cachondeo de las mascarillas
Lo que expresamos en nuestra viñeta de este mes es algo simbólico, pero viene a expresar esa absurdez en la que llevamos implantados más de un año y en la que todo se acepta. Puede salir Matías Prats asombrado y apoyando que detengan a una persona, que estaba sola por el campo, por ir sin mascarilla, y lo dice él en un plato lleno de gente (cámaras, regidor, su propia compañera) sin la mascarilla puesta.
Claro, que siempre hay quien dirá que es que ellos se hacen la PCR y dan negativo. ¿Y quién ha permitido ir sin mascarillas si te haces una PCR y es negativa? Porque en ese caso seguramente la demanda de las PCR se habría multiplicado infinitamente (al menos todo aquel que se lo pudiera permitir).
Dudoso año sin gripe
Pero eso es como el argumento, para mi bastante surrealista, que dice que no hemos tenido gripe este año por llevar mascarillas. 12 casos han dado desde el Ministerio frente a los 490.000 leves, 35.300 hospitalizados, 2.500 en UCI y 6.300 fallecimientos de la última temporada.
En cambio, nos acusan a los ciudadanos de ser ‘inconscientes’ y tener miles de contagios de covid por no llevar la mascarilla. En qué quedamos, somos ‘buenos’ o ‘malos’. ¿No será que todos los casos de coronavirus este año se han adjudicado a la covid? ¿O quizás es un argumento para forzar mascarillas en próximas temporadas gripales y que nadie proteste?
Ya ha ido quedando patente que los guantes eran inútiles, y en las últimas semanas incluso los geles hidroalcohólicos han empezado a cuestionarse por el daño que generan a la piel y la mínima posibilidad de contagio por tocar superficies. Ahora quedará ir quitando el miedo a la población.
El ‘milagro’ de la vacuna
La vacuna parece la salvación. Perfecto, mientras sirva para que nos dejen llevar una vida normal es fantástico. Pero la gripe tiene vacuna, ya muy experimentada y adaptada cada año a la evolución del virus, y aun así, según los datos oficiales, en la población de mayor riesgo, los mayores de 64 años, previno solo un 38% de las defunciones y un 40% de los ingresos UCI. Cuando ahora con la de la covid se oye eso de “ya estas inmunizado” …pues nada, tendremos que creerlo.
Hay que tener en cuenta que, a pesar de las altas cifras de contagios y fallecimientos de gripe en nuestro país, solo un 54% de los mayores de 64 años se vacuna contra la misma, y por supuesto una cantidad mucho menor en el resto de edades. Y hasta ahora nadie ha obligado ni pedido un carné identificativo por este motivo.
El ‘agosto’ de las farmacéuticas
El caso es que las farmacéuticas, esas que han hecho su ‘agosto’ en teoría trabajando sin descanso por el bien de la humanidad, pero que luego no han querido apoyarse en otros laboratorios con el fin de fabricar lo suficiente para que no siguiera muriendo gente estos meses, ahora van a tener un enorme excedente que pagaremos todos.
EE.UU. ya tiene el doble de vacunas disponibles que gente pendiente de vacunarse. Cuando oímos cifras en España nos hablan que van a acabar llegando este año millones de vacunas, muchas más que toda la población del país. O Europa, con pedidos de cientos de millones de dosis, que triplican el total de ciudadanos que habitamos en este continente.
Y las vacunas hay que recordar que no se pueden almacenar durante mucho tiempo por razones obvias: primero por la propia caducidad, pero, y sobre todo, porque se tendrán que ir adaptando a las mutaciones de éste coronavirus, como ocurre con cualquier virus.
Bajo nivel político
Cambiando de tercio, cuando estén leyendo estás líneas (publicadas el 30 de abril) posiblemente ya se sepan los resultados de las elecciones madrileñas. Ya sabremos si el Presidente del Gobierno levanta el estado de alarma, como ha repetido incesantemente, o existe una disculpa, cepa india o la que sea, para mantenerlo, etc.
Pero lo que ha quedado patente es el poco nivel actual. Los candidatos se han volcado en la política del miedo, unos contra los ‘facha’ y otros contra los ‘comunistas’, sin aportar absolutamente nada. Y sin sonrojarse. A mí me siguen asombrando políticos como Pablo Iglesias, que en 2019 decía que las amenazas no se deben hacer públicas porque solo sirve para dar voz a unos “mierdas”, y ahora basa toda su campaña en esos sobres recibidos.
Esperemos que tras las elecciones podamos descansar de procesos hasta el primer semestre de 2022, cuando es más que probable que se celebren unas elecciones nacionales adelantadas.