Entrevista > Roberto Calatayud / Artista (Valencia, 24-agosto-1945)
A sus 74 años Roberto Calatayud tiene las mismas ganas de vivir que a los 20, o quizá más, porque en aquellos tiempos la vida era muy complicada para los homosexuales en España.
A pesar de su edad, sigue trabajando como artista y cada fin de semana se traviste y se convierte en Robertina. Un espectáculo de humor y picardía en el que también imita a grandes folclóricas como Lola Flores o Rocío Jurado.
Gracias a su valentía y a su buen humor, ha sobrellevado lo que era vivir en décadas como los 60 o los 70 siendo homosexual. Fue encarcelado tres veces sin motivo y se alistó voluntario en la Legión, para poder marcharse de su casa siendo menor de edad ante el rechazo de su padre.
«Aún queda mucha gente por salir del armario por el miedo al rechazo»
«La gente se ha portado bien conmigo»
¿Cómo ha sido tu vida?
Yo he tenido la suerte de pasar mi juventud en la Comunidad Valenciana, que en comparación con otras zonas de España fue mucho más tolerante.
Está claro que hay de todo y que he tenido experiencias desagradables, pero en general la gente se ha portado bien conmigo para lo que han vivido otras muchas personas que conozco, especialmente durante la dictadura de Franco.
En aquella época, en los pueblos, éramos una figura habitual. Estaba el cura, el maestro, el alcalde, la puta y la mariquita. Todo dependía de la suerte que tuvieras con la gente del pueblo, porque en algunos casos se vivía un insoportable acoso y humillación. A algunas incluso las apedreaban los niños. Por eso te digo que yo he tenido mucha suerte.
«Ahora podemos vivir tranquilos y defender nuestros derechos, pero sigue habiendo rechazo en buena parte de la sociedad»
¿Y ahora?
Ahora podemos vivir tranquilos y defender nuestros derechos, pero se sigue teniendo rechazo en buena parte de la sociedad.
Aun sigue suponiendo un drama salir del armario para muchos y se siguen produciendo situaciones de incomprensión por parte de muchas familias. Aún queda mucho por aprender.
«No soporto las risitas de algunos ignorantes»
¿Qué injusticias has tenido que vivir por tu condición de homosexual?
La actitud de ciertos policías, por ejemplo. A mi me detuvieron tres veces sin ningún motivo. Simplemente me veían y me llevaban al calabozo sin explicación que lo justificara y a las 72 horas, como no les quedaba más remedio, me soltaban.
Una de las veces estuve más de un mes por no llevar encima el carnet de identidad. Hay algo que tampoco puedo soportar y son las risitas de algunos ignorantes cuando pasan por tu lado.
¿Cómo fue la relación con tu familia?
Con mi padre, muy mal. No quería aceptar la realidad y decía que lo que me pasaba era por ir con malas compañías.
Me ponía las cosas muy difíciles y yo solo quería irme, pero era menor y no podía. Entonces la mayoría de edad era a los 21. Un día me enteré, además, que me habían recogido en un hospicio cuando era muy pequeño.
«En la Legión me trataron bien»
¿Cómo solucionaste esa situación?
Al final, me armé de valor y me alisté voluntario, con 18 años, en la Legión de Melilla para largarme de mi casa. Imagínate, un homosexual en la Legión.
Pues te vas a sorprender, porque lejos de tratarme mal fue todo lo contrario, y ¿sabes por qué? Pues porque actué con naturalidad desde el primer momento, diciendo abiertamente lo que soy.
Llegué a sentirme tan arropado y respetado que hasta dormía con camisón y nadie se burló de mí. Tengo que reconocer que tuve muchísima suerte.
¿Y en el trabajo?
Como me marché de casa tan joven no pude estudiar y me convertí en un auténtico manitas del sector servicios. Hice de todo: albañil, camarero, fontanero…
Hubo ocasiones en las que alguien me pudo mirar mal, pero afortunadamente en el sector en el que me movía había muchas puertas a las que tocar y siempre había alguna que se abría. Pero si es verdad que conozco a muchos a los que sí les ha pasado.
«Es mejor ir de frente»
¿Por qué crees que puede existir esa diferencia?
Especialmente ha pasado a los que han intentado ocultarlo. Es mucho mejor ir de frente y decir claramente quien eres.
En un momento de mi vida, decidí seguir mi vocación de artista y aquí sigo a mis 74 años, subiendo a un escenario cada fin de semana y con ganas de seguir muchos años más despertando sonrisas.
¿Tuviste algún problema en tu época escolar?
No, porque afortunadamente no se me notaba. No es que lo tuviera que ocultar, sino que no se daban cuenta y me comportaba como cualquier otro niño con sus juegos y sus cosas.
«Creo que las palabras dependen de quien vengan y de la intención con la que se digan»
¿Te ofende la palabra maricón?
En absoluto, me lo llamo yo mismo incluso y entre mis amigos. Ten en cuenta que antes no existían palabras como gay, que parece que queda más fino. En mi época solo existía la palabra maricón y de verdad que a mí no me ofende en absoluto.
Ahora se considera un insulto y no se pueden hacer ni chistes de mariquitas. Creo que las palabras dependen de quien vengan y de la intención con las que se digan.