Entrevista > Eduardo Vicente / Político (Elda, 20-septiembre-1975)
Veinticinco años en política le avalan. Veinticinco años en las Cortes Valencianas y en el Ayuntamiento de Elda. Tras ese cuarto de siglo en activo, Eduardo Vicente decide dar un paso al lado y abandonar la política activa. Lo hace en el, posiblemente según todos los indicios, mejor momento para su partido (PSOE) y la vida municipal eldense.
Esta legislatura ha sido concejal de Obras y Participación ciudadana. A dos meses vista de decir el adiós definitivo, Vicente ha atendido a AQUÍ en Elda para desgranar sus cinco lustros de vida pública.
Deja la vida política, a sus 44 años, para volver al puesto de auxiliar administrativo del que está en excedencia
¿Por qué se marcha de la política y por qué en este momento?
Era una cuestión que venía meditando tiempo atrás. Precisamente ahora porque creo que estamos en buena situación a nivel de partido. Creo que los relevos se han de hacer cuando estás en buenas condiciones de continuidad como creo que se va a producir.
Es uno de los ´barones` del partido en Elda en las dos últimas décadas, a pesar de su juventud
Aun así no deja de llamar la atención el hecho de hacerlo, precisamente, en estas circunstancias que apunta…
No soy tan mayor como la gente piensa, pero llevo 25 años en Ayuntamiento y Cortes desde que me incorporé con la corporación de Juan Pascual Azorín. Madurez política, es cierto, llevo mucha, pero considero que ya pasado un tiempo prudencial para dejarlo.
«La política da lo mejor y lo peor de cada persona»
¿Qué se lleva de tantos años en la vida política?
La política da lo mejor y lo peor de cada persona. Sobre todo me llevo haber compartido labor política con muchas personas a las que puedo considerar amigos. Eso, de otra manera, no habría sido posible sin estar metido en política. Eso es lo más positivo, amén de que haber estado tanto tiempo en la arena te facilita conocer a muchas personas. No me llevo nada práctico, pero sí muchas y buenas relaciones de amistad.
¿Qué coste personal tiene tanto tiempo dedicado a la política?
Es algo que desde fuera no se ve. La gente cree que todo son compensaciones, pero lo que lleva son muchas renuncias en el terreno personal y profesional. La metralla que deja la política ha hecho mella en la parcela personal.
¿Qué le queda pendiente por hacer y que no va a poder hacer ya?
Hay muchas cosas, porqué, aunque hay muchos avances, me gustaría haber culminado la reforma de la Avenida Alfonso XIII. No ha sido por falta de voluntad, sino por las enormes dificultades que hemos tenido que atravesar los ayuntamientos con una mayor complejidad de trámites burocráticos. Queda mucha tarea, pero es que es inabarcable en un periodo de cuatro años.
¿Y de lo que ha hecho, con qué se marcha más satisfecho?
Una que me ha costado más de un disgusto como haber podido ultimar la construcción del vial del instituto Monastil, que se complicó su contratación. Ha costado mucho pero finalmente se ha podido realizar.
Se ha dado un paso muy importante para la modernización de los centros escolares con el Plan Edificant y creo que es ahí donde se debe invertir para garantizar una educación de calidad.
¿Qué diferencias hay entre la Elda que encontró cuando comenzó en política y la Elda de ahora?
A nivel Ayuntamiento, la Elda de entonces a la de ahora se parece tanto como un huevo a una castaña. Había entonces más capacidad de endeudamiento para acometer grandes proyectos de transformación urbana. Ahora esa capacidad no se tiene. Entonces se aprovechó para modernizar la ciudad.
Ha habido proyectos señeros como el pabellón Ciudad de Elda, el Teatro Castelar, la Plaza de la Ficia y las obras de las aguas pluviales. Respecto a este último tema, las pluviales, los futuros gobernantes van a tener que trabajar a fondo ya que tienen que resolver un asunto muy importante que tenemos aunque no se vea. No sólo hay que trabajar en las cosas que se ven por los ciudadanos.
En el año 1995, por ejemplo, no se contemplaba tanto las condiciones de accesibilidad. Hoy en día tenemos una Elda muy accesible y adaptada y en general bien dotada de equipamientos. Por poner un ejemplo, en el año 1997 Elda sólo tenía una pista polideportiva para dar servicio, posiblemente, a más usuarios que ahora.
Tiene fama de ser el ´azote` del resto de grupos políticos…
(Risas) No, azotaba más antes, es cierto, ahora la verdad es que ya poco. En Valencia me habían llegado a apodar como ´L’enfant terrible`, pero ahora ya de ´enfant` poco y de terrible tampoco.
Lo que sí he sido es contundente en las argumentaciones ya que, sobre todo en la época de Adela Pedrosa en el Ayuntamiento, las prácticas políticas empleadas lo requerían. Ahora se ha recuperado un tono de diálogo que espero se mantenga en el futuro entre todos los concejales. Se ha rebajado mucho el tono de tensión. Posiblemente, es cierto, porque estamos obligados a ello ante la falta de mayorías absolutas y rodillos.
¿Algún amigo en la oposición tras estos años en política?
Las relaciones no las he prodigado mucho con compañeros de otros grupos, aunque sí he intentado mantener buen ambiente con todos. No he ganado amistades con rivales políticos por el hecho de que no se han dado las circunstancias o no he tenido tiempo para ello. Cuando estuve en Valencia estaba el PP en todo su ´momento` y no se daba el clima para ello.
Tampoco me llevo, creo, ningún enemigo, pese a que en determinados momentos pudiera haber habido discusiones muy acaloradas.
Tras tanto tiempo en política, a partir de junio ¿qué?
He estado en una excedencia laboral con motivo de mi carrera política, y ahora solicitaré mi reingreso a la vida profesional. Seguiré, no obstante, como militante del partido colaborando y asesorando a los compañeros en todo aquello que necesiten.
De la actividad política es muy difícil salir. Estaré pendiente de lo que se dice, como se dice, de lo que se hace, lo que no se hace. Creo que esa actividad mental la voy a tener siempre.